Antes de la pandemia lideraba mayormente cara a cara. En cambio, ahora lo hace a la distancia o de manera mixta (híbrida). Antes persuadía en directo, ahora no. Antes percibía las miradas, los gestos y las palabras, ahora es más complicado. La relación entre líder y equipo se modificó y resulta necesario adaptarse y conocer las nuevas reglas y los nuevos desafíos.
Por lo tanto, si sabemos esto, lo ideal sería delinear una serie de reglas básicas, como respetar los horarios, el tiempo de almuerzo, la carga de trabajo, el día y la hora en que se envían los mensajes o emails. Sepa que su agenda no es la agenda del equipo.
Hoy tiene por delante la tarea de lograr un sano y delicado equilibrio entre vida y resultados de sus liderados. Y ello implica ver, sentir y pensar antes de que sea demasiado tarde. Si no lo hizo aún, deconstrúyase. Los equipos híbridos llegaron para quedarse.
La incertidumbre generalizada produce miedo, angustias y depresión en las personas. Por eso, aportarles tranquilidad, seguridad y energía positiva mediante palabras esperanzadoras logrará contenerlos y motivarlos.
Por supuesto, esto nos desafía debido a que la nueva normalidad requiere otra dinámica personal para gestionar equipos a la distancia o híbridos, sin olvidarse que gestionar no es suficiente, debemos generar resultados, y no precisamente resultados promedio.
Quizás muchos de sus colaboradores trabajan desde su casa y ello dificulta la unión del equipo. De cualquier manera, debe impulsarlos con objetivos claros, resolverles los problemas, garantizarles los elementos para que trabajen cómodos y seguros, y como si esto fuese poco, motivarlos constantemente.
Deberá asegurarse que la comunicación sea auténtica, empática, positiva y en línea tanto con lo que sucede en la empresa como así también en sus vidas. Ellos deben sentir que son valorados y apreciados de manera sincera.
También considere que algunas personas no pueden soportar la desconexión emocional de sentirse aislados de sus compañeros y amigos de trabajo. Por lo tanto, el apoyo es importante. El desafío por delante será ayudar a las personas a que alcancen su mejor versión, que su trabajo tenga sentido y contribuyan a la estrategia del negocio.
Aunque existen diferentes estrategias para liderar equipos, considere estas ideas: sepa al detalle qué le sucede a cada colaborador. Escuche para comprender y no para responder. Visualice la organización familiar, sus necesidades, carencias y deseos. Sea paciente y oportuno. Controle sus emociones y amortigüe las presiones. Garantice su conectividad. Brinde espacio psicológico de diálogo. Siempre disponga de tiempo para ellos. Implemente reuniones virtuales periódicas y breves. Llámelos para ver cómo están y qué necesitan.
Finalmente, comience a implementar estas ideas de aceleración del liderazgo hoy mismo, ejecútelas de manera consistente y, sin dudas, preparará a su equipo para el éxito.
*El autor es entrenador de negocios y coach certificado por el John Maxwell Team EE.UU.