Desde el anuncio presidencial que imponía el aislamiento por 15 días hasta cumplir 80, los argentinos vieron como su realidad se confinó a escasos metros cuadrados. Durante ese periodo de tiempo, los indicadores psicológicos fueron determinantes, ya que el estado de ánimo cayó un 80% y en las familias las reglas en la crianza empeoraron un 40%.
Según un nuevo estudio realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la UBA, a 80 días de que comenzara la cuarentena, que ahora bien podría llamarse "cientena", "los datos reflejan una percepción de impacto negativo de los días de aislamiento tanto en el estado de ánimo individual, como en la percepción de ansiedad", que se ubica en el 75,5%.
Desde que se dispuso el aislamiento, millones de argentinos se vieron obligados a no abandonar sus hogares, las clases se suspendieron, las jornadas laborales se mudaron a las casas y la convivencia se vio forzada a la presencia constante del otro.
Sin embargo, pese a la presencia de la familia o la pareja, la sensación de soledad creció casi un 10% (de 37,5% al 46,7%) en 70 días, siendo que "la tendencia es mayor en las mujeres y significativa en quienes no conviven con hijos".
Además, la intromisión en la vida del otro dentro del ámbito familiar y el "no decirse la verdad" marcaron cifras muy elevadas, ubicándose en el 52% y 56%, respectivamente.
De este modo, "la sensación de intimidad, las discusiones y las demostraciones de afecto" se vieron fuertemente afectadas por el encierro como consecuencia de una "reducción de la sinceridad en los intercambios, mayor temor a generar desacuerdos, mayor antipatía entre los miembros de la familia y una sensación de mayor entrometimiento o perdida de límites en las relaciones".
Sin tiempo para extrañarse, las familias se vieron obligadas a convivir las 24 horas. Esta situación provocó que se analizaran dos aspectos esenciales en relación a los conflictos: la comunicación y la cohesión familiar.
Según el informe, el sentimiento de “ser escuchado”, de “pérdida de la confianza en los otros”, de “duda en la capacidad de ser cuidado por el núcleo familiar” y “los recursos de la familia para resolver situaciones difíciles” fueron las emociones que se vieron afectadas por la cuarentena, ya que se registró una pérdida de "resiliencia y recursos" de las familias ante la pandemia y el confinamiento.
En tanto, en lo que se refiere a la crianza y la escolaridad, los números evidenciaron un importante salto en relación a la percepción que existía durante los primeros 10 días de aislamiento.
Ahora, el 42,3% de los consultados estima que, tras 80 días de cuarentena, las reglas de crianza con los chicos empeoraron. Con lo cual existe un salto de 10 puntos entre un momento y otro.
Es más, mientras que a 10 días de instaurada la cuarentena el 66,5% de las familias aseguraban que la escolaridad se vio perjudicada, ahora ese porcentaje trepó hasta el 84,8%, donde además se evidenció una "percepción de sobrecarga de tareas sobre el sistema parental".
En febrero, cuando la pandemia aún no era calificada de ese modo, en el imaginario colectivo una noche en pareja soñada podría ser estar junto al ser amado, en casa, mirando una serie o película. Hoy, aún más cerca de los 100 días de confinamiento, esa sueño se convirtió en una realidad que, en algunos casos, podría resultar hasta agobiante.
"En las parejas la relación conflictiva se muestra también asociada a la situación habitacional", afirma el documento que, además, destaca que existe una mayor "conflictividad" en aquellos hogares donde hay "menos superficie y conexión con el ambiente externo".
De esta manera, las particularidades de las viviendas se suman como un factor importante en la convivencia. "Casi todos los indicadores negativos aumentaron más para las parejas y familias que viven en departamentos, y menos para los que viven en casas", explica el informe de la UBA.
Es más, la presencia de hijos también se suma como un indicador en este punto, ya que afecta a la "comunicación (relación) en las parejas".
En tanto, los casos de mayor conflicto se registraron en las "parejas no convivientes, donde se nota el efecto de la distancia, que en las convivientes solas, o en las que conviven con sus hijos donde el efecto también es un poco mayor que en las anteriores", por lo cual el informe advierte que la cuarentena podría tener una "incidencia en la continuidad de las familias", por separaciones o divorcios.
Para finalizar, en lo que se refiere a las relaciones sexuales, a 10 días de comenzado el aislamiento las parejas aseguraban, en un 25%, que había mejorado el sentimiento de intimidad, sin embargo a 80 días, ese mismo porcentaje aseguró que empeoró.
