El rumbo de la economía

La crisis política se traslada al dólar y el BCRA vende contado y a futuro

De qué forma intervino la autoridad monetaria y cuánto desembolsó. Qué expectativas se avizoran tras la dura carta de Cristina Kirchner. La percepción del mercado.
Guillermo Laborda
por Guillermo Laborda |
El Banco Central

El Banco Central, liderado por Miguel Pesce, no para de sumar dólares. 

El Banco Central está sufriendo la crisis política desatada en el gobierno: si bien el dólar blue subió levemente a 186 pesos y en la Bolsa no se vieron variaciones significativas, la entidad que preside Miguel Pesce debió efectuar una fuerte intervención en el mercado oficial de cambios. Fuentes del BCRA aseguraron ayer que no perdió reservas, pero operadores del mercado cambiario aseguran que la entidad oficial hizo intervenciones por un total de u$s 150 millones.

Al mismo tiempo resulta clave analizar otra forma de intervención a la que está recurriendo el BCRA y es en el mercado de futuros. Ayer puntualmente efectuó ventas por u$s 400 millones en los contratos que se pactan para fines de octubre, noviembre y diciembre.

Aún así, hubo subas de precios y de más de un peso: a fin de diciembre cerró a $109,25 con una suba de 1%, a fin de enero trepó a $114,30 ganando 1% y a fin de febrero se operó a $118,1 con alza de 1,1%.

La carta de Cristina y la reacción de los mercados

¿Qué pasará en el mercado de cambios tras la dura carta de Cristina Kirchner contra Alberto Fernández? Simple: más presión compradora. El ruido político siempre genera entre ahorristas movimientos hacia posiciones conservadoras. En este caso estamos hablando de un enfrentamiento entre la vicepresidenta y el presidente de un país con un final abierto.

¿Quién ganará en este enfrentamiento? Una ilusión entre el ala optimista del mercado es que detrás de esta pelea, está la desaparición del kirchnerismo para las elecciones presidenciales del 2023. Los mercados, tal como sucedió el lunes pasado tras las PASO, festejan la derrota del kirchnerismo. Pero la contracara de esta visión optimista es lo que puede suceder en el corto plazo.

El peor escenario en este sentido es un default con el FMI. En diciembre, tras las elecciones legislativas, el país tiene que girarle al organismo internacional u$s 1.800 millones. Con reservas en baja, difícilmente se ordene el desembolso si no hay un acuerdo a la vista. Ya en marzo, los vencimientos ascienden a u$s 4.030 millones, impagables por la situación de reservas del BCRA.

Así, el mercado se debate entre los festejos por el derrumbe del kirchnerismo en las elecciones y el final de las políticas anti empresas, y el temor por lo que pueda suceder en el corto plazo.

Lo único cierto es que habrá ruido y que el verano 2022 puede ser más caliente de lo habitual no sólo por lo político y el temor a un default con el FMI: la economía muestra altas inconsistencias acumuladas como una brecha cambiaria de casi 90%, un alto rojo fiscal, inflación interanual de 50%, tarifas atrasadas, dólar oficial rezagado. Demasiado.

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