Contra Uruguay en octavos de final, la Selección vistió por primera vez en México la camiseta azul. A Bilardo no le gustó nada el peso que tenía esa camiseta. Por eso, cuando se enteró que contra Inglaterra debía usar la remera alternativa, el Doctor pidió confeccionar un nuevo modelo, algo imposible por los tiempos. Cuando le mostraron la camiseta, Bilardo tomó una tijera y empezó a tajearla para mostrar cómo quería que estuviera calada para que la tela fuera lo más liviana posible.
A recorrer México DF
Faltaban dos días para el partido y la Argentina no tenía camisetas para enfrentarse a Inglaterra. Rubén Moschella, administrativo de la AFA que viajó a ese Mundial, salió por Ciudad de México a buscar camisetas azules marca Le Coq que fueran más livianas. Recorrió seis negocios hasta que encontró dos modelos distintos azules y de la marca. Le pidió al dueño del local que le reservara los juegos de remeras y se llevó una de cada juego para mostrárselas a Bilardo. Al DT mucho no le gustaron, pero fue justo en ese momento cuando entró en escena Diego Maradona. “¿Cuál te gusta más, Diego?”, le preguntaron. El Diez eligió la más brillosa y contestó: “Con ésta le ganamos mañana a Inglaterra”. La decisión estaba tomada.
Moschella salió lo más rápido que pudo y compró 38 camisetas azules de Le Coq. La idea era utilizar una en cada tiempo. Llegó a la concentración la noche previa al choque contra Inglaterra con todas las casacas. Había camisetas, pero sin escudo ni números. La Selección usaba la concentración del club América, entonces se les pidió a las chicas de limpieza del predio que ayudaran a coser los escudos en las camisetas azules y los números, que fueron unos de fútbol americano.
A pocas del partido, estaban listas las camisetas, esa camiseta que entró en la historia por los goles de Maradona y un triunfo inolvidable que luego fue aún más grande al ganar la Copa del Mundo.
Así cosieron las camisetas a mano un día antes del partido
Fuente: Revista El Gráfico