- Detergentes líquidos: Son ideales para eliminar manchas de grasa o aceite y se disuelven mejor en agua fría.
- Detergentes en polvo: Funcionan mejor con manchas de tierra o barro, pero necesitás asegurarte de que se disuelvan por completo para evitar residuos en la ropa.
- Productos específicos: Para ropa blanca, usá detergentes con blanqueadores ópticos, y para prendas oscuras, uno especial que cuide los colores.
Además, asegurate de no excederte en la cantidad de detergente. Usar más no significa mejor limpieza; al contrario, el exceso puede dejar residuos en las telas.
Cargá el lavarropas correctamente
El exceso de ropa en el tambor puede ser el culpable de que las prendas no salgan bien lavadas. El agua y el detergente necesitan espacio para circular y eliminar la suciedad de manera eficiente.
- No sobrecargues: Dejá un espacio de aproximadamente un puño entre la ropa y la parte superior del tambor.
- Separá por colores y tejidos: Lavá ropa blanca, de color y prendas delicadas por separado para evitar transferencias de color o daño en las fibras.
Usá el ciclo de lavado correcto
Elegir el programa adecuado para cada tipo de ropa puede marcar una gran diferencia en el resultado final.
- Ciclos cortos: Son útiles para ropa que no está muy sucia.
- Agua caliente: Ideal para toallas, sábanas y ropa muy sucia, ya que elimina bacterias y manchas más fácilmente.
- Agua fría: Conserva los colores y tejidos delicados.
Además, si tenés manchas específicas, pretratarlas antes de meterlas al lavarropas puede ser la clave para eliminarlas por completo.
Añadí vinagre o bicarbonato
El vinagre blanco y el bicarbonato de sodio son aliados económicos y ecológicos para mejorar los resultados del lavado.
- Vinagre blanco: Actúa como suavizante natural, elimina olores y ayuda a mantener los colores vivos. Agregá media taza durante el enjuague.
- Bicarbonato de sodio: Refuerza la acción del detergente y elimina olores fuertes. Podés añadir una cucharada directamente al tambor.
Limpiá el lavarropas regularmente
Un lavarropas sucio puede acumular residuos de detergente, moho y bacterias que afectan el rendimiento del aparato y la limpieza de tu ropa.
- Filtro: Revisalo y limpiálo al menos una vez al mes para evitar bloqueos.
- Tambor: Realizá un ciclo vacío con agua caliente y vinagre o un limpiador específico para lavarropas cada dos meses.
- Goma de la puerta: Secala después de cada lavado para evitar la acumulación de humedad y malos olores.
Pequeños detalles que hacen la diferencia
- Cerrá los cierres y botones: Evitás que dañen otras prendas durante el lavado.
- Da vuelta la ropa: Especialmente la de colores oscuros o estampados, para protegerla del desgaste.
- Usá bolsas de malla: Son ideales para lavar prendas delicadas como ropa interior o telas finas.
Con estos trucos, no solo vas a lograr que tu ropa salga más limpia del lavarropas, sino también más fresca y con colores más duraderos. Aplicalos en tu próxima lavada y notá la diferencia.