

"No tenemos un segundo que perder cuando se trata de afrontar una crisis que asedia a la nación", es el pensamiento de Joe Biden a horas de asumir como el 46° presidente de los Estados Unidos.
Tras la ceremonia de juramento y asunción, Biden comenzará a gobernar lanzando una serie de 17 decretos que cree imprescindibles para marcar un cambio de rumbo en relación a la administración de Donald Trump.
La Casa Blanca tomará como desafío personal la lucha contra el COVID. Estados Unidos lidera el mundo en contagios y en muertes en el mundo. Trump ni siquiera pudo cumplir con el plan de vacunación anunciado pese a todo lo dicho durante la campaña electoral.
El inmunólogo Anthony Fauci, quien seguirá como asesor presidencial, va a intervenir en nombre de Estados Unidos en una reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el jueves. Trump hizo que Estados Unidos abandonara ese organismo internacional, acusándolo de "colaboracionista" con la política de ocultación de datos sobre la pandemia que realizó el gobierno chino.
Como símbolo del cambio de rumbo, tras arribar a Washington en la noche del martes, Biden y Kamala Harris rindieron homenaje a los más de 400.000 norteamericanos muertos por la pandemia.
Tonight, in Washington, D.C. and across the nation, we came together to honor the over 400,000 Americans we’ve lost to COVID-19. The last year has tested us in unimaginable ways, but now it’s time we begin to heal and overcome — together. pic.twitter.com/DuWhN1xjNO
— Joe Biden (@JoeBiden) January 20, 2021
Por otro lado, Biden también firmará el decreto para el regreso al acuerdo de París sobre el clima, algo que ayer Trump volvió a decir que es imposible de cumplir.
En materia de política migratoria, el demócrata busca nadar en contra de la ola de decretos que conformaron la doctrina de la última administración, que buscó que la lucha contra la inmigración irregular fuera un sello de su gobierno.
El flamante mandatario anunció que va a anular un decreto migratorio muy controvertido que prohíbe la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes.
Además, suspenderá los trabajos de construcción del muro en la frontera con México, financiado con presupuesto del Pentágono, lo que generó agrias pugnas que agitaron la presidencia de Trump.
Una partida extraordinaria de US$1,9 billones se volcarán en la economía, afectada como todo el mundo por la pandemia. Desde las empresas hasta los ciudadanos particulares, todos estarán incluidos en esta dura empresa para el nuevo ocupante de la Casa Blanca.
Con Biden también regresa una mayor propensión al multilateralismo. Aspira a recrear el clima de aliados y no de socios forzosos que Trump impuso con Europa y la OTAN.
Pero la ideología choca con la realidad. Y en ese sentido, el designado secretario de Estado, Antony Blinken dejó tres frases contundentes:
Toda una definición de principios que deberá ser leída y anotada por los líderes de América Latina en general y en Sudamérica en particular.
Por la pandemia y la seguridad tras los hechos del 6 de enero no habrá 200.000 personas en la toma de posesión de Biden, sino apenas 1.000 invitados especiales. Pero el mundo entero ya sabe que desde este miércoles hay un cambio de época.