Las vacunas que se aplican en Chile demostraron tener una gran eficacia. Especialmente para evitar que quienes se enfermen presenten casos graves o mueran.
Las vacunas que se aplican en Chile demostraron tener una gran eficacia. Especialmente para evitar que quienes se enfermen presenten casos graves o mueran.
"Las vacunas continúan siendo efectivas para prevenir las formas más graves de Covid", dice el informe presentado por el Ministerio de Salud trasandino. Los datos hablan de una disminución en su efectividad frente al coronavirus cuando se manifiesta, pero sus consecuencias son muchísimo menos graves. Ese es el objetivo principal de las vacunas.
El estudio midió la respuesta de tres vacunas frente a la pandemia: Sinovac, Pfizer y AstraZeneca.
Las autoridades sanitarias chilenas hacen un aporte significativo para la lucha contra la pandemia. Han hecho un completo seguimiento de personas que recibieron las vacunas que se aplican en ese país, especializado en cada una de ellas, para analizar cuatro respuestas muy importantes:
En el caso de Sinovac, la vacuna de origen chino, se estudiaron las respuestas en 8.600.000 personas que recibieron las dos dosis.
Es la vacuna que muestra los menores índices de eficacia, pero de todas maneras su respuesta es alta.
Esto puede explicar por qué Chile pese a tener un exitoso plan de vacunación a nivel mundial, tarda tanto en controlar a la pandemia. Sinovac, la menos efectiva, es la que más se utilizó en ese país.
Con la vacuna de AstraZeneca (desarrollada por la Universidad de Oxford) se estudiaron a 2.380.000 inyectados. El resultado fue el siguiente:
La mejor respuesta esperada con las vacunas es, claramente, que las personas no mueran por la pandemia.
La respuesta en los que recibieron Pfizer (de EE.UU.) fue mejor para prevenir la enfermedad. Sus resultados fueron estos:
Al igual que con AstraZeneca, en Chile, el estudio demostró que en el caso de quienes recibieron las dos dosis de Pfizer, si se enfermaron, todos se recuperaron. Ninguno murió.
Chile pasó una segunda ola en la primera mitad del año complicada. Con picos de contagios y muertes pese a la masiva vacunación. Pero una vez completo el proceso de vacunación (dos dosis y 14 días para generar anticuerpos), todo comenzó a cambiar.
Los casos de contagios disminuyeron sustancialmente y las muertes, mucho más todavía.
Chile está, junto con Uruguay, con casi el 70% de la población con las dosis completas, la tan anhelada "inmunidad colectiva". La Argentina solo llega al 16% con este esquema completo.
Esto les permite a los chilenos pensar el próximo paso, como en Israel o Alemania. Inclusive, ya discuten la conveniencia de una tercera dosis de refuerzo para dar por controlada a la pandemia.