13 minutos para matar al fiscal paraguayo, el caso no tiene detenidos por el momento ( Foto: Archivo)
La operación para asesinar al fiscal se completó en apenas 13 minutos. Ese fue el tiempo transcurrido entre que los sicarios alquilaron la moto de agua hasta que huyeron de la playa con el fiscal de Paraguay, Marcelo Pecci, muerto de dos balazos. Así lo determinó la primera pericia de la policía de Colombia, que todavía no logró detener a ninguno de los asesinos.
La policía ya logró reunir más de 100 elementos de prueba para apuntalar la investigación sobre este asesinato que conmueve a toda la región. El primer dato para tener en cuenta es la celeridad con que se cumplió con los pasos necesarios para asesinar al fiscal Marcelo Pecci. Menos de 15 minutos, muestra muy clara del profesionalismo y planificación que tuvieron los sicarios.
La policía y los fiscales computan 13 minutos desde el momento en que se alquiló la moto de agua, viajaron por mar hasta el lugar en donde estaba el fiscal junto a su esposa en plena luna de miel, le dispararon dos tiros y huyeron sin dejar rastros.
El polémico retrato de uno de los sicarios, elaborado poco después del crimen, tampoco ayuda para identificar a los autores. El pobre identikit no deja muy en claro sobre quién puede ser esa persona.
En un principio se pensó que era del asesino material del fiscal - el que disparó sobre Pecci - pero ahora creen que puede ser quien alquiló el "jet ski" que usaron para llegar hasta la playa del fiscal. Esto abre el abanico tanto hacia el que guió esa embarcación como para el "tercer hombre" que habría estado para marcar al fiscal y no equivocarse de persona.
Lo que desconcierta aún a las autoridades policiales y a la justicia es justamente cómo se eliminó al fiscal. Pese a tener muchas playas muy apreciadas, especialmente en torno a Cartagena, es la primera vez que asesinos llegan desde el mar para acabar con su víctima. Este tipo de "maniobra" se vio varias veces en playas mexicanas, pero es la primera vez que sucede algo así en Colombia.
Esto hizo que en las últimas horas, la pesquisa avance en la posibilidad de una triangulación del narcotráfico para asesinar a Pecci. Se decidió y se hizo inteligencia contra el fiscal en Paraguay. Para consumar el asesinato sicarios colombianos (¿uno era venezolano?) contaron con el asesoramiento de narcos mexicanos.
Operativos similares en México:
En los útimos meses, también en las playas turísticas del estado de Quintana Roo, sobre la rivera Maya, se dieron homicidios de este tipo. El que más causó revuelo fue el del empresario argentino Federico Mazzoni, en enero de 2022. Era el gerente del conocido Mamita’s Beach Club. Los asesinos llegaron usando la misma técnica.
Sorpresa y fácil huida: que aparezca una moto de agua en un lugar turístico con playa no causa sorpresa. La policía dice que el procedimiento es similar a las ejecuciones que se hacen desde una moto. El asesino se baja, dispara y vuelve al vehículo y se fuga por el agua.
La policía suele estar lejos de esas playas y, si está presente, queda paralizada en el lugar ya que no tiene una embarcación como para perseguir a los asesinos.
El jefe de la policía de Colombia, el general Vargas, definió como "prioridad número 1" esclarecer este asesinato vinculado al narcotráfico. Es por eso que ya circula el sistema de "recompensas" para cualquier ciudadano que ofrezca datos para encauzar la investigación.
Para Vargas, esta práctica de buenos resultados en su país. Otra de las pistas que se sigue es revisar todas las imágenes disponibles del hotel en que se alojaba la pareja, sus propias fotos y la de turistas o cámaras de seguridad.
Buscan ver si se repiten terceras personas en torno a Pecci y su esposa Aguilera. El objetivo es determinar si puede hallarse entre esas personas a alguno de los sicarios. Alguien que puede haberlos seguido en esos días para determinar cuál era el mejor momento para matarlo.
También apareció una imagen de una cámara de seguridad que puede corresponderse con momentos previos al alquiler de la moto de agua para ir a asesinar a Pecci.
La recompensa es de US$500.000 por datos útiles para el caso. Pero el universo de testigos es limitado. Por la rapidez de la maniobra. Que por ahora permanece impune.