Los pasajeros habrían muerto al instante
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que opera el sumergible, y que cobraba 250.000 dólares por turista.
En total, una decena de barcos, con ayuda de robots de control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) formaron parte del dispositivo internacional que participó en la búsqueda del sumergible.
Los tripulantes habrían muerto al instante cuando se cortó la comunicación debido a la implosión de la nave, por lo que estaría descartado hallar restos de los cuerpos de los fallecidos.