Crimen aberrante

Infierno en la Tierra: el terrible sistema carcelario de Tailandia que le espera al chef descuartizador

El hijo del actor español Rodolfo Sancho puede ser condenado a muerte en Tailandia. Pero antes, puede estar varios años en el aterrador sistema carcelario de ese país.
Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Daniel Sancho

Daniel Sancho, el español descuartizador que se expone a terminar en una de las peores prisiones del mundo. (Foto: A24.com)

"Bienvenidos al infierno", así definió el escritor británico Collin Martin a la prisión de Bang Kwang en Tailandia. Está considerada como una de las peores cárceles del mundo a la que cualquier reo puede ser condenado para estar alojado, por más aberrante que haya sido su crimen. Como cuando las cosas son tan duras, es mejor matizarlas, a es prisión, ubicada a 7 km. del centro de la capital Bangkok, se la llama con un eufemismo: "el Bangkok Hilton".

A esto se expone el chef español, Daniel Sancho, de 29 años, quien confesó haber matado al médico colombiano Edwin Arrieta, descuartizado y arrojado sus pedazos por diferentes partes de la isla de Kohn Phangan, en Tailandia.

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El hecho sucedió el pasado 2 de agosto. Lo detuvieron dos días más tarde. Un recolector de residuos encontró uno de los restos de Arrieta. Lograron saber el nombre de la víctima. La policía fue al hotel que compartía con Sancho y realizaron una prueba de ADN contundente. Tomaron restos de grasa y pelos del circuito del desagüe de la bañera y del lavatorio. Ante la correspondencia del 99,99% con ese fragmento humano, el chef español no tuvo más salida que confesar su macabro crimen.

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Está preso en una prisión de paso, en otra isla. Es la prisión de Koh Samui. Pasó de una habitación de un hotel 5 estrellas a una celda sin camas, apenas unas colchonetas que comparte con otros 5 prisioneros. Pero al lado de lo que le espera, todavía puede considerarse un privilegiado.

El "Bangkok Hilton"

La cárcel de Bang Kwang - su verdadero nombre - se inauguró en 1944. Está solo a 70 cuadras del centro de la capital del país. Desde entonces, ha sido el centro de numerosas denuncias por hacinamiento, pésimas condiciones de salud, falta de agua potable, mala comida, malos tratos, torturas y hasta ejecuciones. Varios organismos defensores de derechos humanos reclaman año tras año que la cárcel debe ser desmantelada, pero el gobierno Tailandés, de no muy buena reputación en este campo, no escucha esos pedidos.

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La cárcel de Bang Kwang, en Bankok, un infierno en la tierra. (foto: captura de TV)

La cárcel de Bang Kwang, en Bankok, un infierno en la tierra. (foto: captura de TV)

Tiene una capacidad prevista originalmente para solo 3.500 reclusos. Decimos "solo" porque rápidamente duplicó la cantidad de detenidos en ese penal. Y hay denuncias de que en realidad, el número de presos ya casi llega a los 20.000

Por todo esto, las condiciones allí son apenas de supervivencia extrema. Imposible plantear que sirva para preparar al reo a tener una vida diferente cuando recupere la libertad. Aunque ese parece ser un problema menor. Planteárselo es perder el tiempo

Una prisión para no salir nunca más

Quienes llegan a esa prisión son los condenados por los crímenes más duros. El 90% de los reclusos cumplen una condena a cadena perpetua, la mayoría por asesinatos de diversa índole.

El otro 10% lo tiene todavía peor. Son personas que directamente, están condenadas a muerte y esperan en ese "infierno", su ejecución.

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la cárcel, a 7 km del centro de Bangkog, Tailandia (Foto: A24.com)

la cárcel, a 7 km del centro de Bangkog, Tailandia (Foto: A24.com)

Como el universo de los presos son considerados de extrema peligrosidad, las autoridades carcelarias de Tailandia no toman muchos recaudos para su cuidado. En las celdas se hacinan hasta 20 personas o más. Por supuesto, son calabozos, no pabellones amplios. Entonces es imposible pensar en tener una cama o una colchoneta. Cada reo duerme donde y como puede. Frecuentemente, unos arriba de otros.

En ese ambiente, las peleas son más que habituales y muchas de ellas terminan con la muerte de uno o varios presos que "comparten" la misma celda.

Comida precaria y la salud y la higiene, ausentes

Las malas condiciones se notan en todas las áreas. Como hay superpoblación, la comida no alcanza muchas veces y siempre es horrible. Esto también provoca peleas a muerte. Nadie soporta muchos días pasar hambre, en ningún lugar y bajo ninguna circunstancia.

Tampoco hay un servicio de higiene digno. Imposible mantenerlo con una superpoblación carcelaria tan alta. Esto también provoca que haya muchas enfermedades infecciosas. Cuando llegan a ser detectadas por el servicio médico, muchos reos ya agonizan.

Lo mismo ocurre porque al no haber agua corriente, dependen de agua en condiciones para beber solo en los turnos de comida. Por supuesto, un elemento vital escaso, entregado en raciones a más presos de los que puede albergar el "Hilton de Bangkok". De nuevo, todo conduce a un resultado conocido: peleas a muerte por un poco de agua que pueda ser bebida.

Peleas xenófobas

En Tailandia, hay muchos extranjeros detenidos por tener leyes muy estrictas y un sistema policial y judicial nada tolerante. Cuando los no tailandeses caen en el "hilton", se produce una conmoción. Los reos locales se sienten "invadidos" y también eso precipita peleas entre los detenidos.

Una mala señal para el chef Daniel Sancho, que llega desde España.

Lucha por la supervivencia desde el principio

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los recien llegados a la prisión, llevan durante meses grilletes en sus pies las 24 horas del día. (Foto: Captura de TV)

los recien llegados a la prisión, llevan durante meses grilletes en sus pies las 24 horas del día. (Foto: Captura de TV)

Los detenidos, como ya dijimos son enviados a esa prisión por cometer graves crímenes. en consecuencia tienen que pagar una suerte de "derecho de piso" muy limitante. Deben deambular todo el tiempo - día y noche - con grilletes. Durante las horas de luz, les dificulta la movilidad. De noche, en celdas saturadas, es un problema adicional para poder dormir.

El tema es que para los que están condenados a muerte, los grilletes pueden quedar mucho más tiempo anudados en sus pies. Es fácil imaginar que sucede con ellos en caso de verse involucrados en una de las tantas peleas. Ya comienzan con una grave desventaja.

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Superpoblación, falta de higiene, mala comida, sin agua potable y luchas a muerte, moneda común en la cárcel de Bangkok(Foto: Captura de TV)

Superpoblación, falta de higiene, mala comida, sin agua potable y luchas a muerte, moneda común en la cárcel de Bangkok(Foto: Captura de TV)

Por supuesto, que como en general sucede en todo el mundo, también circulan los beneficios tarifados. Desde conseguir una celda con menos "compañeros" a una ración mejor de comida. un tratamiento que pueda evitar castigos físicos o torturas y hasta un mejor régimen para las escasas visitas. Pero todo eso cuesta dinero, que debe proveerse desde el exterior. Pensando en Sancho, con su familia en España, se le hará complicado frente a los "locales".

Una sola carta para jugar

Sancho está detenido por ahora en la cárcel de Koh Samui. Ya se fueron varios de los 83 días que tiene la justicia para sentarlo en el banquillo de los acusados. Hasta entonces, quedará en esa prisión, que puede considerar un paraíso.

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Uno de los pabellones luego de una revuelta en el

Uno de los pabellones luego de una revuelta en el "Hilton Bangkok", la peor cárcel de Tailandia. (Foto: Captura de TV)

Pero con su confesión, con seguridad irá a parar al "hilton" de Bangkok. Por lo menos por los próximos 30 años. Eso, siempre y cuando no sea condenado a pena de muerte. Asesinar a una persona,descuartizarla y desperdigarla por la isla y hasta en el mar, es una razón más que válida para recibir esa sanción de un tribunal tailandés. Hasta ahora, solo 7 de los 15 trozos en que fraccionó al médico colombiano pudieron ser hallados.

Sin embargo, en Tailandia aseguran que tiene una carta clave para jugar, una sola. Lo mismo dicen los periodistas españoles que viajaron a ese país para cubrir las alternativas de este caso espeluznante. Sancho, cuando no tuvo más remedio, confesó su crimen y desde entonces, colaboró con la justicia. Esto le puede ser clave para lo más importante de ahora en más: no ser condenado a muerte.

Seguramente recibirá una pena de 35 años o más de prisión. Pero si no es condenado a la pena capital, sus abogados y quizá el gobierno español podrán presentar recursos para que sea extraditado. Claro que le queda lo más duro todavía. Resistir en el "Hilton Bangkok".

Dante Alighieri, en la Divina Comedia, el esfuerzo de atravesar el infierno, pasar por el purgatorio y llegar al paraíso, colocó un cartel en las puertas de averno: "Lasciate ogni esperanzá voi ch'entrate"

"Abandonen toda esperanza los que aquí entran". Daniel Sancho debe luchar contra eso.