Antisemitismo

La "Noche de los cristales rotos": un crimen que sirvió de excusa para abrir el camino hacia el Holocausto

El 9 de noviembre de 1938, el pogromo que se dio contra los judíos en Alemania y también en Austria marcó el inicio de lo que sería la pretendida "solución final" nazi para exterminar al pueblo judío.
Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
La Noche de los cristales rotos en Alemania

La Noche de los cristales rotos en Alemania, el 9 de noviembre de 1938 (Foto: captura de TV).

"No me gustaría ser judío en Alemania". La frase pertenece a Hermann Göring, uno de los más altos jefes militares y líderes del régimen nazi, comandante de la fuerza aérea, vicecanciller y fundador de la Gestapo. En la noche del 9 de noviembre de 1938, el antisemitismo creciente en Alemania tuvo uno de los momentos que marcó el inicio del Holocausto.

Más de 1.000 sinagogas fueron incendiadas y destruidas en Alemania y en Austria. Se asesinaron a 91 personas y unas 30.000 fueron detenidas y deportadas hacia los campos de concentración del régimen nazi.

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El nombre de "Krsitallnacht" (Noche de los cristales rotos) se debe a que miles de locales y negocios de la comunidad judía en Alemania se destruyeron por completo. Las vidrieras, que habían sido pintadas con la leyenda "judío" o la estrella de David, fueron rotas a martillazos o a pedradas. Luego, los locales fueron enteramente saqueados y destruidos. Las pertenencias de las familias judías fueron robadas, del mismo modo que las casas, y muchas otras pertenencias quemadas en hogueras en las calles.

El antisemitismo comenzaba a llegar a su máxima expresión y abrió las puertas al Holocausto, la ominosa "solución final" del nazismo para eliminar a los judíos.

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Las vidrieras de locales de judíos, destruidos en la Alemania nazi de 1938 (Foto: gentileza History).

Las vidrieras de locales de judíos, destruidos en la Alemania nazi de 1938 (Foto: gentileza History).

Un asesinato, la excusa para la barbarie nazi antisemita

El nazismo había llegado al poder en 1936. Hitler puso a los judíos como responsables, entre otras cosas, de la derrota alemana en la primera Guerra Mundial, pese a que eran 600.000 habitantes, el 1% de la población total de Alemania.

Las restricciones, malos tratos, discriminación y segregación de los judíos iban aumentando con el paso de gobierno del régimen nazi. En ese contexto, un episodio fue la excusa perfecta para lazar uno de los peores pogromos de la historia.

El 7 de noviembre de 1938, Ernst von Rath, secretario de la embajada alemana en París, fue asesinado por un judío polaco de origen alemán que estaba desesperado porque no tenía trabajo ni podía solventar sus cuentas. El asesinato sirvió para que se desatara una terrible ola de violencia contra la población judía como represalia.

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Más de 1.000 sinagogas se quemaron en 1938 en Alemania (Foto: gentileza History).

Más de 1.000 sinagogas se quemaron en 1938 en Alemania (Foto: gentileza History).

El ministro de propaganda, Joseph Goebbels, fue el encargado de señalar como enemigos de la patria a la colectividad judía. Las SS lanzaron en la noche del 9 de noviembre de 1938 un ataque sin precedentes. Con miles de vidrios que tapizaron las calles de las ciudades alemanas producto de los destrozos a locales y casas de la comunidad judía.

Sus bienes fueron saqueados, apropiados por los nazis o destruidos. Se quemaron más de 1.000 sinagogas y las personas quedaron frente al inicio de lo que el nazismo causó con el Holocausto. Fueron asesinadas 91 personas, solo por el hecho de ser judíos. Otras 30.000 fueron arrestadas y deportadas a los campos de concentración que se iban multiplicando.

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Adolf Hitler marcha por las calles de Berlín (Foto: captura de TV).

Adolf Hitler marcha por las calles de Berlín (Foto: captura de TV).

Una serie de medidas que exacerbaron el antisemitismo

El régimen nazi fue cercando a la población judía en Alemania. De a poco, pero sostenidamente, los rebajaron a ciudadanos de un orden menor, como si no fueran alemanes.

  • Se les impidió trabajar como empleados públicos
  • No pudieron tener relaciones o casarse con "alemanes"
  • Se les quitó el derecho al voto
  • No pudieron asistir más a la escuela
  • Se los obligó a registrar todos sus bienes ante el estado
  • Se marcaron con estrellas de David, negocios y casas de la comunidad judía como discriminatorios.

Toda esa serie de medidas creó la atmósfera que permitió que, en la Noche de los cristales rotos, las SS actuaran con total brutalidad e impunidad. La mayoría de la población asistió impávida, sin reaccionar, y en muchos casos, se sumó a estos actos de vandalismo. La barbarie fue documentada principalmente por el diario The New York Times.

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Ante la guerra entre Israel y Hamas, reaparecieron en Europa casas marcadas con la estrella de David como en la Alemania nazi (Foto: gentileza ABC).

Ante la guerra entre Israel y Hamas, reaparecieron en Europa casas marcadas con la estrella de David como en la Alemania nazi (Foto: gentileza ABC).

El antisemitismo, en auge tras la guerra entre Israel y Hamas

El antisemitismo es anterior a los sucesos de 1938, por supuesto. Desde los relatos bíblicos hasta sucesos como la expulsión de los judíos de España por una resolución de los reyes católicos en marzo de 1492.

El ataque de Hamas a Israel representó la mayor cantidad de judíos muertos desde el Holocausto, pero la respuesta de Israel despertó en todo el mundo, con epicentro en Europa, nuevas muestras de antisemitismo, algo que siempre está latente.

Lo más impactante, además de las amenazas, es el retorno de las estrellas de David estampadas en las casas, marcando el hogar de personas judías, un método que recuerda a lo sucedido hace 85 años con "la Noche de los cristales rotos".

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