Al menos 110 personas murieron en Nigeria por una explosión en una refinería ilegal mientras que 160 fallecieron en Sudán como consecuencia de enfrentamientos entre bandas rivales.
Al menos 110 personas murieron en Nigeria por una explosión en una refinería ilegal mientras que 160 fallecieron en Sudán como consecuencia de enfrentamientos entre bandas rivales.
El trágico incendio en la refinería clandestina de petróleo en el sur de Nigeria, afectó a una zona devastada por décadas de explotación ilegal de hidrocarburos, según informó un nuevo balance de los servicios de emergencia locales.
La explosión ocurrió este viernes por la noche en el sitio ilegal situado entre los estados petroleros sureños de Rivers e Imo, dijo la policía, consignó la agencia AFP.
"El balance de muertos es ahora de 110, en lugar de 80, ya que muchas personas sucumbieron a sus heridas", señaló el domingo por la noche a la AFP Ifeanyi Nnaji, de la Agencia Nacional de Manejo de Emergencias (NEMA).
El mismo responsable había advertido al dar un primer balance de 80 muertos que el número de víctimas podría aumentar.
"Nos enteramos de que hay muchos cadáveres en el monte y en los bosques cercanos", había dicho.
Nnaji explicó que la escena de la explosión estaba llena de vehículos y bidones carbonizados, utilizados para transportar el petroleo robado.
La policía confirmó que la explosión tuvo lugar en una refinería ilegal, pero no dio datos sobre el número de víctimas.
La explosión registrada el viernes es la más reciente de una larga serie en este país, primer productor de petróleo de África, donde este tipo de accidentes es frecuente.
En la región petrolera del delta del Níger, criminales procedentes de algunas comunidades locales vandalizan habitualmente los oleoductos para trasvasar y robar hidrocarburos, que son luego refinados en sitios ilegales, para ser finalmente vendidos en el mercado negro.
Por lo menos 160 personas murieron este domingo como consecuencia de enfrentamientos entre grupos rivales en Darfur, una región del oeste de Sudán devastada por décadas de guerra, informaron fuentes humanitarias.
El último estallido de violencia se produjo después de que hombres armados de una tribu árabe atacaran pueblos de la minoría massalit en represalia por el asesinato de dos miembros de su tribu el pasado jueves, según la Coordinación General para los Refugiados y Desplazados de Darfur.
Los choques en Krink, a unos 80 kilómetros de Geneina, la capital de Darfur del Oeste, comenzaron el viernes, cuando ocho personas murieron, afirmó el vocero de esa Coordinación, Adam Regal.
El dirigente dijo que además al menos 46 personas resultaron heridas y advirtió que la cantidad de víctimas podría ser mucho mayor.
Un líder tribal de la minoría massalit, no musulmana, afirmó que vio múltiples cuerpos en las aldeas de la región de Krink, según la agencia de noticias AFP.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió hoy a las autoridades que garantizaran que los heridos pudieran llegar a los hospitales en forma segura.
En los últimos meses, decenas de personas murieron y cientos de inmuebles fueron incendiados en Darfur, según la ONU y otras fuentes.
En 2003, Darfur fue escenario de un conflicto entre rebeldes de una minoría étnica y el gobierno, de mayoría árabe, que acabó con la vida de 300.000 personas y obligó a 2,5 millones de habitantes a abandonar sus hogares, según datos de la ONU.