Cambio Climático

Nueva York: ya son 43 los muertos por las inundaciones que dejó el huracán Ida

El paso devastador del Huracán Ida afectó a Nueva York y tres estados vecinos. El desafío de las ciudades frente a la amenaza ya real del cambio climático.
Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
El subterráneo convertido en una trampa mortal por el cambio climático (Foto: AP).

El subterráneo convertido en una trampa mortal por el cambio climático (Foto: AP).

La cuenta de las víctimas fatales por la inundación tras el paso del huracán Ida llegó a 43. Pero puede seguir en aumento mientras continúan actuando los grupos de emergencia y rescate. La ciudad de Nueva York amaneció con sectores todavía anegados. No todo el servicio subterráneo está operativo. Es fundamental porque conecta los cinco distritos de la ciudad y también a las ciudades vecinas como Jersey City.

Los aeropuertos reabrieron, pero cientos de vuelos quedaron cancelados.

No obstante, más allá de la emergencia, los expertos en clima y los urbanistas ya no dudan: el cambio climático ya está aquí y comienza a mostrar las tremendas consecuencias que tendrán en las ciudades con grandes aglomeraciones. Sin hacer distinciones. Nueva York puede exhibirse como una ciudad que "funciona", es decir da respuestas a sus ciudadanos. Hasta ahora.

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Calles totalmente anegadas en el Bronx, ciudad de Nueva York (Foto: AP)

Calles totalmente anegadas en el Bronx, ciudad de Nueva York (Foto: AP)

De la pandemia al cambio climático

En 2020, el coronavirus puso en jaque a la ciudad, con hospitales al borde del colapso. Tal fue la cantidad de muertos en un momento que fue necesario colocar camiones frigoríficos en los hospitales para ampliar la capacidad de las morgues. Pero con la llegada de las vacunas, la ciudad logró -luego de un año- retomar su actividad casi normal. Hoy, el 64% de la población tiene su esquema completo de inmunización. Las vacunas se pueden aplicar sin inconvenientes en cualquier farmacia, por ejemplo.

Pero con el cambio climático el tema es totalmente diferente. Lo que sucedió en la Gran Manzana y varias ciudades vecinas demuestra que hay una cuestión de logística e infraestructura que jamás previó semejante cambio para la vida ciudadana en concentraciones de personas en una megalópolis.

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Estadio de Béisbol en Nueva Jersey, cubierto por la inundación (Foto: AP)

Estadio de Béisbol en Nueva Jersey, cubierto por la inundación (Foto: AP)

Los discursos ya no alcanzan

El alcalde Bill de Blasio hizo lo habitual en estos casos. Mientras trabajaban los grupos de emergencia, recorrió las zonas más afectadas de la ciudad. Y luego, como ya es costumbre, resumió la actividad por Twitter: "Hoy también vi algo que hemos visto tantas veces antes: neoyorquinos de pie. Comunidades que se unen para ayudar a sus vecinos. Los socorristas trabajan incansablemente. El espíritu de nuestra ciudad no puede ser derribado por mucho tiempo. Siempre, siempre, SIEMPRE nos levantamos", escribió

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El alcalde de Nueva York agradeció el

El alcalde de Nueva York agradeció el "espíritu de lucha" ante la adversidad por parte de los neoyorquinos ( Foto: Cuenta de twitter de Di Blasio)

Pero los científicos, urbanistas y ambientalistas advierten que esas acciones habituales ya resultan insuficientes. El cambio climático ya está aquí y exige medidas profundas de transformación.

Un solo dato como ejemplo: en solo una hora, el Central Park de Nueva York recibió el triple de agua por la tormenta que en la lluvia anterior del 21 de agosto pasado.

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Una inmigrante ecuatoriana lucha contra la devastación que el agua provocó en su casa ( Foto: Gentileza NYTimes)

Una inmigrante ecuatoriana lucha contra la devastación que el agua provocó en su casa ( Foto: Gentileza NYTimes)

Ya es muy evidente que las ciudades no están preparadas para semejantes cambios en el medioambiente. Años perdidos en el debate sobre si el efecto invernadero era real, por ejemplo, rechazado de plano por Donald Trump. Esto postergó la toma de medidas planificadas para adelantarse a estas nuevas necesidades.

La contundencia de los datos

El planeta se está calentando. Con severas tormentas, más frecuentes y más intensas. Provocan ríos de agua devastadores en zonas inapropiadas y sin preparación acorde. Como las calles de las grandes ciudades.

El modo de vida habitual en las grandes urbes del planeta puede entrar rápidamente en colapso. La red de subterráneos es hoy imprescindible. Sin embargo, ante una tormenta como sufrió Nueva York esta semana (o Londres hace 15 días), la extensa red de túneles que surcan las ciudades pueden convertirse en trampas mortales para los usuarios ante este tipo de eventos tan violentos. Si el subte dejara de ser operativo, el resto de la red de transporte no puede absorber a los usuarios desplazados.

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Inundación sin antecedentes en Jersey city, frente a la ciudad de Nueva York (Foto: AP)

Inundación sin antecedentes en Jersey city, frente a la ciudad de Nueva York (Foto: AP)

Ese simple hecho traería un caos a la vida habitual en las ciudades.

Para poner en cifras el peligro que esto representa: la Agencia Nacional del Clima de Estados Unidos afirma que es innegable la mayor frecuencia de lluvias severas en la última década.

Las tormentas en el noreste norteamericano (como la que acaba de sufrir Nueva York y cuatro estados más), son una gran amenaza: el 1% de las tormentas actuales produce un 55% más de caída de agua de la media en el siglo XX. Las ciudades no está preparadas para semejante impacto.

La dimensión del desafío para el mundo entero lo puso el propio presidente Joe Biden: "Estas consecuencias extremas del clima es uno de las más grandes desafíos de nuestro tiempo".

Si algo bueno ha tenido el coronavirus es que trajo a los científicos al primer plano del debate público y la información. Por primera vez, se han convertido en "estrellas" necesarias en los medios de comunicación y las redes sociales para alertar a la población.

Con el cambio climático ocurre lo mismo. Tomemos la advertencia del profesor de ciencia atmosférica de la Universidad de Albany (capital del estado de Nueva York). Categórico, afirma: "Lo que ocurre hoy, es exactamente lo que la teoría y los modelos del clima anticiparon".

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