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Rubiales defendió su "piquito" y dijo que no va a renunciar. (Foto: A24.com)
Pero no fue así. Se encontraron con un presidente dispuesto a dar batalla. Con un estilo calmo y aplacado, fue describiendo todo lo que sucedió en los últimos días. Como las quejas por su comportamiento a la hora de los festejos opacaron el triunfo de la selección campeona del mundo, además de su propio padecimiento.
También se refirió a todos los pedidos de renuncia, desde el presidente del gobierno español, dirigentes del fútbol y hasta algunas jugadoras. Pero si algo quedó en claro luego de escucharlo es que Rubiales no piensa, ni por asomo, en renunciar.
Luis Rubiales: "Fue un beso consentido"
Hay que reconocer que el dirigente del fútbol español no dejó ninguno de los cuestionamientos que se le hacen, sin responder.
Pidió una vez más disculpas por su gesto obsceno al momento del gol que le dio el campeonato a España. Estaba en un palco, junto a la reina Letizia y su hija, la princesa Sofía. Pero cuando Olga Carmona marcó el gol del mundial, se desbocó y se tomó los genitales para celebrar.
"Han sido muchos años de tensiones, presiones, y frustraciones para llegar a este momento", dijo Rubiales. "Por eso ese desahogo, pero me disculpo una vez más. Jamás debí hacerlo", repitió.
Ahora, sobre el beso a la jugadora Jenni Hermoso dio una amplia explicación, con detalles inéditos y que no harán más que prolongar la polémica.
"Fue un beso consentido", dijo varias veces Rubiales. Enseguida describió como vivió él ese momento y dejo definiciones para comprobar directamente viendo otra vez las imágenes.
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"¿Un piquito?" El momento en el que Rubiales dijo que el beso con la jugadora Jenni fue consentido. (Foto: Captura de TV)
Así contó Rubiales ante la RFEF toda la secuencia que terminó en ese beso, que para él solo fue un "pico".
"El beso, que fue más un pico, fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido. El deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo al que podría tener dándole un beso a una hija", agregó mientras hizo notar que su hija estaba allí presente.
Rubiales siguió diciendo: "Y no hay posición de dominio. Ella (por Jenni Hermoso) me levantó del suelo, que casi nos caemos, y al dejarme en el suelo, nos abrazamos, me acercó a su cuerpo, le dije que se olvidara del penalti fallado y me respondió: 'Eres un crack'".
Entonces llegó el desenlace: "¿Un piquito?’, le pregunté. ‘Vale’, me contestó' y se despidió con un último manotazo en el costado y riéndose", contó Rubiales.
Luego pareció sentirse molesto con la propia jugadora por los comentarios que tuvo días más tarde, ya en Madrid. Jenni llegó a pedir incluso una sanción ejemplar para el dirigente besador.
"Ella dijo que era una anécdota. Y de la anécdota, del ‘no pasa nada’, se pasa al silencio de la jugadora y después a un comunicado que no termino de entender”, relató Rubiales.
"Aquí no se está tratando de hacer justicia, sino un asesinato social", fue de lo más duro de sus palabras.
Falso feminismo y una cacería en su contra
Ya envalentonado, Rubiales defendió su gestión al frente de la RFEF como la más exitosa del fútbol español. Y le preguntó a los demás dirigentes: "No vivo fuera del resto del mundo y se que me he equivocado", reconoció antes de lanzar una pregunta en general: "¿Pero ese error merece esta cacería?".
Describió todos los sectores que salieron en su contra. No solo desde el presidente del gobierno español o una de sus ministras. También reveló que tienen mensajes en su celular de personas del mundo del fútbol (de todos los niveles) con felicitaciones, pero luego ante presiones han declarado públicamente en contra suyo.
Pero otro de los puntos que alimentará la polémica durante el fin de semana o fue su definición sobre el "falso feminismo". Marcó una clara diferencia con la Reina, con la princesa y hasta con su propia hija: "Ustedes son feministas de verdad", dijo.
Luego englobó a una serie de personas en el "falso feminismo que hay por ahí". Las caracterizó como que no les importan las personas: "Están preparando una ejecución social para ponerse una medalla y decir que están avanzando. Han tardado cinco días en felicitarnos por el Mundial".
Y entonces hizo nombre concretos y les anunció que las esperará en la justicia: "La señora Yolanda Díaz, la señora Montero, la señora Belarra, el señor Echenique (todas ministras de Pedro Sánchez)... se han referido a esta acción con la palabra vejar, ‘agresión sexual’, sin consentimiento, agredir... ¡qué pensarán las mujeres que han sido agredidas sexualmente! , inquirió Rubiales.
"A estas personas que han dicho esto de mí, que están tratando de asesinarme públicamente les digo que me voy a defender en los juzgados”, remató.
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Jorge Vilda, el técnico del seleccionado femenino de fútbol, aplaude a Rubiales cuando dice que no piensa renunciar como presidente de la Federación Española de Fútbol. (Foto: Captura de TV)
"Campeones del mundo"
También reivindicó esa expresión. Se lo criticó en España por no hablar de "campeonas". Rubiales explicó que el triunfo no solo es de las jugadoras - fundamentales - sino a todo un grupo de hombres y mujeres que trabajan a diario desde hace años en la planificación, cuidado, entrenamiento, alimentación y todo lo que conlleva dirigir a un seleccionado profesional que fue a la búsqueda del mejor premio: la Copa mundial de la FIFA.
En una ya clásica exposición, el titular de la Real Academia Española explicó: "Cuesta mucho buscar una alternativa porque es muy económica a los efectos de explicar las cosas y no es discriminatoria ni mucho menos. El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. El masculino genérico, decimos en la academia, es inclusivo, es lenguaje inclusivo, (es) el más inclusivo de todos los lenguajes", dijo Santiago Muñoz Machado.
Rubiales se apoyo en esa definición de la Academia Española en decir que el género de las palabras no determina ninguna posición dominante entre las personas. Por eso, repitió en su mensaje que hay que celebrar por ser "campeones del mundo".
Para el final, otro dato no menor. Periódicamente, sus palabra eran interrumpidas por aplausos, no aislados sino generalizados. El tema no pasó desapercibido para la televisión. Tanto que cuando Rubiales negó cinco veces su renuncia (dos más que cuando San Pedro negó conocer a Jesús) el director de cámaras tomó en primer plano a Jorge Vilda, el director Técnico de las campeonas mundiales. Aplaudía como evidente señal de apoyo.