CAMBIOS URGENTES

Topes en cajeros en diciembre: cuánto dinero se puede retirar

A medida que avanza el cierre del calendario, crece también la preocupación entre quienes necesitan disponer de efectivo, especialmente en regiones donde el uso de cajeros sigue siendo prioritario frente a los pagos digitales.

Topes en cajeros en diciembre: cuánto dinero se puede retirar

En medio de la temporada de mayor movimiento financiero del año y con un incremento sostenido en las operaciones presenciales, los bancos en Colombia mantienen activos los topes para retirar dinero en los cajeros automáticos, una medida que seguirá vigente durante diciembre y que impacta directamente en la organización económica de millones de usuarios. Aunque se trata de una política que aplica desde hace meses, la cercanía de la Navidad, los pagos de nómina, las primas de fin de año y el aumento general de transacciones obligan a los clientes a revisar de nuevo los límites para evitar contratiempos frente a las terminales.

A medida que avanza el cierre del calendario, crece también la preocupación entre quienes necesitan disponer de efectivo, especialmente en regiones donde el uso de cajeros sigue siendo prioritario frente a los pagos digitales. La principal inquietud radica en conocer cuál es el monto exacto que se puede retirar por día o por transacción, ya que un rechazo inesperado o la necesidad de realizar múltiples operaciones no solo genera demoras, sino también riesgos de seguridad asociados a permanecer más tiempo en la calle o en zonas de alto flujo.

Aunque cada entidad financiera determina sus propios cupos según el tipo de cuenta y la tarjeta asociada, el sector bancario colombiano mantiene promedios que ayudan a orientar a los usuarios. Para la mayoría de clientes, los límites diarios se mueven entre $1.200.000 y $2.400.000, una franja que permite cierto nivel de maniobra, pero que no siempre cubre las necesidades de quienes deben realizar pagos elevados o retirar sumas importantes para actividades comerciales.

A esto se suma otro factor clave: los cajeros automáticos suelen imponer un límite por transacción, independiente del tope diario. Esta restricción responde a criterios de seguridad y logística: evita que una sola persona acapare grandes cantidades de efectivo, reduce riesgos de fraude y garantiza que los dispositivos mantengan una disponibilidad adecuada durante toda la jornada. En épocas de alta demanda, como diciembre, este mecanismo se vuelve aún más importante para evitar que los ATM queden sin fondos en horas pico.

Sin embargo, la existencia de estos límites ha generado inquietudes entre sectores que dependen fuertemente del manejo de efectivo. Comerciantes, transportadores, trabajadores informales y ciudadanos que realizan operaciones de alto volumen al finalizar el año suelen verse obligados a planificar con mayor anticipación. Para muchos, realizar tres o cuatro retiros consecutivos en distintos cajeros no es solo engorroso, sino también riesgoso, debido a la exposición en la vía pública o la necesidad de trasladarse entre diferentes puntos.

Ante este escenario, las entidades financieras reiteran que existen alternativas para quienes necesitan retirar montos superiores al permitido por los cajeros. El mecanismo más directo sigue siendo la atención por ventanilla, donde los clientes pueden solicitar el monto deseado presentando su documento de identidad. Aunque esta opción resuelve el problema del límite, su efectividad depende de los horarios de atención y de la disponibilidad de efectivo en cada sucursal, variables que suelen modificarse durante la temporada de fin de año.

En paralelo, algunos bancos permiten solicitar un aumento temporal del cupo diario a través de canales digitales. Estas herramientas, disponibles en aplicaciones móviles o plataformas web, han ganado relevancia por evitar desplazamientos y por adaptarse mejor a la urgencia de ciertos usuarios. No obstante, su uso aún es limitado, ya sea por desconocimiento o por restricciones que varían según cada entidad.

Los expertos en seguridad financiera recomiendan complementar estas opciones con pagos electrónicos, transferencias y billeteras digitales, herramientas que se han fortalecido en los últimos años y que reducen la necesidad de portar sumas significativas en la calle. A pesar de este avance, el uso de efectivo continúa siendo predominante en varias regiones del país, donde los comercios pequeños dependen de él para operar y donde los medios digitales no siempre están disponibles o no generan suficiente confianza entre la población.

A esta realidad se suman las modificaciones de horarios que los bancos implementan durante diciembre. Con el fin de evitar congestiones y distribuir mejor el flujo de usuarios, varias entidades han ajustado su esquema de atención, alternando entre sedes que operan de lunes a viernes y otras que abren exclusivamente algunos sábados en horario reducido. Este sistema busca facilitar operaciones básicas como retiros, consignaciones o pagos sin que la ciudadanía dependa únicamente del horario tradicional.

El modelo mixto también responde a un fenómeno recurrente: las largas filas que se forman en los primeros días de cada mes, especialmente cuando coinciden pagos de salarios o beneficios estatales. Durante diciembre, esta situación se intensifica por el movimiento comercial asociado a las festividades y por el auge de promociones, ferias navideñas y compras anticipadas. La ampliación y reorganización de horarios se convierte así en un recurso para aliviar la presión sobre las sucursales y mejorar la experiencia de los usuarios.

A pesar de estas estrategias, las consultas siguen aumentando. En redes sociales y líneas de atención, miles de clientes preguntan cada día cuál es el límite de retiro que aplica para su tipo de tarjeta, cómo solicitar un aumento temporal o qué hacer si la terminal rechaza la operación. La falta de información clara o unificada entre bancos genera confusión, ya que los montos varían según la entidad, el producto contratado, el historial del cliente e incluso la zona donde se encuentra el cajero.

En términos generales, los topes en los cajeros automáticos incluyen cuatro puntos clave que los usuarios deben tener presentes. El primero es el límite diario, que oscila entre los valores promedios ya mencionados. El segundo es el límite por transacción, que puede ser menor y obliga a realizar varias operaciones si se desea llegar al tope diario. El tercero es la posibilidad —dependiendo del banco— de solicitar incrementos temporales. Y, finalmente, la recomendación de optar por métodos de pago alternativos, que reducen la circulación de efectivo y disminuyen el riesgo de robos, extravíos o fraudes.

En este último punto, las instituciones han reforzado campañas de educación financiera que explican cómo funcionan las billeteras digitales, cómo identificar páginas seguras para transferencias y qué medidas tomar para evitar caer en estafas durante la temporada. La pedagogía se centra especialmente en los adultos mayores, uno de los grupos más vulnerables frente a los engaños asociados a cajeros, tarjetas y aplicaciones móviles.

Mientras tanto, los comercios también se preparan para la temporada alta. Conociendo los límites que enfrentan sus clientes, muchos establecimientos medianos y pequeños están incentivando el pago por datáfono, códigos QR o plataformas digitales, estrategias que aceleran la atención y reducen el riesgo de manejar grandes cantidades de dinero en caja. Sin embargo, esta transición no es homogénea: sectores como el transporte informal, las ferias artesanales y mercados populares siguen dependiendo casi por completo de los billetes.

Los analistas coinciden en que la discusión sobre los límites en cajeros automáticos se volverá más frecuente a medida que el país avance hacia la digitalización financiera. En algunos casos, estos topes podrían aumentar según se fortalezcan los mecanismos de seguridad; en otros, podrían reducirse para incentivar aún más los pagos electrónicos. Lo cierto es que la conversación ya forma parte del debate sobre modernización del sistema bancario, protección al usuario y reducción del uso de efectivo en la economía.

Por ahora, diciembre se perfila como un mes donde la planificación será clave. Quienes requieran efectivo en cantidades mayores deberán anticiparse, acudir a ventanilla o programar sus operaciones en horarios de menor demanda. Los bancos, por su parte, continuarán gestionando la disponibilidad de los cajeros para evitar que se queden sin fondos, mientras que la ciudadanía deberá adaptarse a un sistema que busca equilibrar seguridad, eficiencia y accesibilidad.

La medida, aunque a veces incómoda, responde a un contexto específico: el incremento de fraudes, la necesidad de proteger a los usuarios y la urgencia de mantener la operatividad de las terminales en una época crítica. Y aunque los límites seguirán vigentes, las opciones para sortearlos también están sobre la mesa. La clave estará en informarse a tiempo y tomar decisiones que reduzcan riesgos y optimicen el manejo del dinero durante uno de los meses más movidos del año.