El femicidio de Laura Lorena Camiña, hallada muerta en la habitación de un hotel alojamiento en Valle Hermoso, provincia de Córdoba, quedó envuelto en una conmoción aún mayor tras viralizarse un posteo que la mujer hizo dos semanas antes del crimen.
Dos semanas antes de ser asesinada en un hotel alojamiento, la víctima había dejado una advertencia pública que hoy vuelve a escena mientras la Justicia intenta reconstruir las horas previas al femicidio.
El femicidio de Laura Lorena Camiña, hallada muerta en la habitación de un hotel alojamiento en Valle Hermoso, provincia de Córdoba, quedó envuelto en una conmoción aún mayor tras viralizarse un posteo que la mujer hizo dos semanas antes del crimen.
En la publicación, Camiña advertía que su expareja la amenazaba y que temía por su vida. Su mensaje final, simple y desesperado, hoy resuena como una premonición trágica: “Que Dios me proteja”.
El posteo fue publicado en Facebook y rápidamente se está transformando en una pieza clave para entender el contexto previo al crimen. Junto a una foto de Gabriel Emanuel Cuello, la mujer escribió: “Es peligroso y está armado. Es vendedor de drogas y se lo busca por violencia de género e intento de homicidio. Que Dios me proteja”.
No era la primera vez que Camiña, una abogada de 47 años que vivía en Villa Giardino, denunciaba a Cuello. Según fuentes judiciales, la mujer había solicitado una restricción de acercamiento, que estaba vigente al momento del ataque. Pese a eso, el hombre siguió acercándose, y la protección judicial no logró evitar el femicidio.
El domingo por la tarde, el personal del hotel alojamiento Ruta 38, ubicado en la calle General Paz al 800, dio aviso a la Policía después de que la pareja permaneciera más de 24 horas sin dar señales. Habían ingresado la tarde del sábado y no respondían a los llamados.
Cuando los empleados lograron acceder a la habitación -la puerta estaba trabada con la cama- se encontraron con una escena brutal: Laura estaba inmóvil en el piso, sin vida; Cuello, de 27 años, colgaba de una sábana.
Los primeros peritajes confirmaron lo que luego determinaría la autopsia: ella murió estrangulada y él se suicidó por ahorcamiento. El caso quedó caratulado como femicidio seguido de suicidio y es investigado por la fiscal de Cosquín, Paula Kelm.
Fuentes allegadas a la investigación reconstruyen que la relación entre la víctima y Cuello había sido siempre conflictiva. Estuvieron un año juntos, y durante ese tiempo hubo episodios reiterados de violencia, amenazas y persecución. Tanto es así que Camiña había tomado la decisión de denunciarlo y pedir ayuda mediante redes sociales.
En su posteo público, que ahora circula como evidencia de un pedido de auxilio no atendido, la mujer advertía claramente: “Es peligroso. Está armado. Se lo busca por intento de homicidio”.
Nadie imaginó que esa descripción terminaría anticipando su propio final.
Dentro de la habitación, la policía secuestró un teléfono celular destruido, que será sometido a peritajes especiales. Investigadores creen que puede contener mensajes, audios o registros que permitan reconstruir qué ocurrió en las horas previas.
La fiscal analiza además el modo en que se concretó la cita en el hotel, si existió coerción o engaño, las comunicaciones previas entre víctima y victimario, los registros de ingreso del establecimiento, y el testimonio del personal del lugar.
Una de las incógnitas centrales es cómo Cuello logró encontrarse con Camiña pese a la orden de restricción que le prohibía acercarse a ella.
Los investigadores pudieron establecer un cronograma aproximado:
Sábado, por la tarde: la pareja ingresa al hotel.
No se registran salidas, pedidos de comida ni comunicación alguna.
Domingo, por la tarde: tras 24 horas sin actividad, los empleados intentan comunicarse y no reciben respuesta.
Domingo, 20.00: la policía ingresa a la habitación y encuentra los cuerpos.
La fiscal Kelm mantiene la causa bajo secreto de sumario, lo que impide revelar datos sensibles que puedan perjudicar la investigación. No obstante, trascendió que se está analizando si Cuello violó la restricción de acercamiento por sus propios medios o si hubo circunstancias que facilitaron el encuentro.
También se busca determinar si la víctima acudió al hotel por voluntad propia, si fue engañada o intimidada para hacerlo, o si alguien más intervino en los momentos previos.