Donald Trump bajó del helicóptero que lo trajo desde el hospital Walter Reed y, al llegar a los balcones de la Casa Blanca, retomó su estilo habitual: se quitó el barbijo para dar un mensaje que despertó polémicas.
Donald Trump bajó del helicóptero que lo trajo desde el hospital Walter Reed y, al llegar a los balcones de la Casa Blanca, retomó su estilo habitual: se quitó el barbijo para dar un mensaje que despertó polémicas.
"No dejen que domine sus vidas. No le tengan miedo", dijo sobre el COVID-19. Sus palabras las subió a su cuenta oficial de Twitter y luego publicó un resumen escrito.
El presidente norteamericano se mantuvo fiel a su estilo avasallante: "Lo venceremos. Yo no me sentí bien. Pero hace dos días ya me sentí mejor. Mejor que en mucho tiempo. Mejor que hace 20 años".
El mandatario agregó que su rápida vuelta a la Casa Blanca era lo que correspondía. "Estoy de vuelta en el trabajo, Estoy al frente, Como líder tengo que hacerlo. Sé que es peligroso pero tengo que hacerlo", sentenció.
Sus breves palabras terminaron con una nueva recomendación: "Estoy mejor, tal vez sea inmune, no lo sé. Pero no dejen que domine sus vidas (repitió). Salgan y cuídense. Las vacunas llegarán pronto", aventuró Trump.
Pese a las palabras del presidente, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, advirtió que Trump no estará "completamente fuera de peligro" hasta dentro de una semana.
Poco después, el candidato demócrata, Joe Biden, salió al cruce de las palabras del presidente norteamericano. "Que le diga eso a las 210.000 familias que perdieron a alguien", afirmó, aludiendo a la frase sobre "no tenerle miedo al virus".
Biden también resaltó el número de muertos en los Estados Unidos por COVID-19, el más elevado del mundo.
"Espero que el presidente, después de haber pasado por lo que pasó, y me alegro de que parezca que está bastante bien, comunique la lección correcta al pueblo estadounidense: las mascarillas importan", dijo Biden, pese a que Trump se la quitó para dar su mensaje en la Casa Blanca.
