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Brenda Uliarte, la novia del agresor de Cristina Kirchner, es estrella porno y se hace llama Ámbar

Se conoció el perfil de Brenda Uliarte, la novia de Fernando Sabag Montiel, hombre detenido por el atentado a Cristina Fernández de Kirchner el pasado jueves a la noche.
Brenda Uliarte

Brenda Uliarte, la novia del agresor de Cristina Kirchner, es estrella porno y se hace llama Ámbar

Antes de este hecho, lo llamativo fue el vivo que hizo Brenda Elizabeth Uliarte por Instagram mientras era buscada por la Policía. Allí se refirió a la corrupción en la política, a Javier Milei, y a su relación con el agresor.

En el programa Periodismo Para Todos revelaron que la novia de Fernando Sabag Montiel con el nombre de Ámbar o Sasha Demon vendía contenido erótico. Brenda, según revelaron, estaba en páginas como el sitio OnlyFans y también en páginas pornos como Xvideos.

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Atentado a Cristina Kirchner: las frases que dejó la novia de Fernando Sabag Montiel antes de ser detenida

"No hay reconciliación con los corruptos. No, chicos. Basta de corrupción, sea de quien sea, de cualquier bando político. Basta de la corrupción. De cualquier país, de donde sea. Basta de corrupción”, expresó Brenda Elizabeth Uliarte en sus primeras declaraciones.

Consultada por uno de los usuarios sobre el uso de las redes, la chica de 23 años aprovechó para despegarse del accionar de su pareja: “Esa es la privacidad de él. A ver, yo era su pareja, pero tampoco le manejaba las redes. ¿Entienden? Él tampoco me manejaba las mías. No éramos tóxicos, manejándonos y viendo qué hacemos. No”.

Y siguió: “Lo que dijo Javier Milei, que los políticos no tendrían que tener más derecho que los civiles, es cierto. Estoy muy de acuerdo”, opinó al hacer referencia a unas declaraciones del diputado libertario, sobre que “los políticos no tienen privilegios sobre el resto de los argentinos de bien”.

Los mensajes que leyó Brenda Uliarte sobre el accionar de su novio

El chorro de agua se vio claro”, dijo, al leer uno de los comentarios que le aparecían en el sector inferior de la pantalla de su dispositivo. Acto seguido, respondió: “Sí, tal vez era una pistola de agua. ¿Quién sabe?”.

Y le cambiaron la pistola por una de verdad y ahora se come este bardo”, fue lo último que alcanzó a replicar Uliarte, sobre los textos que le enviaban antes del cierre de la transmisión.

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