Las razones por las cuales la cúpula de la AFA y el torneo de Primera División cambiaron de opinión con respecto al rumbo que habían tomado al inicio de la temporada se deben a varios factores. En primer lugar, muchos dirigentes ya no ven con malos ojos mantener un torneo con 28 equipos y han dejado de lado la idea de reducirlo con más descensos que ascensos hasta llegar a 22 participantes. Consideran que una buena cantidad de equipos hace que el formato de la Copa de la Liga Profesional sea muy atractivo, especialmente con sus fases de playoffs, y temen que se pierda su atractivo si se reduce el número de participantes en los grupos iniciales de la competencia.
Otro punto es que el interés generado en la liga local después de la consagración en el Mundial de Qatar 2022 se ha traducido en aspectos económicos, con más dinero para distribuir entre todos los clubes, y en una excelente relación entre la AFA, el presidente Claudio Tapia, FIFA (representada por Gianni Infantino) y la Conmebol (representada por Alejandro Domínguez). Debido a esto, las preocupaciones sobre el número atípico de competidores en comparación con otros países han quedado en el pasado. Además, a diferencia de la experiencia de la Superliga, los directivos de la AFA y la Liga Profesional mantienen una buena relación y actualmente existe un clima de armonía y cooperación entre ellos, lo que les permite tomar decisiones conjuntas sin conflictos.