Los especialistas desenterraron otras tres tumbas: la de un supervisor de nobles, la de un sacerdote y la de un juez. Estos roles eran fundamentales en las sociedades que existían en aquella época y por eso tenían un lugar de privilegio.
Sin embargo, lo llamativo fue el nombre del dueño esta reliquia, integrada por nueve estatuas: Messi. Sí, hace más de cuatro milenios hubo un hombre que se llamó igual que el mejor jugador de fútbol del planeta.
Así lo confirmó Zahi Hawass, el profesional a cargo del hallazgo: “En la misma zona donde encontramos las nueve estatuas, había una puerta falsa. Esta puerta pertenece a un tal Messi: no al de Argentina que ganó la Copa del Mundo, a otro Messi. Este Messi vivió hace unos 4300 años. De esto podemos concluir que las estatuas pertenecen al que se llamaba Messi”.