“Me dijo ‘vení que me están robando, se quieren meter en mi casa’. Entonces fui”, contó.
Su suegra -que según detalló “va a diálisis, tiene artrosis y está esperando un trasplante de cadera”- estaba aterrorizada.
“No le tuvo piedad. Mi suegra tiene pánico y se tuvo que ir. ¿Se tiene que ir de la casa por este negro de m…?”, se preguntó Diego, visiblemente indignado durante la entrevista.
La persecución: “Lo corrimos 15 cuadras”
Arrastraron a un hombre acusado de robo en San Justo
De acuerdo a su testimonio, cuando llegó a la casa de su suegra el sospechoso intentó escapar corriendo. Diego subió a su camioneta Renault Duster y lo persiguió durante quince cuadras junto con otros vecinos.
“Lo agarramos en la calle Barral. Lo corrimos 15 cuadras con la camioneta”, relató, aún alterado por la escena.
Durante la huida, asegura, el hombre gritaba que no iba a devolver los papeles de la camioneta que habría robado. La tensión fue en aumento hasta que lograron interceptarlo y reducirlo.
“Lo arrastré una cuadra nomás”
En su relato, Diego reconoció que lo arrastró con la camioneta, pero intentó minimizar la violencia de la escena. “Lo arrastré una cuadra nomás. Estoy cansado de esta gente”, declaró.
El momento quedó registrado en múltiples videos tomados por vecinos. Se ve al hombre, identificado por las iniciales S.S. y conocido en el barrio como “Pituco”, atado de los pies y gritando desesperado mientras es arrastrado por el pavimento. Se lo escucha suplicar “¡Ey, pará amigo!”, mientras uno de los presentes grita: “Ahora no le vas a robar a ninguna señora”.
“Me dijo que le iba a volver a entrar a mi suegra”
Diego aseguró que el acusado no mostró ningún arrepentimiento ni miedo durante la persecución. “Me decía que me iba a caber de nuevo. Que le iba a entrar otra vez a mi suegra”, relató.
Según él, ese comentario desató la furia colectiva de los vecinos que lo rodeaban. “Cuando lo agarramos, me dijo que le iba a volver a entrar a mi suegra, así que le dije: ‘¿Sos atrevido? Ahora vas a ver que no lo vas a hacer más’. No lo até yo solo. Fuimos varios”, contó, intentando justificar la reacción violenta que tuvo lugar.
Una escena de violencia extrema que sacudió al barrio
El hecho ocurrió el domingo, en la intersección de Montañeses y Charrúa, en San Justo. Los vecinos lo redujeron, lo ataron de los pies con una soga y lo sujetaron a la parte trasera de una camioneta, que avanzó varias cuadras a baja velocidad. El recorrido incluyó al menos dos lomos de burro y se extendió desde Parral y Sócrates hasta Canadá y Charrúa.
Durante todo el trayecto, el cuerpo del hombre golpeó contra el asfalto mientras varios vecinos corrían detrás, filmaban o gritaban insultos. En cuestión de minutos, los videos comenzaron a circular por redes sociales, donde muchos usuarios calificaron el hecho como un ejemplo extremo de justicia por mano propia.
Lesiones leves y ninguna denuncia
Cuando la camioneta se detuvo, el hombre quedó tendido en el suelo con lesiones visibles en la espalda y los muslos. Personal policial llegó minutos más tarde y constató que las heridas eran de carácter leve.
El presunto asaltante rechazó la asistencia médica, negó haber cometido cualquier delito y se retiró por sus propios medios. También se negó a aportar datos personales o a radicar una denuncia contra quienes lo golpearon y arrastraron.
Pese a ello, la fiscal Mariana Sogio, de la UFI N° 6 de La Matanza, ordenó abrir una investigación de oficio para determinar qué ocurrió realmente y si hubo un intento de robo o si fue una acusación infundada.
“Pituco”: el acusado y su fama en el barrio
Fuentes policiales confirmaron que el hombre es conocido en el barrio San Alberto con el apodo de “Pituco” y que tiene antecedentes por delitos como robos, hurtos y tenencia de drogas. Sin embargo, en este caso no hay ninguna denuncia formal en su contra por parte de la supuesta víctima.
Este dato complica la causa: sin víctima identificada y con el acusado negando los hechos, la fiscalía deberá basarse en los videos y los testimonios para reconstruir lo ocurrido.
La Justicia investiga al conductor de la camioneta
La fiscal Sogio abrió una IPP (Investigación Penal Preparatoria) de oficio contra Diego y otros vecinos que participaron del episodio. Se busca determinar si existieron delitos de lesiones, coacción agravada, privación ilegítima de la libertad e incluso tentativa de homicidio.
Por ahora, Diego no está imputado formalmente, pero podría enfrentar cargos penales si la Justicia considera que actuó con violencia excesiva. Él, en cambio, insiste en que solo intentó defender a su familia:
“Mi suegra tiene miedo. Tiene pánico. No podía dejar que esto pasara de nuevo”, dijo.