Inseguridad

Como Lola "M", se mueven en la clase alta, se dedicaron a robar y engañar: los casos más emblemáticos de estafadores VIP

Estafas, robos y mentiras en lo más alto de la "high society" local. Tres casos que se asemejan al de la adolescente que engañó a sus amigas.
Engaños y mentiras. Estafadores que se mueven en los estratos más pudientes. 

Engaños y mentiras. Estafadores que se mueven en los estratos más pudientes. 

El caso de Lola "M", la chica de 17 años que robó a sus amigas al sacarle los datos de la tarjeta de crédito, estalló esta semana y dejó en evidencia lo que todos saben, pero muchos callan: las estafas, los robos y los hurtos entre los miembros de los sectores acomodados son más comunes de lo que se suele contar. Aquí, tres relatos de estafadores que se movían en los estratos más pudientes y lograron engañar a su entorno.

Florencia Bergamini, la falsa "prensa" de Juliana Awada

Poco antes de ser detenida, Florencia Bergamini parecía tener una vida de lujo. La mujer vestía siempre de manera elegante y organizaba tés y comidas en hoteles como el Duhau y el Faena. A sus familiares y amigos les decía que era la representante legal de una empresa, que tenía vínculo con la entonces primera dama Juliana Awada y que hasta había sido mano derecha de importantes empresarios.

En las redes, se mostraba de shopping y con ropa de marcas inaccesibles. Sin embargo, todo era mentira. La mujer era una estafadora que usaba sus falsos contactos con el mundo empresarial y político para contactar a mujeres y venderles viajes o conseguir ropa y beneficios en locales exclusivos

Su modus operandi era el siguiente: se contactaba con diferentes personas a través de su novio y decía tener relación directa con la esposa del entonces presidente Macri. Delante de sus potenciales ví­ctimas, simulaba organizar eventos para la primera dama por teléfono, donde pedí­a caterings y distintos presupuestos.

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No solo eso. La mujer sacaba ropa de locales exclusivos "a prueba" a nombre de otras clientas, con la promesa de usarla y, en caso de quererla, pagarla. A muchas, les ofrecía vuelos al exterior, que pagaban con abultadas cifras. Las damnificadas comenzaron a sospechar cuando le pidieron un comprobante que acreditara sus viajes y les entregó un presupuesto de la casa de electrónicos Garbarino.

Cuando el escándalo estalló, se descubrió que Bergamini trabajaba en realidad como recepcionista. Se supo por entonces que la mujer se había criado en el barrio de Boedo dentro de una familia ensamblada; había ido a un colegio bilingüe llamado Mater Ter Admirabilis de Schoenstatt y estudiado en la UCA. Fue arrestada en 2018.

Nicolás Pachelo: el "chico bien" que les robaba a sus amigos del country

Si de engaños se trata, Lola “M” no fue la única que robó a sus amigos de la “high society” local. Nicolás Pachelo, hijo de uno de los fundadores del conuntry Carmel que tomó trascendencia en el marco del crimen de Marta García Belsunce, tiene un vasto prontuario de engaños vip en los círculos de la clase alta donde se crio.

El modus operandi era casi siempre igual. De joven, Pachelo pasaba de visita por las fastuosas casas de sus amigos, donde hablaban de la vida y comían. Terminada la velada o los días posteriores, los dueños del lugar se percataban que faltaba un juego de llaves. En general, creían que se les había perdido.

Poco después, mientras las viviendas estaban vacías, Nicolás Pachelo entraba y se llevaba dinero, electrodomésticos y hasta joyas. Luego de los robos, la entonces novia de Pachelo, Inés Dávalos, solía llamar a sus amigos con alguna excusa y les sacaba información de lo que sabían.

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Los robos tenían lugar en diferentes countries o en los barrios de Palermo y Recoleta. Uno de estos casos ocurrió en julio de 2003, en la casa de Nicanor Cetrá, hijo de Luis Cetrá, entonces dueño de Radio Rivadavia. Pachelo había sido invitado a cenar junto a su pareja y aprovechó la ocasión para robar un juego de llaves. Allí volvió días después y sustrajo un televisor, una filmadora, varias cámara de fotos, un teléfono inalámbrico, entre otras cosas.

Otro de los casos ocurrió cuando la madre de un amigo de Pachelo fue sorprendida dentro del departamento por un encapuchado armado que entró a la casa con un juego de llaves y le robó mil pesos, 350 dólares, una chequera, 10 relojes pulsera, joyas, dos cámaras fotográficas y una filmadora.

Los otros casos ocurrieron en el departamento de otro amigo de Pachelo, ubicado en Rodríguez Peña 2034; también en una casa ubicada en Scalabrini Ortiz y Libertador; y en una otra del country Martindale, en Pilar. A casi todos les había desaparecido un juego de llaves tras una visita o juntada con Pachelo. Los robos también se daban en el edificio donde vivía, ubicado en la avenida del Libertador.

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En este marco, los amigos de Pachelo comenzaron a sospechar y decidieron hacerle frente. Según describe el libro “Carmel” de Pablo Duggan, los jóvenes lo convocaron en el bar Jon John de las Cañitas. Estaban presentes, entre otros, el hoy esposo de “Pampita” Ardohain, Roberto García Moritán, Fernando Pascual y Helio Vera. Ante las acusaciones, Pachelo confesó que había sido él el autor de cada uno de los hechos y que tenía problemas de adicción al juego.

Los acaudalados jóvenes decidieron emprender acciones legales contra su amigo. Cuando la policía allanó su departamento en la calle Libertador encontraron cientos de llaves escondidas en diferentes lugares. En la actualidad, Pachelo está detenido. Se lo acusa de ocho nuevos robos, de los cuales cinco fueron cometidos en el country Tortugas en 2018, además del crimen de María Marta García Belsunce.

Tamara Blanco: de familia acomodada a liderar "la banda de la Cheta"

Hija de una martillera pública, Tamara Blanco venía de una familia de clase acomodada y estudiaba en una universidad privada. Por 2012 años, la joven solía ir a a Puerto Madero junto a su novio Emmanuel García. Se los podía ver bailando y tomando champán. En su tiempo libre, también compraban ropa de marca, relojes de oro y hasta autos descapotables.

Lo que no se sabía era que esos lujos eran el resultado de un violento botín. Con una cara angelical, se cree que Blanco era la líder de la llamada "banda de La Cheta", que asaltaba y torturaba a jubilados para robarles. Solían usar máscaras del Hombre Araña, pasamontañas, guantes de látex y hasta armas.

Por esos años, Blanco fue señalada como la autora intelectual de los asaltos. No entraba en las casa, pero dirigía todo: se ganaba la confianza de las victimas e ingresaba a sus hogares con la excusa de un vaso de agua. Después, se cree que elegía a los miembros del grupo criminal y dirigía, a través de un Handy con su novio, todos los movimientos.

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La joven ladrona y su novio fueron detenidos en septiembre de 2012, cuando tenían solo 22 años. En un departamento de Belgrano encontraron una cadena de oro que había sido robada a una jubilada de Berazategui. Con allanamientos en Quilmes, Berazategui, Villa Devoto y Belgrano, se detuvieron también a otros 10 presuntos cómplices suyos.

En 2015, Blanco intentó entrar en la casa de Gran Hermano. “Estuve involucrada en una causa por ser supuestamente la jefa de un banda que robaba a ancianos. Yo salí tres meses con esta persona, con Emmanuel", contó por entonces.

"Yo sabía que robaba, ese fue mi error, reconozco que me equivoqué porque me tendría que haber alejado. No me alejé porque era mi primer novio y a veces el amor es ciego. Estaba enamorada y pensé que en algún momento iba a cambiar”, dijo en un video que grabó para entrar en el reality.

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