Sin embargo, el auxilio tardó demasiado en llegar. “La ambulancia demoró más de 20 minutos. Llegaban muchos policías, pero no venía la ambulancia”, denunció la testigo, indignada por la demora que, según varios vecinos, pudo haber sido determinante en el desenlace fatal.
 Cuando finalmente llegó la asistencia médica, Diego fue trasladado de urgencia a un hospital local, donde ingresó en estado crítico. Los médicos realizaron maniobras para salvarlo, pero las heridas resultaron demasiado graves. Pocas horas después, los profesionales confirmaron su fallecimiento.
 Las imágenes captadas por cámaras de seguridad fueron claves para reconstruir el momento exacto del crimen. En las grabaciones se observa cómo los tres hombres avanzan juntos en bicicleta por una calle del barrio. En un instante, Demichelis saca el arma de su morral y apunta directamente a Diego, que estaba a pocos metros de su casa.
 El video muestra que la víctima salta de la bicicleta y trata de impedir que el agresor vuelva a disparar, iniciándose un forcejeo breve pero violento. Demichelis intenta gatillar una segunda vez, pero el arma no dispara. En ese momento, ambos forcejean, hasta que se produce un nuevo disparo, que obliga a Diego a escapar corriendo. Gravemente herido, el joven busca ayuda mientras su agresor se da a la fuga en bicicleta.
 El tercer hombre que acompañaba a ambos, identificado como Ezequiel Isaías Morán, también aparece en la escena. Según fuentes policiales, Morán sería el cómplice del asesino, ya que tras el ataque no intentó socorrer a la víctima y, en cambio, huyó caminando del lugar.
 La Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón quedó a cargo del caso, junto a la UFI del Joven N°2, que interviene por la edad de los involucrados. En las primeras horas del operativo, los agentes lograron detener a Morán, quien se encontraba escondido en la zona. En tanto, Sebastián Leandro Demichelis continúa prófugo, y las fuerzas de seguridad desplegaron un intenso operativo para dar con su paradero.
 Fuentes judiciales confirmaron que Demichelis tiene antecedentes penales vinculados a robos menores y conflictos vecinales. Los investigadores no descartan que una discusión previa o un ajuste personal haya motivado el ataque. No obstante, las circunstancias todavía se analizan, ya que no hubo testigos que escucharan una pelea previa al disparo.
 Los vecinos, en tanto, no salen de su asombro. Diego era un joven conocido en el barrio por su carácter tranquilo y su afición por las bicicletas. “Era un chico de laburo, de buena familia. No entendemos qué pudo haber pasado”, comentó un comerciante que lo conocía desde hacía años.
 En redes sociales, familiares y amigos expresaron su dolor y su indignación. “Te arrebataron la vida de la forma más cobarde. No vamos a parar hasta que se haga justicia”, escribió una prima de la víctima en Facebook. Otros allegados organizaron una marcha pacífica en la plaza central de Hurlingham para pedir avances en la investigación.
 La comunidad también cuestiona la lentitud del sistema de emergencias, ya que los videos y testimonios coinciden en que pasaron más de 20 minutos entre el disparo y la llegada de la ambulancia. “Es inaceptable que un chico muera esperando atención médica”, se quejaron vecinos que aseguran que no es la primera vez que se registra una demora semejante.
 En paralelo, la policía continúa la búsqueda de Demichelis, quien hasta el momento se mantiene prófugo y armado. Los investigadores creen que podría haberse refugiado en alguna vivienda de la zona oeste del conurbano bonaerense. Se emitió una alerta nacional para su captura, y la Justicia ya ordenó allanamientos en domicilios vinculados a su entorno familiar y amistoso.
 Mientras tanto, la fiscalía espera el resultado de la autopsia y de las pericias balísticas para determinar con precisión el calibre del arma y la distancia desde la que se efectuó el disparo. También se analiza el contenido de los teléfonos celulares secuestrados a los sospechosos para establecer si hubo algún tipo de amenaza o conflicto previo.
 El caso impactó de lleno en la vida cotidiana del barrio, donde el miedo y la indignación se mezclan con el dolor. Muchos vecinos colocaron velas y flores en el lugar donde cayó herido Diego, convertido ahora en un pequeño altar improvisado que simboliza la tristeza de toda una comunidad.
 El padre de la víctima rompió el silencio con un mensaje breve pero contundente: “Nos destruyeron la vida. Solo queremos que pague el que le hizo esto a mi hijo”. Sus palabras reflejan el sentimiento general de quienes conocieron a Diego y hoy reclaman una respuesta rápida por parte de las autoridades.
 Con el correr de los días, la causa podría cambiar de carátula a homicidio agravado por el vínculo, dado que la víctima y el agresor mantenían una relación de amistad. Si se confirma esta figura, la pena podría alcanzar la prisión perpetua.
 En tanto, las cámaras de seguridad siguen siendo analizadas cuadro por cuadro para identificar el recorrido exacto de los tres hombres antes y después del crimen. Los investigadores buscan determinar si hubo una planificación previa o si se trató de una reacción impulsiva.
 Mientras tanto, la fiscalía solicitó la colaboración de la ciudadanía para aportar cualquier dato que pueda ayudar a localizar a Demichelis. Se difundió una descripción física del prófugo y las autoridades piden que, ante cualquier información, se comunique al 911 o a la DDI de Morón.
 Hurlingham, un distrito que en los últimos meses había logrado reducir sus índices de delitos violentos, vuelve a estar en el centro de la atención pública por un caso que combina violencia, traición y desidia institucional. La sensación de inseguridad crece, y los vecinos reclaman más patrullaje y presencia estatal.
 Hoy, la imagen de Diego Eduardo Consencao se multiplica en las redes, acompañada de mensajes que exigen “Justicia por Diego”. En la memoria del barrio, quedará grabada la tragedia de un joven que salió a pedalear con sus amigos y nunca regresó a casa.