VACACIONES DEL HORROR

El viaje soñado que terminó en tragedia: el fatal olvido del "crucero de la muerte"

Una mujer de 80 años y espíritu aventurero, emprendió un viaje de 60 días a bordo de un crucero de lujo. Lo que debía ser la experiencia de su vida terminó convirtiéndose en un hecho que conmocionó al país.

El viaje soñado que terminó en tragedia: el fatal olvido en un crucero que terminó en muerte.

El viaje soñado que terminó en tragedia: el fatal olvido en un crucero que terminó en muerte.

Suzanne Rees tenía 80 años, era activa, saludable y amante de la naturaleza. Había decidido cumplir un sueño: recorrer Australia durante 60 días a bordo del crucero Coral Adventurer, una embarcación de lujo que prometía paisajes inolvidables, aventuras y confort.

Pero el viaje se convirtió en tragedia. La mujer fue olvidada durante una excursión en una isla de la Gran Barrera de Coral, y su cuerpo apareció un día después, en un paraíso natural convertido en escenario del horror.

Una excursión que salió mal

El domingo por la mañana, el Coral Adventurer hizo escala en Lizard Island -también conocida como Isla Lagarto-, un destino turístico muy popular en el norte de Queensland. Allí, los pasajeros fueron invitados a participar de una caminata hacia el mirador Cook’s Look, un punto elevado desde donde se observan las aguas turquesas del Pacífico.

Suzanne, entusiasta del senderismo, decidió sumarse. Según testigos, la excursión fue calificada como “desafiante” por las altas temperaturas y las pendientes pronunciadas del terreno. Durante el ascenso, la mujer comenzó a sentirse mal por el calor y decidió detenerse un momento para descansar. Nadie imaginó que esa pausa sería fatal.

Cuando el grupo retomó la marcha, nadie notó su ausencia. Horas después, el crucero zarpó rumbo al siguiente destino sin realizar un recuento de pasajeros, dejando a Suzanne sola en la isla.

Suzanne Rees
Suzanne Rees tenía 80 años, era activa, saludable y amante de la naturaleza.

Suzanne Rees tenía 80 años, era activa, saludable y amante de la naturaleza.

El hallazgo que sacudió a Australia

La ausencia de la pasajera recién se detectó al anochecer, cuando la mujer no se presentó a cenar. “Recién ahí el capitán se dio cuenta de que faltaba una persona”, informaron medios locales. Al revisar las listas, comprobaron que Rees no había regresado del recorrido en tierra.

De inmediato, el barco dio la vuelta y envió una lancha con siete miembros de la tripulación para iniciar la búsqueda. Con linternas y reflectores, recorrieron los senderos hasta altas horas de la madrugada, pero no lograron encontrarla.

La Autoridad Australiana de Seguridad Marítima (AMSA) desplegó un operativo de emergencia que incluyó helicópteros, equipos de rescate y guardacostas. Finalmente, el cuerpo de Suzanne fue hallado al día siguiente, cerca de un sendero arbolado. “Un helicóptero de Nautilus Aviation localizó el cuerpo de la mujer el domingo”, confirmaron las autoridades.

La tragedia generó conmoción nacional. Los medios australianos titularon el caso como “La mujer olvidada por un crucero”, y cientos de usuarios expresaron su indignación por lo ocurrido.

“Murió sola, sin nadie a su lado”

Su hija, Katherine Rees, rompió el silencio horas después del hallazgo. En diálogo con medios internacionales, señaló que su madre “era una mujer sana, activa y llena de vida”. “Por lo poco que nos contaron, parece que hubo una falta de atención y de sentido común. Mi mamá murió sola, sin nadie a su lado. No puedo entender cómo permitieron que esto pasara”, declaró con dolor.

Katherine describió a Suzanne como una persona “entusiasta, independiente y apasionada por el aire libre”. A pesar de sus 80 años, la mujer solía hacer jardinería, caminatas y viajes con grupos de senderismo. Había planificado el crucero como su gran aventura del año, un viaje valuado en más de 50.000 dólares que recorría la costa australiana durante dos meses.

“La idea era disfrutar el país que tanto amaba, ver paisajes nuevos, conocer gente. Pero nadie espera que un viaje así termine con semejante tragedia”, lamentó la hija.

La investigación y las sospechas de negligencia

Tras el hallazgo del cuerpo, la AMSA abrió una investigación formal para determinar si la empresa responsable del crucero, Coral Expeditions, incumplió los protocolos de seguridad y control de pasajeros.

El procedimiento estándar en la industria exige que cada excursionista sea registrado antes y después de desembarcar. Sin embargo, todo indica que no se hizo ningún recuento antes de zarpar, lo que derivó en el error fatal.

El caso fue calificado oficialmente como una “muerte súbita y no sospechosa”, aunque las autoridades aclararon que eso no exime a la empresa de una posible sanción por negligencia o falta de cuidado. “Se revisarán los protocolos de embarque y desembarque, así como las comunicaciones del capitán con la tripulación”, detallaron fuentes judiciales.

La reacción de la empresa Coral Expeditions

En un comunicado, el director ejecutivo de Coral Expeditions, Mark Fifield, lamentó lo ocurrido y aseguró que la compañía “está colaborando plenamente con las autoridades”.

“Lamentamos profundamente lo sucedido y ofrecemos todo nuestro apoyo a la familia. Estamos trabajando con la policía de Queensland y otras agencias para esclarecer el hecho”, indicó el texto.

Fifield añadió que el personal a bordo “ha sido afectado emocionalmente” por el incidente y que se iniciaron revisiones internas para evitar que algo similar vuelva a ocurrir.

Continuamos investigando las circunstancias exactas que llevaron a esta trágica pérdida”, cerró el comunicado.

Cómo era el crucero Coral Adventurer

El Coral Adventurer es una embarcación de lujo diseñada para acceder a zonas remotas de la costa australiana. Tiene capacidad para 120 pasajeros y cuenta con una tripulación de 46 personas. Dispone de embarcaciones auxiliares para excursiones diurnas y está especialmente adaptado para explorar regiones naturales como la Gran Barrera de Coral o el Golfo de Carpentaria.

Los pasajes para el tour de 60 días que realizaba Suzanne Rees superaban los 50.000 dólares, e incluían escalas en puntos turísticos exclusivos. La primera parada, en Lizard Island, debía ser un paseo de apenas unas horas.

Sin embargo, la falta de controles transformó el lujo en tragedia.

Testimonios desde la isla

Una mujer identificada como Traci Ayris, que se encontraba en las inmediaciones, relató que vio movimientos inusuales la noche de la desaparición. “Había luces recorriendo los senderos de la isla hasta las tres de la madrugada. Supimos que estaba muerta cuando llamaron a todos los que participaban en la búsqueda de golpe”, contó a medios locales.

Vecinos y guías turísticos de la zona coincidieron en que la excursión era exigente, especialmente para una persona mayor. “El calor puede ser abrumador y la humedad, altísima. Sin un control permanente del grupo, es muy fácil perderse o sufrir un golpe de calor”, explicó un guía ambiental de Queensland.

La despedida de una mujer aventurera

La familia de Suzanne planea realizar una ceremonia privada en su honor. Su hija Katherine expresó que, a pesar del dolor, quiere que su madre sea recordada “como una mujer valiente que amaba explorar el mundo”.

“Ella no tenía miedo de vivir. Tenía 80 años, pero una energía increíble. Era la primera en levantarse a regar sus plantas, la primera en salir a caminar. Lo que más me duele es pensar que murió sola, cuando debía estar disfrutando el viaje de su vida”, dijo.

Mientras tanto, las autoridades australianas continúan la investigación. La pregunta que aún resuena es cómo, en un crucero de lujo con casi 170 personas a bordo, nadie notó que una pasajera faltaba.

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