MISTERIO

La reacción de la hija de uno de los jubilados al enterarse de la millonaria recompensa que ofrecen para encontrarlos

La provincia de Chubut vuelve a estar en el centro de la atención pública por un caso que mantiene en vilo a la comunidad desde hace más de dos meses: la desaparición de Pedro Kreder y Juana Inés Morales, una pareja de jubilados que salió de vacaciones y jamás regresó.

La reacción de la hija de uno de los jubilados al enterarse de la millonaria recompensa que ofrecen para encontrarlos

La provincia de Chubut vuelve a estar en el centro de la atención pública por un caso que mantiene en vilo a la comunidad desde hace más de dos meses: la desaparición de Pedro Kreder y Juana Inés Morales, una pareja de jubilados que salió de vacaciones y jamás regresó. Aunque los rastrillajes, peritajes y operativos de búsqueda no arrojaron resultados concluyentes, el reciente anuncio de una recompensa de $10.000.000 encendió una nueva chispa de esperanza entre sus seres queridos.

Quien expresó públicamente ese sentimiento fue Laura Kreder, hija de Pedro, que desde el primer día se convirtió en una de las voces más activas del caso. Agotada pero firme, la mujer celebró la decisión del Ministerio de Seguridad de Chubut, convencida de que la cifra ofrecida puede ser un punto de inflexión.

Es una esperanza más, una luz en tanta oscuridad”, dijo al referirse al ofrecimiento millonario. Para Laura, el dinero no solo representa un incentivo, sino también una forma concreta de empujar a quienes puedan tener información y aún no se animaron a hablar. “Tal vez viéndose motivado por el dinero pueda acercarse alguien y aportar un dato que nos permita tener una pista”, expresó con evidente mezcla de angustia y alivio.

Un caso que se enfría y una familia que se niega a resignarse

La desaparición de la pareja ocurrió en un contexto poco claro. Según la reconstrucción inicial, los jubilados habían salido a recorrer distintos puntos turísticos de la zona cordillerana en una camioneta, pero luego de su último contacto nada más se supo de ellos. Desde entonces, el expediente incluye rastrillajes rurales, inspección de cámaras, análisis de antenas telefónicas y búsquedas aéreas, pero ninguna hipótesis logró sostenerse con fuerza suficiente.

La familia, en particular Laura, ha señalado en varias oportunidades que la investigación se volvió “excesivamente lenta” y que temen que con el paso del tiempo el caso quede relegado. Esa preocupación volvió a surgir en la entrevista que la mujer brindó a un medio local.

Allí manifestó su frustración por la demora en los análisis de ADN, un aspecto clave que podría confirmar si un tercero estuvo o no en el vehículo en el que la pareja viajaba. “Es muy lento; a dos meses todavía no se puede saber si hubo un tercero arriba de la camioneta”, señaló, subrayando que esta clase de procedimientos no pueden demorarse cuando se trata de una desaparición en curso.

Para la familia, cada día sin respuesta es un recordatorio del vacío y la incertidumbre que atraviesan. Sin embargo, Laura insistió en que no permitirá que la causa se enfríe: “Necesitamos una pista, un dato, algo que nos abra una puerta”, dijo con firmeza, dejando en claro que seguirán reclamando avances.

La importancia de mantener visible la búsqueda

Uno de los mayores temores de las familias de personas desaparecidas es que la difusión se diluya con el paso del tiempo. Laura Kreder lo describió con claridad, poniendo énfasis en el rol del periodismo y de la ciudadanía en general.

Fue como que al principio se hablaba en todos lados. Parece muy frío, pero realmente es importante porque es lo que nos permite a nosotros seguir con la esperanza viva de que esto sigue, que la gente sigue buscando, que sigue siendo un tema importante…”, explicó. Para ella, la atención mediática funciona como un motor que evita la resignación y mantiene el caso en agenda, presionando a las autoridades para que no detengan los operativos.

Según su testimonio, en las últimas semanas la difusión decayó de manera notable. Y aunque entiende que la agenda pública es amplia y dinámica, insiste en que no se puede permitir que dos personas desaparezcan sin dejar rastro y que, aun así, el caso quede relegado en cuestión de días.

Su pedido no es solo para los medios de comunicación, sino también para la población en general. Laura confía en que todavía puede aparecer algún dato, alguna fotografía, algún recuerdo de alguien que haya pasado por la zona, que observó algo sospechoso o que simplemente no le dio importancia en su momento. “Alguien tuvo que verlos”, dijo más de una vez en otros testimonios públicos.

La recompensa: una herramienta clave para reactivar la causa

La decisión del Ministerio de Seguridad de ofrecer $10.000.000 como recompensa representa un nuevo capítulo en la investigación. Se trata de una suma inusualmente alta para un caso de esta naturaleza en la provincia, lo que demuestra que las autoridades buscan reactivar la búsqueda y sumar colaboraciones.

Las recompensas, como mecanismo estatal, cumplen una doble función: por un lado, incentivar a quienes podrían tener información relevante pero no han considerado compartirla; por otro, renovar el interés público en el caso. En ambos sentidos, la medida parece haber tenido impacto inmediato, especialmente en la familia.

Para Laura, este nuevo capítulo es una oportunidad para volver a poner el caso en la primera plana: “Es una esperanza más a que alguien pueda aportar algún dato”. Si bien sabe que la recompensa no garantiza resultados, la considera un paso necesario para avanzar.

También subrayó que no se trata simplemente de dinero, sino de una posibilidad real de destrabar la investigación. “Motiva a alguien que haya visto algo y todavía no se animó a hablar”, insistió.

Dos meses sin respuestas: el dolor que no encuentra descanso

A lo largo del caso, la familia intentó sostener la rutina diaria, pero la incertidumbre se convirtió en parte central de su vida. Cada llamado, cada actualización, cada dato nuevo supone una mezcla de esperanza y temor.

En su declaración, Laura reflejó este desgaste emocional. Por momentos, su voz transmitía cansancio; en otros, determinación. “Si no se habla del caso, no nos queda otra cosa que la resignación”, aseguró, marcando que la difusión es una de las pocas herramientas que tienen para sostener el impulso de la búsqueda.

La mujer también describió cómo los primeros días tras la desaparición se vivieron con enorme agitación mediática y policial. Pero con el correr de las semanas, la intensidad disminuyó. Hoy, el desafío es el contrario: impedir que la investigación quede paralizada.

Una comunidad en vilo: la desaparición que conmueve a Chubut

Los vecinos de distintas localidades de Chubut han mostrado cercanía y compromiso desde el inicio. Voluntarios participaron en las primeras búsquedas, organizaciones civiles ofrecieron apoyo, y diversos municipios replicaron las fotos de Pedro y Juana para visibilizar el caso.

Sin embargo, el tiempo erosiona la participación social. Por ese motivo, la familia insiste en que la recompensa puede ayudar a revitalizar la colaboración ciudadana. En este sentido, la expectativa no solo recae sobre las autoridades, sino también sobre la comunidad que rodea el caso.

La incertidumbre sobre qué pudo haber ocurrido mantiene desorientados tanto a las familias como a los investigadores. La posibilidad de un accidente, un extravío o un hecho criminal sigue abierta, pues no hay elementos concluyentes que permitan descartar ninguna hipótesis.