En un nuevo caso de violencia escolar que pudo haber terminado en tragedia, un adolescente atacó a fierrazos en la cabeza a otro durante una clase en un colegio de la localidad chubutense de Puerto Madryn.
En un nuevo caso de violencia escolar que pudo haber terminado en tragedia, un adolescente atacó a fierrazos en la cabeza a otro durante una clase en un colegio de la localidad chubutense de Puerto Madryn.
El incidente ocurrió en la Escuela N°728, cuando el agresor pidió permiso para ir al baño y volvió con el fierro. Se cree que los adolescentes habían tenido una discusión durante el recreo que no concluyó en buenos términos.
“Cuando vuelve al aula viene con un fierro en la mano; le empieza a pegar en la cabeza a un compañero que estaba de espaldas”, relató la mamá de uno de los alumnos que presenció el episodio, en declaraciones a Canal 12 Web.
En ese momento, otro alumno intervino y empujó al agresor para evitar una tragedia. “Un compañero le salvó la vida porque llegó hasta el lugar, sujetó al agresor y tiró el caño por la ventana porque quería seguir golpeándolo”, detalló también la madre del joven agredido. “El resto de los compañeros lo ayudaron a levantarse y trataron de asistirlo, pero no había botiquín, ni un adulto”, agregó.
Según consignó el diario Río Negro, la víctima terminó con 13 puntos en la cabeza y la pérdida de audición como consecuencia de uno de los golpes, aunque se encuentra fuera de peligro.
“No le pegó en ningún lugar más que en la cabeza y no cesó su accionar, sino que si no intervenía el otro compañerito lo iba a seguir golpeando en la cabeza en el piso”, indicó la mujer.
El caso recuerda al crimen de Joaquín, cometido el 29 de junio, poco después de que el chico desapareciera tras dirigirse a la escuela Ipem Nº 278 "Malvinas Argentinas" de Laboulaye, Córdoba, donde dejó su bicicleta y se retiró sin ingresar a clases.
Las cámaras se seguridad de la zona analizadas mostraron cuando Joaquín caminaba por la vereda de la escuela acompañado por otro chico de 14 años.
Al no tener noticias suyas tras finalizar la jornada escolar, los padres se alarmaron ya que, según explicaron, nunca les avisaron desde el colegio que su hijo no había concurrido. Tras esto, radicaron una denuncia que dio origen a la búsqueda.
El domingo 2 julio el cuerpo del adolescente fue hallado por vecinos en una vivienda abandonada ubicada a 100 metros del colegio. La autopsia determinó que la víctima tenía golpes en la cabeza que le ocasionaron politraumatismo de cráneo y daño encefálico.
Un adolescente de 14 años, amigo de Joaquín, admitió ante el juez su responsabilidad en el homicidio, dijo que actuó solo y aseguró que "no tuvo intención" de matarlo.