“Me voy a hacer esos dos cortes. Hay un pedacito de rosbif en la heladera. ¿Me hacés ese guisito que me gusta? Compro frutas y verduras en la feria. A las dos estoy acá”.
El destino, sin embargo, tenía otros planes. Aquel mediodía prometía ser especial: Sergio pensaba pedirle casamiento a Claudia, después de celebrar en abril los 10 años de relación. Era una pareja consolidada, de esas que no necesitan grandes gestos para saber que se tienen el uno al otro.
Un impacto que cambió el rumbo de muchas vidas
Claudia salió de su casa, ubicada en Pío Baroja al 600, apenas pasadas las 9 de la mañana. Subida a su bicicleta, como tantas veces, emprendió el camino hacia la peluquería. Sólo alcanzó a recorrer cinco cuadras.
En Falleres al 900, fue embestida por un Volkswagen Gol Trend que era conducido por Tobías Ezequiel Alurralde, un joven de 24 años. De acuerdo con los informes policiales, el test de narcóticos dio positivo para marihuana. La secuencia, captada por cámaras de seguridad, es desgarradora.
Alurralde perdió el control del auto, impactó de lleno contra Claudia, chocó otro vehículo estacionado y finalmente volcó. La peluquera murió en el acto.
Una madre presente, una mujer luchadora
Además de ser una trabajadora incansable, Claudia era madre de dos hijos, Gabriel, de 30 años, y Magalí, de 23, fruto de una relación anterior. “Era mamá por dos”, decía con orgullo. Siempre dispuesta a ayudar, era también fanática de Racing Club, pasión que compartía con su hijo.
Gabriel y Magalí no solo perdieron a su madre: perdieron a su consejera, a su sostén emocional y económico, a su faro. En palabras de Magalí:
“Mamá era todo lo que estaba bien. Trabajadora, alegre, compañera. Nadie puede creer lo que pasó. Y lo peor es que pasó porque alguien decidió manejar drogado. Es una muerte evitable. No tiene perdón”.
Un caso más de inseguridad vial en el conurbano
La muerte de Claudia no fue un accidente. Fue la consecuencia directa de la negligencia y el desprecio por la vida ajena. La inseguridad vial en el conurbano bonaerense se ha convertido en una epidemia silenciosa, muchas veces invisibilizada hasta que el horror golpea con fuerza.
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, casi un 25% de los siniestros fatales involucran a conductores que manejaban bajo el efecto de estupefacientes o alcohol. En 2024, Lomas de Zamora registró un aumento del 17% en casos de atropellos fatales, y en muchos de ellos se constató consumo de sustancias.
El conductor está detenido, pero la familia exige justicia
Tras el impacto, Tobías Alurralde fue hospitalizado y luego detenido. El joven enfrenta cargos por homicidio culposo agravado, pero la familia de Claudia exige que la calificación penal se agrave a homicidio con dolo eventual, ya que conducir drogado supone una acción deliberadamente riesgosa.
“Él sabía lo que estaba haciendo. No fue un descuido. Se subió al auto drogado y mató a mi hermana”, expresó entre lágrimas la hermana de la víctima.
Los abogados que representan a la familia Villagra trabajan para que el caso no quede impune, como tantos otros. “Vamos a ir hasta las últimas consecuencias. Queremos que se siente un precedente”, afirmaron.
El impacto en la comunidad: tristeza, miedo y bronca
Los vecinos de Villa Centenario organizaron una marcha en silencio frente al lugar del hecho. Participaron más de 200 personas, entre ellos clientes, amigos y conocidos de Claudia. Todos portaban una misma consigna: “Justicia por Claudia”.
En las redes sociales, se multiplicaron los mensajes de apoyo. #JusticiaPorClaudia se convirtió en tendencia local. La peluquería donde trabajaba recibió velas, flores y cartas. El local, hoy cerrado, es un santuario improvisado.
“Se fue una buena persona. No merecía esto. Nadie lo merece. Pero ella menos que nadie”, dijo una clienta que la visitaba desde hacía 15 años.