TRISTEZA ENORME

Se conoció un estremecedor detalle de la autopsia a Lara Gutiérrez

A más de una semana del triple crimen de Florencio Varela que conmocionó a la sociedad argentina, nuevos detalles estremecedores emergen en torno a las últimas horas de vida de las víctimas y al brutal modus operandi de los asesinos.

Se conoció un estremecedor detalle de la autopsia a Lara Gutiérrez

A más de una semana del triple crimen de Florencio Varela que conmocionó a la sociedad argentina, nuevos detalles estremecedores emergen en torno a las últimas horas de vida de las víctimas y al brutal modus operandi de los asesinos. Mientras la investigación judicial avanza con detenidos y líneas de pesquisa cada vez más definidas, el equipo médico forense reveló el contenido preliminar de la autopsia practicada sobre el cuerpo de Lara Gutiérrez, una de las tres adolescentes asesinadas junto a Brenda Del Castillo y Morena Verdi.

Según el informe elaborado en la Morgue Judicial del Instituto de Investigación Criminal y de Ciencias Forenses Conurbano Sur, en Temperley, la causa de muerte de Lara fue un shock hipovolémico, es decir, una pérdida masiva e irreversible de sangre provocada por heridas de arma blanca. El documento pericial detalla que la joven sufrió tres puñaladas principales, además de varias lesiones punzocortantes adicionales distribuidas en distintas zonas del cuerpo.

La herida más grave fue la que seccionó la arteria carótida primitiva derecha, lo que generó una hemorragia fulminante. De acuerdo con los peritos, la adolescente murió en cuestión de minutos tras recibir ese ataque. Este dato resulta clave para los investigadores, ya que permite determinar no solo la mecánica homicida, sino también una aproximación a la cronología de los hechos y el nivel de violencia ejercido contra las víctimas.

Otro elemento importante que surgió del análisis forense es que el cuerpo presentaba un avanzado estado de putrefacción al momento de ser hallado, lo que coincide con la hipótesis de que había permanecido enterrado durante cinco días en el patio de una vivienda de Villa Vatteone, en Florencio Varela. Los especialistas aclararon que no se encontraron signos de ataque de fauna cadavérica, lo que indica que el cuerpo fue refrigerado desde su ingreso a la morgue y que habría estado en un ambiente relativamente protegido durante el período posterior al asesinato.

La reconstrucción judicial de las últimas horas de Lara permite delinear un itinerario inquietante. Según la investigación, semanas antes del crimen, la adolescente se había reunido con un ciudadano peruano en un local de comidas rápidas del barrio porteño de Flores. Ese encuentro habría sido clave para generar un lazo de confianza que luego se utilizó para atraerla el día de su desaparición. El viernes 6 de septiembre, el mismo hombre se volvió a comunicar con Lara para coordinar un nuevo encuentro, lo que terminó siendo el inicio de una trampa mortal.

Testigos relataron que esa noche, Lara fue vista en un bar tipo pool ubicado en Avenida Rivadavia al 7100, en Flores, en compañía de otra adolescente y dos hombres peruanos. Las cámaras de seguridad de la zona y los registros de celulares están siendo analizados por los investigadores para reconstruir los movimientos precisos de las jóvenes y sus acompañantes. En paralelo, también se evalúa la posibilidad de que Morena Verdi haya mantenido contacto con el mismo grupo ese día, lo que explicaría cómo las tres adolescentes terminaron juntas.

De acuerdo con las declaraciones testimoniales recogidas por los investigadores, Morena habría simulado una discusión con su novio de 26 años para poder salir esa noche con Brenda Del Castillo y Lara. Les dijo que asistirían a una fiesta en Flores, pero en realidad fueron engañadas y trasladadas por la fuerza a una vivienda de Florencio Varela. En ese domicilio —una casa en Villa Vatteone— las adolescentes fueron secuestradas, torturadas y finalmente asesinadas con extrema violencia.

Los cuerpos aparecieron cinco días después, enterrados en el patio trasero de la propiedad. La escena que encontraron los investigadores al realizar el allanamiento fue dantesca: restos tapados con tierra removida de manera improvisada, elementos personales dispersos y evidencias que sugerían que los asesinos habían intentado limpiar y ocultar huellas, aunque sin éxito total.

La investigación apunta a que la captación de las adolescentes no fue un hecho azaroso, sino el resultado de una planificación que involucró a varios implicados. El ciudadano peruano con el que Lara se había reunido previamente es considerado un eslabón clave en la cadena, y los fiscales intentan determinar si formaba parte de una red más amplia vinculada a actividades delictivas.

Otro dato que fortalece esta línea es que la vivienda de Villa Vatteone había sido alquilada poco tiempo antes del crimen, y que el contrato figuraba a nombre de un tercero que podría ser un “prestanombre”. Este elemento, sumado a la frialdad con la que se perpetraron los asesinatos y la posterior ocultación de los cuerpos, hace pensar a los investigadores en una logística organizada, más cercana a estructuras criminales que a un ataque espontáneo.

El informe forense de Lara Gutiérrez no solo aporta detalles médicos, sino que también funciona como una pieza clave en el rompecabezas judicial. Las lesiones, la data de muerte, el estado de conservación del cuerpo y la ausencia de ciertos indicadores permiten ajustar las líneas temporales y ubicar responsabilidades con mayor precisión. Los peritos incluso dejaron constancia de que no se detectaron signos de defensa significativos, lo que podría implicar que la adolescente fue inmovilizada o reducida antes de recibir las puñaladas fatales.

En paralelo, las autopsias de Brenda Del Castillo y Morena Verdi también están en marcha y se espera que sus resultados finales brinden un panorama aún más completo sobre las circunstancias en las que se desarrollaron los homicidios. Los investigadores sostienen que cada cuerpo aporta información distinta, ya que las adolescentes no murieron necesariamente en el mismo momento ni en idénticas condiciones.

El triple crimen de Florencio Varela ha generado una fuerte conmoción social y política. Vecinos de la zona realizaron marchas exigiendo justicia, mientras que familiares de las víctimas se mostraron devastados pero firmes en su pedido de que todos los responsables paguen por lo ocurrido. El caso también abrió un debate sobre la vulnerabilidad de las adolescentes ante redes criminales y la facilidad con la que pueden ser contactadas a través de redes sociales, un factor que ya fue señalado en otras investigaciones similares.

En el plano judicial, ya hay varios detenidos, entre ellos el mencionado “Pequeño J”, señalado como uno de los cerebros del secuestro y triple homicidio. También está arrestado Matías Ozorio, sindicado como su mano derecha, y otros implicados que habrían tenido roles secundarios en la logística y en el ocultamiento de pruebas. Las autoridades no descartan nuevas detenciones en las próximas semanas, a medida que los cruces telefónicos y los análisis de ADN vayan arrojando más resultados.

Por el momento, la prioridad para los investigadores es cerrar el círculo de responsabilidades, determinar con precisión quiénes participaron directamente en los asesinatos y quiénes facilitaron la operación, y reconstruir el móvil completo que llevó a estos criminales a ejecutar un plan tan perverso. La hipótesis más fuerte hasta ahora es que las adolescentes fueron engañadas para ser utilizadas en el marco de un negocio ilegal vinculado al narcotráfico, aunque esta línea aún debe ser consolidada con pruebas judiciales firmes.

El avance del caso ha sido constante, aunque las autoridades reconocen que aún falta trabajo. Se espera que en los próximos días se conozcan peritajes complementarios de teléfonos celulares, cámaras de seguridad y muestras biológicas, que podrían aportar información crucial para esclarecer la participación individual de cada sospechoso.

La crudeza de la autopsia de Lara Gutiérrez pone en evidencia el grado de brutalidad que caracterizó al triple crimen, y al mismo tiempo subraya la importancia de la ciencia forense como herramienta para llegar a la verdad. Cada detalle, desde la trayectoria de las puñaladas hasta el estado de la tierra donde fue enterrada, es una pieza clave para reconstruir lo que ocurrió en aquellas horas finales.

La sociedad argentina sigue con atención el desarrollo de este caso, que ha expuesto nuevamente la existencia de circuitos criminales capaces de operar con absoluta impunidad en determinados territorios. Las familias de Brenda, Lara y Morena esperan que la Justicia avance sin fisuras y que la memoria de las adolescentes no quede opacada por el paso del tiempo. El país entero observa, conmovido, cómo se va desentrañando una historia que combina engaños, violencia extrema y una cadena de responsabilidades que, por ahora, parece extenderse más allá de los primeros detenidos.

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