No obstante, diferenció esa ayuda de la transferencia de 200.000 dólares. De acuerdo a su relato, el empresario lo contactó con la compañía minera guatemalteca Minas del Pueblo, que lo contrató para asesorar en la reestructuración de una deuda.
“En enero de 2020 firmé un contrato con la empresa y comencé a trabajar. A principios de febrero, con las elecciones ya terminadas y dedicado de lleno a mi actividad privada, recibí un adelanto en virtud de ese acuerdo”, señaló.
Espert subrayó que la operación fue totalmente legal y transparente. Se hizo a través de una cuenta declarada y el pago ingresó en una cuenta a su nombre en Estados Unidos, declarada ante la AFIP.
Además, contó que exigió que el dinero se transfiriera desde otro banco estadounidense para garantizar el control y que la transferencia no la hizo directamente Machado, sino de la empresa minera que requirió sus servicios.
El contrato, agregó, quedó trunco con la llegada de la pandemia, que le impidió viajar a Guatemala.
El diputado recordó que recién en abril de 2021 se enteró, a través de la prensa, de la orden de captura internacional contra Machado. “Entré en pánico. Nunca pensé que algo así podía sucederme”, confesó.
Aseguró que nunca supo de actividades ilícitas vinculadas al empresario y resumió su defensa con una frase: “Puedo haber pecado de ingenuo, pero delincuente jamás”.
En el cierre de su descargo, Espert apuntó contra Juan Grabois por reflotar lo que considera una “campaña sucia” iniciada hace cuatro años. También lo acusó de difundir versiones que involucran a su familia en supuestas irregularidades patrimoniales, algo que rechazó con el argumento de que su crecimiento económico proviene de la herencia de un campo de su padre, fallecido en 2018.
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