Búsqueda y misterio

Un secuestro, un presunto abuso y un cuerpo ausente: el enigma sobre la desaparición de Fernanda Aguirre

La adolescente fue vista por última vez el 25 de julio de 2004, mientras se dirigía desde su hogar al puesto de flores de su familia en San Benito, Entre Ríos.
Fernanda Aguirre tenía solo 13 años al momento de su desaparición. 

Fernanda Aguirre tenía solo 13 años al momento de su desaparición. 

Fernanda Aguirre tenía solo 13 años cuando desapareció en la tarde del 25 de julio de 2004. Se cree que fue secuestrada mientras se dirigía desde su hogar al puesto de venta de flores de su familia, situado frente al cementerio de San Benito, a unos 11 kilómetros de la capital de Entre Ríos, Paraná. Ese día, el país miraba la final de la Copa América que Argentina y Brasil jugaban en Perú.

El principal sospechoso, Miguel Ángel Lencina, fue arrestado después del incidente, mientras disfrutaba de libertad condicional en la cárcel de Concepción del Uruguay, donde cumplía una condena por el homicidio de una mujer. Se cree que la menor fue abusada por él y el sobrino de 14 años, y asesinada por asfixia. Sin embargo, su cuerpo jamás fue hallado.

El misterio se acrecentó cuando, el 6 de agosto del mismo año, poco después de su detención, Lencina fue hallado ahorcado en su celda en la comisaría 5ta. de Paraná, donde estaba bajo custodia.

El presunto femicida tenía una esposa, llamada Mirta Chávez, que fue sentenciada en 2007 a 17 años de prisión por haber contactado poco después de la desaparición a la familia Aguirre para solicitar un rescate de 2.000 pesos. En rigor, la familia juntó ese dinero y lo llevó hasta el lugar pactado, pero la chica no apareció.

Durante el juicio, Chávez afirmó no saber qué había sucedido con la adolescente, una incógnita que hasta hoy no ha sido esclarecida por los investigadores. Sí contó que su marido le había regalado las zapatillas que pertenecían a la niña.

fernanda aguirre 2.jpg

En 2014, Chávez obtuvo la libertad condicional gracias a una ley que permite la reducción de la pena para aquellos que estudien mientras están detenidos.

Por otro lado, María Inés Cabrol, madre de la víctima, llevó a cabo una búsqueda incansable en varias provincias y países con la esperanza de que Fernanda hubiera sido víctima de una red de trata, aunque esta teoría no fue confirmada por la Justicia.

El 11 de mayo de 2010, la mujer falleció a los 45 años en una clínica en Buenos Aires, debido a una enfermedad terminal, y sus restos fueron cremados en un cementerio privado en San Benito, su lugar de residencia.

En enero del año pasado, se ordenó una excavación en un terreno en la zona este de San Benito, pero después de rastrear y excavar un pozo de aproximadamente un metro de profundidad con un diámetro de 20 metros, los resultados fueron negativos.

Se habló de