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Las claves políticas para seguir el debate del aborto en el Senado

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Las claves políticas para seguir el debate del aborto en el Senado

Si todo sale como el Gobierno lo prevé, a partir de la madrugada del miércoles el aborto será legal en la Argentina. Hasta última hora del lunes, el conteo indicaba 35 a 32 a favor, aunque los verdes estarían muy cerca de llegar a los 37 votos. La diferencia podría ampliarse si algunos senadores celestes deciden no presentarse a sesionar. Claro que se trata de una votación que habrá que monitorear minuto a minuto. “Hasta que voten todos, no sabremos el resultado”, explican cerca de un senador que milita la causa verde. Los nervios son absolutos. El Senado tiene que ratificar o rectificar la decisión que tomó hace dos años, cuando rechazó la legalización.

Los que cambian

En los cálculos previos se había tomado como antecedente lo que los senadores habían votado en el pasado. Por caso aparece Sergio “el Oso” Leavy, senador por Salta y diputado en 2018, que había votado en contra. Pero, después de una reunión con Alberto todo cambió y el hombre ahora está en duda. "Tengo convicciones personales pero también está lo que uno representa", dijo días después de la reunión.

Parece que le ofrecieron obras y fondos para su provincia.

Otra que cambió fue la rionegrina Silvina Larraburu, la única kirchnerista que había votado en contra en 2018. Ahora firmó el dictamen de la legalización y su voto fue confirmado por la presidenta del bloque del FdT de la legislatura de Río Negro.

Los que dudan (pero apoyan)

Alberto Wereltilnek, senador por Río Negro, puso algunos reparos al proyecto que salió de Diputados. Igual, el hombre siempre estuvo a favor. Le prometieron corregir sus observaciones vía reglamentación de la ley.

Algo parecido pasó con Edgardo Kueider (FdT-Entre Ríos). Nunca se pronunció explícitamente sobre el proyecto, pero firmó el dictamen en disidencia, quizás por convicción, quizás por una cuestión política. Sus observaciones también se tendrían en cuenta en la reglamentación y así garantizarían el voto del senador.

Los que dudan (¿en serio?)

  • Oscar Castillo (Frente Cívico-Catamarca). Exgobernador de su provincia y hombre de Cambiemos, votó a favor en 2018. Ahora aparece como en duda. Su exposición en 2018 había sido muy clara. ¿Quiere ser gobernador y congraciarse con la Iglesia? “¿Yo tengo que dictar las políticas por mis creencias?”, había cuestionado. "¡Esta es la belleza de lo laico!", gritaba mientras defendía el matrimonio igualitario y el divorcio. ¿Habrá dejado trascender el rumor de su indecisión para evitar presiones en su provincia?
  • Lucila Crexell (Movimiento Neuquino). Está a favor de la legalización hasta la semana 12. El proyecto legaliza hasta la 14. En la última votación se abstuvo. Ya tiene tomada su decisión (que solo conoce una persona). Va a venir a votar de manera presencial, lejos de los ruidos que puede haber en su provincia.
  • Stella Maris Olalla (UCR-Entre Ríos). Aunque no se manifestó, hace tiempo había declarado: “Nadie puede obligar a una persona a hacerse un aborto o a no hacerlo”. Es docente y reivindica ciertas luchas de la igualdad de género en política. En el bloque radical la cuentan como verde.

Los ausentes por fuerza mayor

José Alperovich, de licencia por una denuncia de abuso, votaría en contra si estuviera. Pero no va a estar. ¿Puede cesar su licencia antes de tiempo? Algunos celestes se entusiasmaban con la idea. Parece difícil que un oficialista con una denuncia de ese tipo pueda acercarse a hacer caer con su voto una ley de este tipo.

Carlos Menem, internado. Su estado de salud es delicado. Su hija Zulemita anticipó que su padre votaría (en contra) como sea. Con un mínimo de lucidez estaría en condiciones de votar desde la clínica. ¿Podría resultar el kirchnerismo víctima del propio sistema de sesiones virtuales que ellos crearon?

Los ausentes (por fuerza menor)

Si un senador celeste no se presenta a votar (o se abstiene) ayuda con su ausencia a que la ley salga. Tanto el Poder Ejecutivo como la vicepresidenta, Cristina Kirchner están dispuestos convencer a los senadores que hagan falta para que no voten en la madrugada del miércoles.

El Gobierno tiene la billetera para lograrlo. Habrá que ver cuántos votos faltan y, en función de eso, calcular cuántos senadores se tienen que levantar.

En síntesis, la Casa Rosada tiene muchas herramientas para hacer que la ley salga. Aunque, como se dice en el fútbol, los partidos hay que jugarlos y ganarlos en la cancha. La respuesta estará aproximadamente a las 4 de la mañana del miércoles.