Para los más enfervorecidos opositores es una ratificación de sus presunciones anteriores. Para los desencantados y los indiferentes, Cristina deja de ser solo una líder política: ahora es una condenada por corrupción. Su figura queda atrapada en una doble vía: ícono para unos, estigma para otros.
2. ¿Quién lidera el peronismo?
Sin cargos, sin inmunidad y con una condena firme, CFK pierde peso institucional. Pierde la bala de plata que ejerció desde que dejó el poder en el peronismo: siempre pudo poner en juego una candidatura para condicionar a cualquier que quisiera asomar la cabeza. Hoy ya no puede ser candidata.
Pero su influencia simbólica sigue intacta. Nadie en el peronismo genera más lealtad ni más rechazo. La pregunta es si su condena libera espacio para otros liderazgos o los ahoga aún más.
Massa está en silencio, Kicillof arrastra la "maldición de la Provincia de Buenos Aires" y no hay caciques de peso en el PJ como existieron en otros tiempos. El riesgo: que el peronismo quede congelado en una eterna vigilia cristinista, sin futuro pero sin ruptura.
3. ¿Su "prisión" va a ser una nueva Puerta de Hierro?
No hay celda, pero hay condena. Cristina no se exilia ni se esconde, pero su margen de acción se achica. Como Perón en Madrid, puede intentar gobernar al peronismo desde el ostracismo judicial. Su "Puerta de Hierro" será simbólica: sin fueros, con la espada de Damocles del sistema penal y la mirada opaca de la historia reciente. ¿Irán al desfile dirigentes peronistas?
4. ¿Favorece o perjudica a Milei?
El Presidente gana una batalla cultural: la Justicia confirma una de las banderas del discurso anticasta. Pero también pierde un enemigo funcional.
Sin CFK como contrapunto, el relato mileísta pierde nitidez. Además, la decisión judicial puede reactivar sectores del peronismo en modo resistencia. Además pueden aparecer figuras nuevas que no generen el mismo rechazo que la expresidenta.
En el corto plazo, Milei capitaliza. En el mediano, se queda sin antagonista. Y sin grieta, se expone más. La gran duda es si la oposición puede construir una candidatura simbólicamente tan potente como la expresidenta.
5. ¿Ayuda a la economía o le mete más presión?
Para los mercados, una dirigencia condenada es una dirigencia más predecible. Lo plantearon en la previa organizaciones empresariales como AEA o la poderosa Cámara de Comercio con Estados Unidos, Amcham. Pero también puede ser una chispa en un clima inflamable. Si el peronismo reacciona con movilizaciones o fracturas, el clima político se tensa.
La Corte no resuelve la inflación ni el riesgo país, pero el fallo marca un parteaguas. La economía necesita estabilidad. Y la estabilidad no se lleva bien con los temblores históricos.
Cristina queda señalada por la historia. La pregunta es si el sistema político decide cerrar el ciclo o prolongar la agonía. El peronismo, Milei y la sociedad están frente al espejo. La Corte ya habló.