Por eso, todavía, persisten movimientos huérfanos en el peronismo. Cada uno atiende su juego y arma su propia campaña. Scioli dirá lo suyo, en un acto muy “cuidado” y hasta con las asistencias definidas (nadie que no esté invitado podrá entrar, por ejemplo). Pichetto hará lo propio, aunque lo suyo quedará reducido a la presentación de un local que hará las veces de búnker de campaña.
La presentación del rionegrino va a ser a las 18 en avenida Belgrano 2378, el mismo horario en el que Scioli convocó a su tropa. En definitiva, la oposición lee la fecha como una “campana de largada” para una campaña que se presume larga y extenuante (sobre todo para el peronismo, kirchnerista o no, y que básicamente tiene que definir sus candidatos y el modo en que se decidirá sobre ellos).
Pichetto quizás la tenga más difícil ya que integra un frente en el que se anotaron otros presidenciables con proyección y aspiraciones como Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey. Scioli, sin pisar del todo en el kirchnerismo ni en el PJ federal, pareciera obtener, por ahora, algo más de (relativa) autonomía. Aunque cada uno deberá enfrentarse a los aspirantes de su propio espacio y a los candidatos (ya resueltos) de Cambiemos.