Si bien es cierto que ambos se conocen de ámbitos académicos, no fue esa relación la causal real de recusación, sino que Fernández cuestionó fuertemente en una cadena nacional durante su mandato a Ercolini por haber viajado -junto con otros jueces, fiscales, funcionarios porteños y ex agentes de inteligencia- a la mansión del magnate británico Joe Lewis en Lago Escondido en octubre de 2022, por presunta invitación de empresarios de un grupo mediático.
Ercolini tiene a su cargo la investigación por las comisiones que cobraron agentes de seguros que intermediaros en la contratación de seguros de vida para organismos estatales, en un mecanismo en el que aparecen sospechados su ex secretaria María Cantero y el marido de ésta, el bróker Héctor Martínez Sosa.
La situación con Fabiola
En ese contexto, salieron a la luz chats contenidos en el teléfono de Cantero con información relevante sobre los seguros, pero también se conoció una situación de supuesta violencia de género entre Fernández y su ex pareja.
El expresidente, asistido por la abogada Mariana Barbitta, supone que esa situación trascendió porque Ercolini la filtró a medios de comunicación, entre ellos aquel que presuntamente lo había invitado al Lago Escondido.
Julian Ercolini, juez federal
Fernández sostiene que por la naturaleza de los hechos, Ercolini no podía hacer nada ante la aparición de esos chats, pues ese tipo de delitos son de “instancia privada”, es decir que si la presunta víctima no insta a la acción, no hay causa posible.
El ex jefe de Estado evalúa la recusación porque Ercolini le dio intervención a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) pasando por encima de la voluntad de Yáñez, quien no había recurrido a esa instancia para plantear la situación que en apariencias se desprende de los chats.
Cuando la OVD le devolvió las actuaciones, Ercolini se comunicó con Yáñez y, según Fernández, influyó para que denunciara la situación, cosa que –sostiene- no podía hacer.
La comparación con CFK
A regañadientes (pues la relación con Cristina Kirchner está rota desde hace mucho tiempo), en las cercanías de Fernández consideran que la situación es similar a la que atravesó la ex presidenta cuando, en el marco de una causa por corrupción, se filtraron a la prensa sus diálogos telefónicos con el senador Oscar Parrilli: “soy yo, Cristina, pelotudo”.
En el entorno de Alberto Fernández creen que la difusión de la situación privada con Yáñez –que derivó en la separación de la pareja- sólo pudo provenir de Ercolini y tuvo como finalidad lastimar su ya degradada imagen pública.
Eso generaría, según interpreta, la causal de “enemistad manifiesta” para una nueva recusación
Esa eventual estrategia tiene dos obstáculos: el seguro rechazo por parte del propio Ercolini y de la Cámara Federal, y la instalación de un ex presidente acorralado que busca, a modo de manotazo de ahogado, sacar al juez que expuso tanto una situación de presunta corrupción cuanto un aspecto inesperado de su vida personal.