El paro se fue construyendo de a poco. Lo fogoneaban los gremios más combativos. Algunos porque se lo pedían sus bases; otros, porque tienen miedo de ser corridos por izquierda por algún sindicalista trotskista o por algún ala dura del kirchnerismo. Ya pasó con algunos popes sindicales, que terminan desplazados de la conducción de su central por no tomar medidas a tiempo o por quedar como "entreguistas" por pactar con el poder. Demasiado riesgo innecesario.
Después se sumaron dirigentes, diputados, el gobernador Kicillof, intendentes, el Frente Renovador... ¡Y hasta Máximo Kirchner se dio una vuelta por la manifestación!
Fue un paro atípico. Arrancó a las 12 del mediodía y el cese en el Transporte se dio recién a las 19. La gente igual se movilizó. Pero no estuvo sola la CGT: había organizaciones de Derechos Humanos, empresarios Pymes y hasta una columna de la izquierda. Un aquelarre que abroqueló a los que claramente están en la vereda de enfrente de Milei.
Habló Pablo Moyano. Dijo que Milei es el gerente de las corporaciones, criticó una por una las medidas que tomó desde que asumió. Pidió un aumento de urgencia para jubilados, que no se le pongan impuestos a los trabajadores y que "pongan retenciones a las mineras".
Después vino Héctor Daer. "Devaluaron y aumentaron todo y ahora nos dicen que no hay aumentos para jubilados", criticó. Pero lo más importante, les mandó un mensaje a los diputados. "Actúen de acuerdo al mandato popular de sus pueblos. Miren a todos a la cara y actúen en consecuencia. No estén en la oscuridad recibiendo mandados porque los acusan de sádicos y coimeros. Acá los venimos a bancar para que banquen al pueblo", planteó. En el mismo momento corría la noticia de que tres diputados del peronismo tucumano dejaban el bloque de Unión por la Patria.
La gente aplaudió y se leyó un documento. Lo de siempre.
Mientras tanto el Gobierno
Festejó mucho. Primero porque la manifestación se hizo con poco corte de calle. Segundo porque en el escenario estaba lo que ellos consideran "lo peor de la casta". Tercero porque lograron que se encolumnen todos los que ellos -y sus votantes- consideran que son los responsables de la crisis; es Milei o "volver al pasado"; cuarto, al tener tanto apoyo político pudieron demoastrar que el paro es "partidario" y no "gremial".
El Gobierno dice que hubo 40.000 personas. Parece poco por la cantidad de calles que ocuparon.
Mañana funcionarios reciben en Casa Rosada a representantes empresarios para explicar la Ley Ómnibus. El Gobierno también decide de qué lado está.
Todos terminaron contentos. CGT porque la marcha fue más que digna. El Gobierno porque cristaliza sus propios apoyos.
En el medio, la Argentina que sigue sin encontrar los caminos de consenso para construir un futuro que nos incluya a todos. Este 24 de enero volvió a ganar la grieta.