Memoria

El misterio del "Pelado Diego": Montoneros, la ESMA, los cuentos de Rodolfo Walsh y la guerra de Malvinas

Fue jefe de Montoneros y terminó como informante de la Marina, con una participación en la guerra de Malvinas. Su exilio en Perú y los secretos que se llevó a la tumba.
Facundo Pastor
por Facundo Pastor |
Emboscada

"Emboscada", el libro de Facundo Pastor que investiga el secuestro y la desaparición de Rodolfo Walsh.

El "Pelado Diego" era el apodo de Antonio Nelson Latorre, el jefe de la columna Capital Federal de Montoneros. Latorre fue uno de los fundadores de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias). Hasta su caída en mayo de 1977 se lo consideraba un cuadro importe de la organización.

Su historia esconde misterios y enigmas muy poco abordados hasta el día de hoy.

No fueron muchas las personas que aceptaron hablar sobre él en la investigación que realicé para mi libro "Emboscada", la historia oculta de la desaparición de Rodolfo Walsh y el misterio de los cuentos inéditos.

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Ni bien entró a la ESMA, el "Pelado Diego" tomó un camino distinto al de muchos compañeros. Decidió sobrevivir al infierno del centro clandestino pactando con los marinos. Ofreció información sensible que involucraba a cuatro militantes a cambio de que no secuestraran a su esposa Liliana Goldemberg, conocida como "La Pastito".

Una mañana, un grupo de detenidos, escuchó como Latorre señalaba dentro de la ESMA a José María “Pepe” Salgado como el autor del atentado en el comedor de Coordinación Federal. Salgado llevaba más de dos meses secuestrado y había servido como señuelo para cercarlo a Walsh, por entonces figura clave en Montoneros.

A pesar de eso, los marinos no tenían en claro de quién se trataba. No lo habían capturado por el atentado sino por formar parte del ámbito de Inteligencia de Montoneros. Era el militante más cercano a Walsh, su mano derecha.

Los secretos del "Pelado Diego"

La revelación del Pelado Diego tuvo un impacto inmediato. Salgado fue trasladado de la ESMA y entregado a un grupo de policías federales como un trofeo. Después de vejarlo durante varias semanas, decidieron desprenderse del cuerpo. El 2 de junio de 1977 fraguaron un operativo sobre Canalejas al 400, en Caballito.

La escena era macabra. El cuerpo de Salgado, junto a otros dos militantes, apareció destruido dentro de un auto estacionado. El vehículo plantado no tenía impactos de bala, el cuerpo de Salgado más de diez. También le faltaban los ojos, sus manos habían sido seccionadas a la altura de la muñeca y en el tórax presentaba manchas circulares compatibles con cicatrices de quemaduras de picana eléctrica.

Un espía en ascenso

Con el paso del tiempo, la colaboración del "Pelado Diego" con sectores de la Inteligencia de la Marina fue creciendo.

En 1982, durante la guerra de Malvinas, formó parte de la Operación Algeciras, un frustrado plan militar de tipo comando para intentar sabotear a la Marina británica hundiendo un buque en Gibraltar.

La misión la encabezó el "Pelado Diego" junto a Máximo Alfredo Nicoletti y una tercera persona a quien, primero se identificó como “El Marciano”, y luego, se supo que se trató de un conscripto llamado Abel Adolfo Ojeda. Los tres se encontraron en Europa bajo la supervisión del capitán Héctor Rosales, el enlace con la Armada Argentina.

Nicoletti había sido seleccionado por la destreza técnica que desarrolló como buzo táctico en Montoneros. Participó de dos atentados con explosivos: el asesinato del comisario Alberto Villar en 1974 y la voladura del destructor Santísima Trinidad en 1975.

En el caso de Latorre el criterio de selección tuvo que ver su elevado nivel intelectual.

Tras unos días vigilando objetivos navales llegaron a detectar uno sólo de valor estratégico: la fragata “HMS Ariadne”.

Finalmente, la operación se frustró el 31 de mayo de 1982 cuando dos policías españoles los detuvieron a bordo de un auto alquilado. Habían comenzado a investigarlos por sus gastos excesivos creyendo que podían ser narcotraficantes.

El exilio y la nueva vida

En 1981, el "Pelado Diego" se refugió en Córdoba con su familia. Intentaba dejar atrás cuatro años de cautiverio. Allí vivía su hermana, la persona en el mundo en quien más confiaba. La misma a la que le dejó muchos documentos antes de exiliarse.

Por esos meses decidió que su vida continuaría lejos de la Argentina. Como una manera de exorcizar los fantasmas de su pasado se instaló en Perú.

El "Pelado Diego" llegó a Lima con un pasaporte falso a nombre de Miguel Ángel Castiglia. Bajo esa identidad construyó una nueva vida. Se casó, tuvo una hija y desarrolló una prestigiosa carrera como especialista en Pequeñas Empresas y Microeconomía. Su formación lo llevó a liderar proyectos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Incluso, en 1993 publicó un libro para la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) titulado "La Economía de los Pobres". Todavía se consigue una copia en la biblioteca de esa facultad en Buenos Aires. Lo encontré poniendo la falsa identidad del "Pelado Diego" en el motor de búsqueda de su página de internet.

El 31 de julio de 1998, mientras disfrutaba de unas vacaciones en las playas de Costa Rica frente al mar Caribe sufrió una aneurisma que terminó con su vida. “Hemorragia subaracnoidea”, indicó el parte de defunción.

Tenía 61 años.

Su cuerpo fue enterrado con el nombre falso en un cementerio de Lima.

El "Pelado Diego" fue uno de los últimos poseedores de los papeles que el grupo de tareas 3.3.2 le robó a Rodolfo Walsh.

Los cuentos inéditos siguen desaparecidos.

Al igual que el cuerpo del escritor.  

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