Nuevo paradigma
"El productor y el bodeguero deberán acomodarse rápidamente al nuevo paradigma. Una industria muy controlada y regulada, más acostumbrada a solicitar intervenciones del Estado que a pedir libertades de acción", aclaró Lizana.
En tanto, remarcó que "la ley, recientemente derogada (ley 16.800), que establecía parámetros para la contratación del servicio de elaboración por cuenta de terceros, dejando al sector amparado en el marco legal general de la maquila y las leyes provinciales que se adaptaban a la nación, se ve modificada".
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El productor y el bodeguero deberán acomodarse rápidamente al nuevo paradigma.
"Hoy el productor y bodegas pyme, deberán compartir el sexto mercado mundial más grande de vinos, como lo es el mercado interno argentino, acostumbrarse a no pretender la intervención del Estado en la formación de precios y a actuar en total libertad e individualismo a la hora de vender su producto a una bodega que tendrá mayores libertades en cuanto a exigencias de marco jurídico o control. Pero también mayor vulnerabilidad respecto a los actores más poderosos", sostuvo la funcionaria.
Y agregó "el sector obrero sufrirá la presión de reducir sus salarios, con más facilidad para el empleador para rescindir sus contratos".
Asimismo, a modo de colusión aclaró "el mercado deberá organizar la tan difícil tarea de dejar en pie a trabajadores, productores, elaboradores, distribuidores y comercializadores, en un ámbito altamente competitivo, con jugadores muy fuertes, frente a otros de marcada vulnerabiliad, sin conceptos que sustentan la filosofía de subsididar actividades, porque no todo es el mercado sino que se valora el desarrollo rural territorial. Y serán los actores los que deberán adecuarse a una actividad histórica, culturalmente nuestra, motor de ordenamiento territorial, que despojada de toda intervención, quedará expuesta a su trasfondo comercial más duro y poderoso. ¿Será posible?".