Imposible saber quién tiene la razón respecto a aquel festejo. Pero al menos hay dos historias. La de Alberto ya la conocimos. La de Fabiola la vamos a conocer en breve en una serie documental que -según dicen- ella financió de su propio bolsillo. Desde el “mi querida Fabiola”, la relación entre ellos terminó de romperse.
Esto decía Alberto: “El 14 de julio, mi querida Fabiola convocó a una reunión, a un brindis, que no debió haberse hecho. Me doy cuenta de que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido”. Fue un 13 de agosto de 2021. Al día siguiente, Fabiola subió una foto tocándose la panza, todavía con barbijo. Un mes después, anunciaba su embarazo.
Cuentan los que frecuentaban Olivos que paulatinamente la pareja empezó a distanciarse. Al punto tal que en el último tiempo ya no vivían juntos en el chalet presidencial, sino que ella se mudó al cuarto de huéspedes. Hay infinidad de relatos de gritos y violencia verbal. Ella era consciente de su debilidad. Entre los allegados de Alberto, en cambio, generó sorpresa la violencia física.
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La imagen que Fabiola Yañez publicó en agosto de 2021, poco antes de confirmar su embarazo.
No hay muchos empleados que conozcan los movimientos de ese lugar en que ella vivía. Sobre el final, Fabiola se había quedado sola, casi sin amigos y con una desconfianza total a Alberto Fernández y su entorno.
Fabiola era controlada por un triángulo de poder que tenía bajo su responsabilidad cuidar a la primera dama: atender a sus necesidades como contener cualquier eventual desborde. Los que son buenos hablan de un dispositivo de contención emocional; los malos dicen que eran casi carceleros.
Estos son Julio Vitobello, como secretario general de la presidencia y mano derecha de Alberto Fernández; María Cantero, su secretaria privada; y Daniel Rodríguez, expolicía e intendente de la quinta presidencial. Fabiola despotricaba sistemáticamente contra los tres. Y se quejaba de las constantes “operaciones” en su contra.
Especialmente con Cantero, la relación era pésima. Por eso llamó la atención que la usara como confidente para mostrarle los golpes. ¿Quería mandarle un mensaje a Alberto? ¿O era un pedido de ayuda desesperado? ¿Quién más recibió mensajes parecidos esos días?
Todo el entorno de Alberto era para ella mala palabra. También recelaba de Alberto y se quejaba por el poco lugar que le daba en la estructura de Gobierno.
Fabiola, como primera dama, era presidenta de la fundación Banco Nación. Desde ahí hacía actividades filantrópicas. También organizó o participó de acciones conjuntas con otras primeras damas de la región. Sus intervenciones iban siempre por el lado de la acción solidaria; nada era explícitamente político.
Trabajaba con una agenda paralela a la de Alberto, y solo existían coordinaciones mínimas. Presidencia solo le aportaba la seguridad y ayuda protocolar. Incluso, ella misma recelaba cuando Alberto aparecía en alguna de sus actividades. Tenía vocación política. Quizás soñaba con ser Evita.
Muchos que estaban con Alberto Fernández en el día a día reconocen que había discusiones entre ellos. También se sabe la debilidad del expresidente por las mujeres. Las cuestiones privadas, discusiones, a veces trascendían a la esfera pública. Todas las fuentes cuentan que les sorprendieron las imágenes. Nadie se anima a defender a Alberto ni a dudar de la veracidad de las fotos ni en público ni en privado.
Los videos personales
La difusión de las fotos y chats privados complica mucho las cosas. Una aclaración. Mi rol como periodista es pedir y conseguir esos archivos y publicarlos si son de interés público. La Justicia es la que se tiene que encargar de preservarlos. ¿Por qué no se lograron preservar? ¿Qué intereses había detrás de que esto se supiera? ¿Quién puede confiar en la Justicia si se sabe que en cualquier momento un juez puede incautar un celular y hacer públicas todas las conversaciones de cualquiera, sea culpable o inocente?
Ahora, la Justicia dispuso el secuestro del celular de Alberto Fernández. ¿Vamos a conocer todos las conversaciones privadas de la máxima autoridad del Estado, sean privadas o públicas? ¿Quién garantiza la preservación de esos datos? ¿Quién filtró el video de Alberto con Tamara Pettinato? Sin menospreciar la inteligencia de Francisquito, no puede ser obra de un nene de dos años. Sobrevuela, como siempre en estos casos, la imagen de los servicios de inteligencia.
El video de Alberto con Pettinato, merece alguna reflexión adicional.
Primero sobre ella. Te puede gustar más o menos su laburo o podés criticar sus gustos. Es una mujer adulta que puede hacer de su vida privada lo que se le cante. Todavía Pettinato no habló. Hay fotos de ella con una productora y un camarógrafo entrando a la Rosada a plena luz del día con la misma ropa y el mismo día de aquel video. Al menos la primera parte del encuentro fue bastante público.
Pero otra vez, el problema no es ella, sino él. Alberto Fernández era el presidente que usaba las instalaciones públicas de la Casa Rosada para eso. Eso sí es una cuestión de Estado.
Lo demás se ve en el video: un presidente humillado y con poder prestado, casi como un nene que se tira arriba de una piñata; sabe que tiene un tiempo muy contado para agarrar todos los caramelos que pueda antes de que se acaben.
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Lo que dejó el video con Tamara Pettinato muestra a un presidente humillado y con poder prestado (Foto: archivo).
Hoy Alberto quedó solo. Rodeado de muy pocos amigos que tratan de apoyarlo de alguna manera: Julio Vitobello, Santiago Cafiero, Juan Manuel Olmos, “Pepe” Albistur. No sé sabe el paradero de las que fueron en el último tiempo sus máximas asesoras legales y en comunicación: por ahora, Vilma Ibarra y Gabriela Cerruti están en silencio, aunque esta última publica en redes cosas sobre los Juegos Olímpicos.
Aunque finalmente, como pasó cuando era presidente, toda la estrategia judicial, política y mediática la va a decidir él solo con su teléfono. Algunos malintencionados se preguntan cómo va a hacer ahora que tiene el teléfono secuestrado por la Justicia. Los que lo quieren bien, creen que hasta puede ser una buena noticia para su estrategia.
Algunas reflexiones adicionales
La economía respira
Las denuncias contra Alberto Fernández son un bálsamo para un gobierno que parece tener mucha suerte. Es la misma suerte que suelen tener los gobiernos que empiezan cuando termina el primer semestre de luna de miel: la difusión de los bolsos de López fue en junio de 2016, justo cuando Macri cumplía 6 meses de gobierno y no lograba el 1% mensual de inflación que había prometido. Ni López deja de ser un corrupto ni Alberto -si se comprueba- dejaría de ser un golpeador. Pero la coincidencia de la aparición de esos dos escándalos es llamativa. En el peronismo muchos ven la mano de los servicios de inteligencia.
El festejo Libertario
Llama la atención también el sadismo con que se festejó, desde lo más alto del poder, el hecho de que aparecieran denuncias contra Alberto Fernández por este tema. Como si las contradicciones del mensajero invalidaran la causa toda. Si Alberto es un violento, eso habla de Alberto, no de la lucha contra la violencia de género. Estuvo bien la última conferencia de prensa de Adorni, que venía de unos días difíciles.
La decisión del PJ
En las últimas horas se había empezado a generar un debate complicado en el peronismo. ¿Qué hacer con Alberto Fernández? ¿Había que removerlo como presidente del PJ? Por suerte, para ellos, Alberto decidió renunciar. Ya se había activado la maquinaria para ver qué hacer.
El presidente del Congreso del PJ (es Gildo Insfrán) tenía que convocar al tribunal de disciplina para tratar de sacarlo. El tweet de Eduardo “Wado” de Pedro, sobre la noche del viernes, fue determinante.
A la vez que repudió el hecho, escribió sobre Alberto: “Su desapego a los valores éticos y morales más básicos y esenciales está fuera de discusión. No existe explicación que pueda justificar o atenuar el impacto de sus acciones, y no puedo negar que como militante político me avergüenza el hecho de que haya sido presidente”. “Wado” fue ministro del interior en todo el Gobierno de Alberto.
Conclusión
El derrotero de Alberto Fernández va a tener un impacto directo en la política. En el peronismo creen que se vienen días oscuros. Por más que se despeguen, saben que va a tener impacto en la opinión pública.
El Gobierno, por ahora, lo celebra en voz baja. Creen que las contradicciones del adversario hacen que haya Milei para rato.
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