La Jungla del Poder

Milei en modo Macri, los secretos de las reuniones de Gabinete y la reaparición de Larreta

Como Macri en 2016, el Gobierno se beneficia de los escándalos judiciales del peronismo para disimular los problemas de una economía que no arranca. Mientras aprovecha para ordenar el Gabinete. ¿Quién paga el ajuste?

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Milei en modo Macri, los secretos de las reuniones de Gabinete y la reaparición de Larreta

Pasado el primer semestre y sin poder mostrar resultados económicos sólidos, el Gobierno empezó con la segunda fase del plan que tiene cualquier administración que está en el poder: apelar al show mediático de las judicializaciones y de la pesada herencia para enmascarar sus propios problemas de gestión.

Los resultados no llegan. La inflación se amesetó en 4%. Es mucho mejor que el 25,5% de diciembre y fue la mejor en 30 meses. Pero el Gobierno esperaba un 3 adelante (3,9% al menos). Milei reconoció que en julio va a haber déficit fiscal por primera vez. Un desvío táctico, dice. O la “ética de la emergencia”, como repite una y otra vez en reuniones de gabinete.

Los salarios en promedio están creciendo respecto a la inflación. Pero en buena parte porque los no registrados vienen de un piso bajísimo: de cada 100 pesos que cobraban en 2017, hoy les quedan 40. Los promedios son engañosos.

  • Gran La Plata: creció 84% (pasó del 28% al 55%)
  • Comodoro Rivadavia: aumentó 94%
  • Formosa: 97%
  • Río Gallegos: 81%
  • La Rioja 92%
  • Ushuaia: 98%

Otro dato demoledor: el 44% de los trabajadores ocupados vive en hogares en situación de pobreza y el 13% vive en hogares en situación de indigencia.

La indigencia en algunas localidades del país creció más del 500% interanual, como en Ushuaia, San Juan, Comodoro Rivadavia. En el conurbano se duplicó.

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Cumplido ya el primer semestre, Javier Milei sigue sin poder mostrar resultados económicos sólidos (Foto: archivo).

Cumplido ya el primer semestre, Javier Milei sigue sin poder mostrar resultados económicos sólidos (Foto: archivo).

La denuncia a Alberto Fernández

Este es el contexto en el que llega la denuncia de Alberto Fernández, en un proceso similar al que vivió Macri en 2016. Cuando los resultados no llegaban (prometió inflación del 1% en junio de ese año), apeló a todo tipo de espectáculo judicial. Y con eso estiró hasta que se le acabó la pólvora.

Hubo Rosadita, bolsos de López, Boudou en patas a la cárcel, testimoniales eternas de Cristina bajo la lluvia, excavaciones en Santa Cruz buscando plata escondida, cuadernos con detalles escabrosos de corrupción y de diarios que viajaban en avión a Santa Cruz.

Esos cuadernos fueron la fase final. Aunque la denuncia era escandalosa, la indignación de la opinión pública duró bastante poco.

Aclaración: no estamos desmereciendo ninguno de los casos de corrupción señalados, solamente cuestionamos su uso político y el show mediático, del que obviamente soy parte y lo seguiré siendo. No es el rol del periodismo proteger los datos de conversaciones privadas entre personas ni de los procedimientos de detención de acusados.

Si Alberto le pegó a su mujer que vaya preso. Si hubo corrupción en la contratación de seguros, lo mismo. El tema es que la Justicia, así, no es Justicia.

La ventaja que tiene Milei -respecto de Macri con Cristina- es que el expresidente está en el suelo, sin entorno, con pocos amigos y sin ningún tipo de apoyo popular. Si hasta ahora sus exsocios no le pegaban por lástima, ahora todos se le despegan. Triste y solitario final.

Muy atrás quedó el orgullo de tener un profesor universitario en la UBA, la universidad pública. No juntó 10 alumnos para su cátedra optativa de derecho penal, que venía cayéndose en picada. Esta fue la lista de inscriptos en los últimos tiempos:

  • 2022, segundo cuatrimestre: 28 alumnos
  • 2023, primer cuatrimestre: 25
  • 2023, segundo cuatrimestre: 16
  • 2024, primer cuatrimestre: 11

La cantidad de matriculados en el segundo cuatrimestre no quedó consolidada por falta de quorum. En principio, había apenas 6 interesados y se decidió dar de baja.

Alberto Fernández quedó en una soledad absoluta. Una metáfora del poder. En 2020, en Twitter le decían maestro, profesor, estaban orgullosos del gobierno de los científicos, tenía popularidad del 70% y el rating de TV crecía cada vez que hablaba. Cualquier similitud con la actualidad es coincidencia.

Los secretos del Gabinete

Más allá de los resultados económicos que no terminan de llegar, el Gobierno parece haber encontrado una dinámica de gestión un poco más estable que la de los primeros meses.

Después de la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete, todo se oxigenó un poco. “La dinámica mejoró mucho. Hay un ambiente más productivo”, cuenta un funcionario que integra ese grupo de trabajo.

No es lo único que funciona mejor. Las reuniones de Gabinete son más fluidas, los expedientes circulan mejor y los ministros tienen más autonomía. Algo que se destaca es que se descentralizaron los nombramientos y que cada ministro puede nombrar a sus funcionarios con su sola firma y la del Presidente. “Un papel que le llegaba a Posse era un documento que nunca se destrababa. Era un ingeniero, demasiado cuadrado”, cuentan en el Gabinete.

El rol de Guillermo Francos, un ministro más político, con más conocimiento del Estado, hizo agilizar la gestión. Especialmente teniendo en cuenta que a Milei no le suelen interesar mucho los temas que no son netamente económicos.

Hoy, en el Gabinete saben que Francos es una primera barrera de contención. Si es algo más menor se trabaja con José Rolandi, vicejefe de Gabinete. Si es algo de Comunicación, le preguntan a Santiago Caputo. Algunos ministros se animan a escribirle un chat a Milei para tomar algunas decisiones; no todos. Otros prefieren esperar a la reunión de Gabinete. Algunos ministros que pasaron por otras gestiones destacan la autonomía de trabajo que permite Milei. Algunos lo ven como capacidad de delegación; otros, desinterés.

Se amesetaron los recambios en el Gabinete y Milei empieza a recostarse más sobre gente de su confianza, algo que al principio parecía más errático. Se revaloriza el rol de la política en los cargos. Un ejemplo: esta semana se conoció la salida de Francisco Sánchez de la secretaría de Culto, un funcionario que había generado roces por todos lados.

Javier Milei reunió al gabinete junto a Guillermo Francos con la crisis en Venezuela como eje central. Foto Presidencia.jpg
El rol de Guillermo Francos, un ministro más político, con más conocimiento del Estado, hizo agilizar la gestión (Foto: archivo).

El rol de Guillermo Francos, un ministro más político, con más conocimiento del Estado, hizo agilizar la gestión (Foto: archivo).

En su lugar estaría casi oficializado Nahuel Sotelo -diputado bonaerense- un dirigente de perfil muy político, de buen diálogo con todos los sectores y de llegada al Vaticano. Su inclusión en el Gabinete podría ser entendida como un guiño al Papa y también de un símbolo de Milei recostándose sobre los propios y la política. Habrá que ver cómo lo toma el Papa, que ya está preparando un viaje a la Argentina que podría omitir el paso por Buenos Aires.

Otro cambio clave es que Francos fue más claro al entender que no se pueden discontinuar las prestaciones del Estado, independientemente de que se esté de acuerdo o no con esas medidas. Hay leyes, acuerdos vigentes, contratos… son temas en los que habitualmente Milei no se mete, pero sobre los que hay que estar encima.

Un ejemplo de esto es el programa de entrega de preservativos y métodos anticonceptivos. Una parte del Gobierno querría eliminarlos si pudiera. Varios funcionarios tuvieron que frenar intentos en ese sentido y recordar que hay una ley vigente.

Las reuniones de Gabinete encontraron una rutina. Se hacen dos veces por semana, empiezan muy puntual. Milei habla unos 20 minutos de los temas que le interesan y que, en general, son variables macroeconómicas.

Después se pasa al orden del día, que se basa en los pedidos que hizo cada uno de los ministros para poder tomar decisiones. Habitualmente, les piden que sean temas que incumben a varios ministerios.

Milei es reacio a escuchar anécdotas personales o experiencias. Quiere números concretos y solo toma decisiones con base en los números. Si algún ministro quiere tomar alguna decisión sin datos concretos, en general los bocha.

Algunos días tiene pocas ganas de hablar y solo toma nota. A veces también se enoja. Quiere cambios rápidos que no todos pueden mostrar.

Y especialmente le gustaría que sus ministros hablen más y defiendan más la gestión. No siempre lo logra. El tándem Santiago Caputo, Manuel Adorni actúa como filtro. En ocasiones es el propio Milei el que dice a qué programas de TV hay que ir.

El peso del ajuste

Un informe del centro de estudios económicos IARAF muestra cuál fue el peso del ajuste del gobierno de Milei. El superávit fiscal fue de $1,9 billones hasta julio y el gasto interanual cayó un 24%.

Del ajuste total:

  • 31% responde a jubilaciones, pensiones y asignaciones,
  • 8%, a salarios públicos
  • 7%, a programas sociales
  • 15%, a subsidios a servicios públicos
  • 3%, a universidades
  • 15%, a inversión real directa (obra pública)

El resto es transferencias a provincias.

Con esos números es difícil que la economía, fuertemente anclada en el consumo interno, termine de arrancar.

La vuelta de Larreta

Horacio Rodríguez Larreta volvió al ruedo por estos días, cuando terminó de conformar su “Movimiento Al Desarrollo”, un bunker político desde el que se pretende relanzar para algo, aunque no se sabe bien qué es.

No está de acuerdo con el modelo libertario, que desprecia el Estado y la gestión. Es todo lo contrario a lo que hicimos y estamos haciendo hace 20 años”, dice un dirigente que integra este nuevo movimiento.

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Horacio Rodríguez Larreta volvió al ruedo por estos días, cuando terminó de conformar su “Movimiento Al Desarrollo” (Foto: archivo).

Horacio Rodríguez Larreta volvió al ruedo por estos días, cuando terminó de conformar su “Movimiento Al Desarrollo” (Foto: archivo).

La cristalización de esa propuesta, es la señal clara de que con Macri ya no va a ir a ningún lado. No se va a desafiliar del PRO, pero no va a participar más como dirigente ahí.

Recorre mucho la Ciudad y también está viajando al interior, aunque con perfil muy bajo. Trabaja asesorando a gobiernos locales (todos de Juntos por el Cambio). ¿Tiene futuro político?

Su idea es empezar a trabajar. Tiene muy claro que no va a volver a la Ciudad. ¿Podría ser candidato en 2025? No tiene vocación legislativa, pero podría hacerlo en función de algún proyecto político que lo contenga.

Por ahora está concentrado en el MAD, y en su inminente casamiento con Milagros Maylin en octubre. Antes, en septiembre, tendrá una reaparición pública en Texas en una charla sobre desarrollo energético. Va a compartir panel con su exrival en las elecciones, Sergio Massa.

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