Panorama

Por qué Milei ganó la elección, las incógnitas que se abren a partir del lunes y el riesgo "Macri 2017"

El sorpresivo resultado en todo el país y, especialmente, en Provincia, genera nuevos interrogantes sobre la volátil opinión de la ciudadanía argentina. Las decisiones que debe tomar el Presidente para evitar lo que ocurrió con el líder del PRO hace 8 años.

Javier Milei

Javier Milei, durante un acto de campaña (Foto: archivo).

Macri ganó las elecciones de 2017. En Provincia de Buenos Aires, le ganó a Cristina Kirchner con un entonces ignoto Esteban Bullrich como candidato a senador. Además, ganó CABA, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y casi todo el país. A los dos meses le tiraron 14 toneladas de piedra para evitar una (mínima) reforma jubilatoria. A los 6 meses tuvo la primera corrida contra el dólar; a los 8 tuvo que ir al FMI a pedir auxilio; a los 12 tuvo que hacer un cambio de gabinete en medio de una tercera corrida que casi se lleva puesto su gobierno. Llegó con la lengua afuera a pelear por la reelección y perdió contra un inexpresivo Alberto Fernández.

Así de volátil es la opinión pública argentina. Hace dos meses ganó Axel Kicillof en Provincia y era el futuro presidente de los argentinos; hoy pierde por un punto y en el peronismo lo quieren matar.

Milei tiene que aprender de estas lecciones. Y evaluar cómo va a seguir con su gobierno. Porque el camino entre la victoria y la derrota es cada vez más corto y la paciencia social dura muy poquito.

A pesar de eso, y de las dificultades económicas, la gente le volvió a dar un apoyo a Milei. Fue inesperado; o quizás no tanto. Si no hubiera sido por los propios errores del Gobierno, nadie hubiera pensado que el oficialismo podía perder. Pero cometió una sucesión de desaciertos que lo dejaron en una posición de máxima debilidad.

El peronismo no supo aprovecharlo del todo. Y las otras fuerzas tampoco pudieron capitalizarlo.

¿Por qué ganó Milei?

La respuesta es básica. El antiperonismo y la promesa de una supuesta moderación. Lo demás, son explicaciones accesorias:

1. Logró recuperar el voto blando.

Los que están en contra de Cristina, del kirchnerismo, del peronismo... pero que no habían ido a votar en septiembre y esta vez decidieron ir a apoyarlo, a pesar de todo. Para que "no vuelvan los kuka". Se ve en el interior de la Provincia y en parte del norte del conurbano. También en el interior del país, en las zonas que históricamente fueron antiperonistas. Hubo una decisión de apoyar una vez más, quizás de dar una última oportunidad.

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2. No jugaron los intendentes

Desde el peso del aparato hasta la "intención del voto". Si bien en el conurbano la elección de septiembre se nacionalizó, en otros casos mucha gente fue a votar para apoyar al intendente. Esto se dio especialmente con los vecinalistas: no había incentivos para votar a los candidatos de LLA; ni había una mirada nacional sobre la elección.

Esta vez era los K vs. Milei. Y ganó Milei. No había intendentes en el medio, ni terceras vías, ni plebiscito a la gestión municipal.

3. La boleta única

¿Pudo haber pesado el sistema de elección a la hora de votar? Es probable que algo haya influido. Sin la posibilidad de ir a llevar la boleta puerta por puerta, aparecen otras modalidades de voto. Especialmente teniendo en cuenta que, según las encuestas, el 8% de la gente decide en el cuarto oscuro.

4. El peso de las provincias del centro

Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos (más CABA) suelen tener un sesgo antiperonista. Ratificaron esa tendencia. Fueron el envión necesario para que Milei se consolide como opción nacional. El virtual empate en Provincia dejó al peronismo sin vuelta atrás.

5. La participación

A futuro quedará evaluar quiénes son los que no están yendo a votar en cada una de las elecciones. ¿Son los mismos los que se abstuvieron en septiembre que los que no fueron en octubre? ¿O es que al ver un resultado cantado, los simpatizantes peronistas desistieron de ir a las urnas?

¿Cómo sigue?

Milei prometió ahora moderación y un camino de diálogo con los gobernadores no kirchneristas y que acepten el camino de "la libertad".

Dejó atrás algunas formas, se cortó el pelo y no grita más "Viva La Libertad Carajo". Ahora habla de que la Argentina no retroceda. También aceptó algunos acuerdos con el PRO de Mauricio Macri. Se sentaron, charlaron. Sabe que lo necesita para poder gobernar.

Pero atención porque esta victoria contundente lo pone en otro lugar de negociación. ¿Aceptará abrir su Gobierno habiendo sido el claro ganador de la elección? El tema es que su situación en el Congreso no es sustancialmente mayor que lo que era hasta este año.

Sigue sin llegar al tercio en el Senado y solo tiene 19 legisladores propios de los 37 que necesita para aprobar leyes.

En diputados está muy lejos del quorum y apenas suma 93 diputados de los 130 que necesita.

Milei ya no puede seguir gobernando por decreto durante dos años; ni resistiendo a fuerza de vetos todo lo que la oposición quiera imponerle.

Necesita hacer que las reformas que quiere plantear sean viables; las necesita para poder dar volumen a su gobierno y porque se lo piden los mercados.

Karina Milei, "el jefe" es la gran ganadora de la jornada. Su estrategia de "a todo o nada" parece haber funcionado. Eso reduce los incentivos para abrir el Gabinete y generar una ronda de diálogo con los gobernadores. También es una incógnita qué va a pasar con Santiago Caputo.

Milei ganó la elección. Pero como en los libros de "Elige tu propia aventura", el Presidente debe redefinir el rumbo de su Gobierno. Porque aun ganando, Milei puede terminar perdiendo. Lo saben todos los grandes líderes: de los fracasos se aprende más que de los éxitos. Y este triunfo arrollador puede ser el pasaje al cielo o al mayor de los infiernos.