Pandemia

Radicalizado, Alberto Fernández adoptó la agenda de Kicillof y Cristina en la pandemia y la inflación

Cuál fue el rol del gobernador y el de la vice en las últimas decisiones del Presidente.
Mariano Obarrio
por Mariano Obarrio |
Radicalizado, Alberto Fernández adoptó la agenda de Kicillof y Cristina en la pandemia y la inflación

Es la hora de la agudización de las contradicciones. El presidente Alberto Fernández resolvió el cierre de las escuelas por dos semanas y la ampliación de las restricciones a la nocturnidad en el AMBA por 15 días debido a la fuerte presión que recibió del gobernador bonaerense Axel Kicillof, de los sindicatos docentes del kirchnerismo y por el temor de la vicepresidenta Cristina Kirchner por lo que la pandemia del coronavirus puede causar en el conurbano bonaerense desde lo sanitario, económico y electoral.

Según pudo saber A24.com, el Presidente decidió agudizar la radicalización en todos los frentes. Por un lado, con sus medidas sanitarias y su discurso atacó al gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta y pasó por encima de la autonomía de la Ciudad al cerrar escuelas y comercios después de las 19.

“El conurbano bonaerense está desmadrado y ese es el epicentro electoral del kirchnerismo duro. Si el oficialismo pierde en ese bastión, puede perder las elecciones”, señalaban en el oficialismo. Las medidas de Alberto Fernández fueron un alineamiento elocuente con Kicillof y Cristina y otro golpe político para Larreta porque lo dejó en una situación incómoda ante su público.

Por otro lado, tras anunciar el Indec una inflación mensual del 4,8% para marzo último, la Casa Rosada difundió ayer medidas de mayores controles de precios y restricciones a las exportaciones de carne e intervención en otros mercados que lo enfrentarán directamente con el sector agropecuario. “Es Cristina, a través de Paula Español, la secretaria de Comercio Interior, que van contra el campo”, decían en Balcarce 50.

En sintonía con ello, el propio Kicillof respaldó anoche en forma contundente las medidas sanitarias de Alberto Fernández y atacó en forma personal a Rodríguez Larreta. También aseguró que el “epicentro de la segunda ola es la Ciudad”, que ayer tuvo 2843 casos positivos de Covid y no la Provincia, que en las últimas 24 horas registró 12.891 contagios, más del 50% de los casos totales del país. “Pensamos que Larreta era distinto por su responsabilidad de gestión. Es igual a Macri y a Patricia Bullirch. Para eso hablemos con Macri”, dijo Kicillof desencajado. Acusó al jefe del gobierno porteño de “mentir y especular electoralmente”.

También el gobernador fustigó al jefe de gobierno porteño por recurrir con un amparo ante la Corte Suprema por el cierre de escuelas y denunciar que esa decisión y la de limitar los comercios hasta las 19 había sido inconsulta y sin tener en cuenta la opinión de la Ciudad y avasallar su autonomía. "Tampoco es cierto el versito del consenso. Porque lo escuché de nuevo. Y fui protagonista y la provincia de Buenos Aires fue protagonista", aseguró Kicillof.

Poco después, el jefe del gobierno porteño, Diego Santilli, salió a desacreditar a Kicillof y pedirle “calma” para manejar las decisiones en “base a estadísticas” y números claros. Definitivamente, casi todos los puentes se rompieron entre la Nación y la Ciudad y no hay clima para la reunión que hoy a las 10 tendrán en la residencia de Olivos Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta. La mala política y el temor por las elecciones le ganó a la cordura.

Según confiaron a A24.com en el oficialismo, Cristina Kirchner fue decisiva para la decisión del cierre de Alberto Fernández, para las medidas de control inflacionario, y para la dureza del discurso de Axel Kicillof contra Larreta. Lo puso en un pie de igualdad con Macri, el adversario por excelencia de la Doctora.

En el seno del albertismo existe máxima preocupación porque el Presidente decidió alinearse con el kirchnerismo duro y asumir todos los costos políticos de las decisiones de cerrar la economía. “Hace lo que quiere Kicillof, pero los costos los paga Alberto”, dicen.

La mayor muestra del malestar fue que Nicolás Trotta puso su renuncia a disposición ante Alberto al quedar desautorizado por el cierre de las escuelas por dos semanas. El ministro de Educación había ratificado dos horas antes que no iban a cerrar las aulas. El Presidente no le aceptó la renuncia y en Olivos la desmintieron. El malestar de Trotta era tan profundo que ayer estuvo inhallable.

Los otros desautorizados fueron la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y su par de Transportes, Mario Meoni, que habían desestimado en las horas previas un cierre total de las escuelas. Es que el Presidente le había asegurado anteayer a todo su gabinete que él no tomaría ninguna medida de restricción y que delegaría en los gobernadores e intendentes el control de las medidas sanitarias según lo establece el artículo 17 del DNU 235. No iba a ser él quien pagara el costo de nuevos cierres.

Los voceros aseguraban que la decisión del Presidente, avalada en la última reunión por todos los infectólogos (que ratificaron lo mismo a A24.com), era esperar una semana desde el DNU para observar la evolución epidemiológica y en base a ello tomar medidas. Y que esas determinaciones serían de restricciones horarias de circulación nocturna, recortes de horarios en bares y restaurantes, y recortes de actividades recreativas (reuniones sociales, gimnasios y lugares cerrados). Y que no se afectaría la presencialidad en las escuelas por nada del mundo. Eso era intocable.

Hasta el mediodía de anteayer, ese era el libreto de todos los funcionarios. Incluso un vocero tuiteó que las versiones de cierre eran un “fake news” de algunas redes sociales. ¿Qué cambió en esas horas? En el entorno de Alberto Fernández buscaron imponer el relato oficial de que tomó una decisión repentina y en soledad, harto de la inacción de los gobernadores y por solo 15 días. Sin embargo, trascendió del mismo oficialismo que Kicillof conversó todas las medidas con Alberto Fernández, quien omitió llamativamente telefonear a Rodríguez Larreta pese a que siempre en la pandemia tomaron medidas tripartitas.

En la Provincia aseguran que el Presidente sólo informó a Kicillof de las medidas antes de grabar el discurso de anteanoche. Pero en la Casa Rosada trascendió que Alberto las consensuó con él y con Cristina Kirchner y que por ello había malestar entre los propios albertistas. No solo las medidas fueron contra la autonomía de la Ciudad, sino que el discurso reforzado ayer a la mañana fue un fuerte ataque feroz a Larreta: Alberto lo acusó de no controlar las plazas, los bares, los shoppings, ni las escuelas. Incluso, justificó así el cierre de los shoppings por 15 días que ayer informó y que no había anunciado en su cadena nacional de Olivos.

En la Provincia aseguraban ayer a A24.com que Kicillof estaba conforme con todas las medidas por 15 días porque en el distrito había muchas escuelas cerradas de hecho por el contagio de muchas burbujas. Y porque la Provincia había establecido el tope de horario para comercios a las 20. Había una sintonía perfecta.

No importaba que Vizzotti y Trotta hubieran informado que los contagios habían sido sólo del 0,12% en los estudiantes y 0,79 entre docentes hasta la semana pasada. La estrategia de Alberto fue cuidar a Kicillof, que es su alianza política, y elegir como blanco a CABA por los supuestos descontroles. De paso, también, les hizo un guiño a los sindicatos docentes kirchneristas de CTERA, UTE (en CABA) y la CTA, que el día anterior habían hecho paro. “Si esto se desmadra, al menos se podrá justificar políticamente que se tomaron medidas duras”, señalaban ayer en el oficialismo.

En el gobierno bonaerense aseguran que los cierres permitirán:

  • Aplanar la curva de contagios: desacelerarla no reducirla.
  • Ganar tiempo para avanzar en la vacunación a los mayores.
  • Descomprimir las terapias intensivas que están en un 71,3% en el AMBA.

Las recetas radicalizadas para controlar la pandemia tuvieron ayer su correlato en medidas duras para controlar la inflación. Mayores requisitos para la exportación de carne vacuna, nuevo registro de exportaciones de carnes, comisión mixta interministerial y organismos de control para actualizar precios de referencia de exportación, troceo para la comercialización de la carne, y acuerdos de abastecimiento a precios accesibles.

También el ministro de Producción, Matías Kulfas, y su secretaria de Comercio Interior, Paula Español, anunciaron diversos paquetes de controles de precios en el mercado avícola, insumos industriales, electrónicos, frutas y verduras, la incorporación de 500 nuevos fiscalizadores de precios y un Observatorio de Precios.

Alberto Fernández quería salirse hace dos semanas de la agenda judicial que le imponía Cristina Kirchner para dedicarse a la agenda propia de control de la pandemia, la vacunación y el control de la inflación. Pero en estas nuevas materias también se le coló el Instituto Patria, que siempre, por algún lado, aparece en escena.