Para convertirse en el nuevo procurador deberá conseguir el consenso parlamentario. Un acuerdo político, en definitiva. Algo que parece una misión imposible en esta argentina fragmentada.
Rafecas acompañó el aislamiento sanitario con uno reflexivo. La cuarentena le permitió recluirse de cualquier encuentro público político que despertara especulaciones de un lado y del otro de cara al necesario equilibrio, requisito fundamental para los tiempos que vienen en la vida de este hombre de 53 años.
El permanente desencuentro político entre el gobierno y la oposición amenazan con dilatar aún más los tiempos de un cargo judicial clave que hoy se mantiene en manos de Eduardo Casal, el procurador interino. La oposición le adjudica al kirchnerismo la disimulada intención de abrir el debate para bajar la exigencia de los dos tercios para el acuerdo. Pero Rafecas ya advirtió que renunciará a su postulación si flexibilizan los requisitos para ese cargo.
"Mantengo mi postura: si se modifica esa exigencia, yo no estaré dispuesto a asumir", advirtió en su momento desde su cuenta de Instagram con más de 7500 seguidores. Es que eso mismo que plante el actual juez federal es lo que establece la ley orgánica del Ministerio Público Fiscal. El procurador "será designado por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado por dos tercios de sus miembros presentes", dice la normativa.
Fanático de San Lorenzo y admirador de la historia de José de San Martín lleva 32 años en los Tribunales. Rafecas es doctor en Derecho Penal de la UBA y profesor, por concurso, de esa universidad, una actividad que comparte con el Presidente. “Jamás se cruzaron ni siquiera en los pasillos, porque uno está en el turno mañana y otro dicta clases a la tarde”, le contó a A24.com un viejo conocer de los pasillos universitarios.
El actual juez solía dictar clases presenciales los martes y los viernes de 17 a 18.30 en la comisión N* 453 hasta que la pandemia lo confinó a la educación virtual. En los tribunales penales comenzó en el año 1987 en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Sentencia Letra “M”. Allí quedó deslumbrado en sus primeras visitas al imponente Palacio de Tribunales y se convenció rápidamente que su vida estaría siempre ligada a esos pasillos laberínticos. Primero fue meritorio, luego auxiliar, escribiente y oficial.
En 1993 le llegó su primera designación importante. Fue nombrado secretario del Juzgado de Sentencia Letra “V”, cargo que desempeñó hasta 1999. De ahí saltó al Ministerio Público Fiscal como secretario de una fiscalía de juicio federal. En ese camino le tocó trabajar junto a Esteban Righi en la Procuración General, a quien considera uno de sus maestros. “Junto con David Baigún y Edmundo Hendler, los tres marcaron mi camino jurídico y académico”, suele explicar cada vez que es consultado por sus referentes. Escribió cuatro libros: dos sobre el Holocausto, uno sobre la tortura y otro sobre los delitos económicos.
En las últimas horas, su nombre volvió al centro de la escena. Primero recibió el inesperado apoyo de Elisa Carrió a la aprobación de su pliego. La exlegisladora reconoció que "Rafecas sabe derecho y lo respaldan los fiscales más serios de la Nación”.
Después, a los pocos días, fue el protagonista involuntario de una cumbre de Juntos por el Cambio donde estuvieron la propia Carrió con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Se reunieron durante cuatro horas el último viernes en la casa de la jefa de la Coalición Cívica en Exaltación de la Cruz. El tema más importante fue avanzar con un apoyo formal por esa candidatura a la Procuración.
El ex candidato a vicepresidente Miguel Angel Pichetto adelantó que se viene una reunión general para expedirse. “Las opiniones individuales pasaban a un segundo plano, lo importante es la unidad del espacio y una postura uniforme en el Senado", completó. El expresidente Mauricio Macri aún no definió su postura.