Durante el transcurso del domingo Alberto tuvo dos reuniones con Sergio Massa. En todo momento, la charla giraba sobre como lograr la coordinación completa del gabinete, especialmente el económico. Se habló de algunas áreas sensibles: Economía, Banco Central, Energía, Producción, AFIP, Comercio. Todas esas áreas debían responder a una misma lógica. Podían ser coordinadas por un jefe de gabinete con poder. Alberto se lo ofreció a Massa; también le ofreció el ministerio de Economía.
En las charlas se evaluaron algunos nombres. Pero ninguno llegó a buen puerto. Faltaba el ok final de la jefa de la coalición. Y para eso tenía que haber un llamado entre Alberto y Cristina. La conversación se concretó entrada la noche. Los nombres que se habían barajado en las charlas con Massa desaparecieron.
Entró a jugar el de Silvina Batakis, una funcionaria del gabinete de Wado de Pedro, que hubiera sido la ministra de Economía de Scioli si ganaba en 2015. Tenía a su cargo la relación con las provincias y por lo tanto mantiene línea directa con los gobernadores, que celebraron su designación.
Desde 2015, cuando el peronismo quedó en la oposición, empezó a fortalecer sus vínculos con el kirchnerismo y con el peronismo más opositor. La foto que acompaña a esta nota es de 2015, cuando Batakis participaba de los equipos técnicos del PJ presidido por José Luis Gioja. La acompañaban, entre otros, Roberto Feletti y Debora Georgi, encargados hasta hace poco tiempo del control de los precios; ambos se fueron por diferencias con Alberto.
El nombre de Batakis no es el fin de la historia. Es apenas una tregua de un día hasta llegar a mayores consensos. O capaz el consenso no llega y todo se termina de precipitar.
La tregua
Massa, que había estado durante todo el día planteando una reconfiguración del Gobierno y el Frente de Todos, pegó el portazo. Se queda en Diputados. Los ofrecimientos tienen que llegar completos, dice. Solamente entraría al Gabinete si es con poder.
Alberto ganó tiempo para acomodar sus fichas internas. Hay que ver si le queda margen para mantener a su gente en puestos clave. Fundamentalmente, el Banco Central y la AFIP.
Cristina también ganó tiempo. Ya tiene a alguien más afín en el ministerio de Economía. Logró una capitulación de Alberto que la llamó por teléfono. Atrás quedan los días en que Guzmán la ninguneaba. Pero para ella la pelea recién empieza.
Habrá que ver si Batakis tiene la fuerza (y el respaldo político de Alberto, que tiene la lapicera) para implementar el programa que Cristina tiene en la cabeza. En principio ese programa contempla aumento de retenciones, mayores controles de precios, reapertura de paritarias sin techo y un poco más de emisión para dinamizar el mercado interno. Todo lo que Guzmán rechazaba. ¿Alberto lo permitirá?
Y habrá que ver también cómo se acomodan los patitos. Hay todavía muchos cargos por llenar. ¿Se vendrá un nuevo loteo del Gabinete? Eso sí, las que quedaron conformes son las funcionarias del ala feminista del Frente de Todos: reclamaban que ese puesto lo ocupara una mujer.
Y fundamentalmente habrá que ver cómo reciben los mercados a la nueva ministra. En los punteos previos esperaban a alguien con un perfil más alto y más amigable. Seguramente la jornada financiera venga bastante complicada.
¿Te gustó esta columna? Recibila en tu mail todos los domingos www.lajungladelpoder.com.ar