*Javier Milei propone volver a la década del 90 y corregir los problemas que se generaron en 1999, profundizando aquel modelo.
*Cristina Kirchner va a ser la gran electora de un espacio que propone volver a 2015.
*Mauricio Macri va a ser el gran elector de un espacio que propone retomar el camino de 2019.
Nadie habla de futuro. Todos plantean volver al pasado. Y si algún candidato se aparta del libreto estarán ellos, los tutores del camino del bien para señalar ese apartamiento. En los tres casos, se habla de profundizar modelos económicos (y políticos) que ya fracasaron.
El paraíso cristinista
Cristina Kirchner fue clara en su discurso del 25 de Mayo. Habló mucho de Néstor y de lo bueno que fue su Gobierno. Pero en un tramo que pasó desapercibido, planteó que en realidad la mejor fue su última gestión, la de 2011-2015. Así decía:
“Muchos dicen que mi segundo gobierno no fue tan bueno como el de Néstor o como el primero mío. Tengo claro que es porque fue cuando más plata ganaron los trabajadores y cuando más podía ahorrar guita la gente”.
La afirmación es desmentida por datos del Observatorio Social de la UCA. En los 8 años de Cristina los hogares con capacidad de ahorro bajaron de 17,1% a 14%.
Ya que estamos:
- Los hogares en “riesgo alimentario” pasaron de 12,8% en 2007 a 12,3% en 2015
- Los hogares con “Ingresos insuficientes” crecieron de 33,9% a 35,7% (venía de 53% en 2004).
- Los hogares con planes sociales crecieron de 11% a 30,6%.
Hay más datos que están acá.
En 2019, el Frente de Todos se constituyó con la esperanza y la promesa de que volvían para ser mejores. Alberto Fernández, presidente en ejercicio, no pudo, no supo o no quiso construir una propuesta superadora. La tutela de Cristina -por mezquindad propia o incapacidad ajena- no permitió desarrollar un proyecto que resolviera los problemas heredados.
¿Quiénes pueden ser hoy los candidatos en este espacio peronista-kirchnerista y en qué medida pueden hacer una oferta de futuro? Más abajo, vemos las alternativas que hoy tiene el Frente de Todos.
Javier Milei y la vuelta "al primer mundo"
Hay que elegir entre el pasado malo, uno muy malo y uno aún peor. Que cada uno decida a qué instancia histórica corresponde cada calificativo.
Javier Milei presentó esta semana a su equipo económico. Es encabezado por dos economistas que ya tuvieron a su cargo las máximas responsabilidades del área en el país. Parece que un dirigente es “casta” o “no casta” según si es de izquierda o derecha. No importan tanto sus antecedentes.
Javier Milei quiere dolarizar la economía. No se sabe con un dólar a qué precio. Tampoco está muy claro cómo lo va a hacer.
Hace 22 años había en la Argentina una dolarización de hecho que se llamaba Convertibilidad. Durante ese periodo no hubo inflación y decían que la Argentina entró al primer mundo. Pero fue una trampa que nos llevó a tener el 22% de desocupación y 46% de pobreza estructural; la explosión de la Convertibilidad la llevó al 66%, pero fue simplemente por destapar la presión de una olla que no daba más.
Las fábricas cerraron, la economía se primarizó y conseguir laburo era una misión imposible. Los ingenieros y arquitectos manejaban taxis. Y los docentes y jubilados cobraban $200 pesos/dólares.
Carlos Menem había privatizado toda la economía y las empresas de servicios públicos. Era prácticamente imposible pagar la luz, el gas, el teléfono. Y cada vez que el Estado tenía que mediar entre los intereses de las empresas y los de los usuarios lo hacía a favor de las empresas.
En la última etapa del gobierno de Carlos Menem esas políticas eran conducidas por dos personas: uno se llamaba Roque Fernández (el de la foto) que fue ministro de "Economía, obras y servicios públicos" entre 1996 y 1999; y Carlos Rodríguez, que fue su jefe de gabinete de ese ministerio hasta 1998.
Estas dos personas van a ser los que van a comandar la estrategia económica de Javier Milei si llega a ser presidente. Como Cristina, ahora nos dicen que quieren volver para ser mejores. Pero como pasó con Cristina en 2019 probablemente se trate de una máscara para volver recargados. En definitiva volver peores.
"El mejor equipo de la historia"
Juntos por el Cambio está en un gran problema. También dicen que aprendieron de los errores de gestión. Pero su líder, Mauricio Macri, plantea que el principal error fue no haber hecho los cambios más rápido. Y dice que, de volver al poder, van a tener que “semidinamitar todo”.
Patricia Bullrich plantea abiertamente volver al camino perdido en 2019. Tiene el aval de Macri para eso.
Horacio Rodríguez Larreta no se puede correr mucho del libreto. Fue crítico internamente de la gestión de Macri, pero hoy no puede decirlo en voz alta.
Si critica públicamente lo que pasó entre 2015 y 2019, le deja abierta la grieta a Patricia Bullrich. Hay un votante duro de Juntos por el Cambio que no acepta ningún matiz. Horacio perdería automáticamente la interna.
El dilema hoy de Larreta es cómo mostrarse diferente pero a la vez ganar una PASO que asoma imposible. El que se diferencia o intenta mostrar un camino alternativo pierde.
Esa trampa le sirve, paradójicamente, a Sergio Massa, que necesita que su amigo Horacio pierda en la interna para posicionarse de la mejor manera posible.
¿Qué pasa en el peronismo y cómo están hoy las encuestas?
Cristina habló hace unas semanas de “los hijos de la generación diezmada”. El calificativo aplica a “Wado” de Pedro -hijo de desaparecidos- pero generacionalmente también a Sergio Massa o Axel Kicillof. Los tres estaban en primera fila el 25 de Mayo en el acto en la Plaza. También estaba Máximo, que queda como un armador todoterreno pero sin perfil propio.
Cristina Kirchner y la foto que dejó una señal sobre la posible fórmula presidencial. Wado de Pedro y Sergio Massa juntos y a otro costado Axel Kicillof. Máximo Kirchner el armador político. Foto kirchnerismo.jpg
Durante los últimos días, los tres aparecieron en carrera para ser los candidatos en el peronismo.
Después del acto de Cristina, Wado de Pedro se lanzó con un spot con la voz de Néstor Kirchner y hablando de futuro. Algo que le falta claramente al espacio. Al día siguiente, La Cámpora salió a apoyar su candidatura y empapelaron la Ciudad y el conurbano con carteles de Wado y Cristina. Oscar Parrilli, hombre sin pensamiento propio, también dijo que le parecía buen candidato.
Wado no levanta en las encuestas. Pero creen que con el impulso de Cristina podría mejorar. Y no tiene una imagen negativa tan alta como otros. Garantiza el piso y quizás no es tan bajo su techo.
Sergio Massa sigue jugando al póker. Si la semana pasada amagó con romper el Frente de Todos, ahora se mostró más adentro que nunca. Por primera vez compartió un acto con Cristina Kirchner fuera de campaña. Por primera vez se lo vio en primera fila y sin matices.
En los últimos días se empezó a mover para dejar claro un mensaje: la sociedad en el Frente de Todos ahora es de dos y no de tres. Con Alberto corrido del escenario, Massa es el garante de la apertura en el peronismo independientemente del lugar que le toque ocupar en una boleta.
Su gran ventaja es que no es “de Cristina”. Tiene juego propio, a diferencia de Wado.
Su gran problema es que no garantiza el piso, que es hoy la principal preocupación de Cristina Kirchner, como ella misma dijo. Es un candidato que genera reactividad en sectores de izquierda del Frente de Todos que podrían ser potenciales votantes de la izquierda. Pero a la vez tiene una imagen de “casta” que podría hacerle perder votos contra Milei.
En los últimos días, Massa buscó llevar tranquilidad. Cosas del destino, terminó subiéndose a la inauguración de un tren el sábado en Mercedes -ciudad natal de Wado de Pedro- y ahí se mostraron juntos tirándose flores. El acto estaba previsto para el 25 de Mayo pero se suspendió por la lluvia. Los dos aprovecharon el escenario. “Si sucede, conviene”, diría apócrifamente Ravi Sri Sri Shankar.
Más tarde, el mismo día, se mostró con Axel Kicillof, hoy gobernador de la provincia. Mañana no sabemos.
El rumor instalado en las horas previas al acto del 25 de Mayo era que Cristina había tomado la decisión de mover a Axel a Nación.
Volviendo a la idea de “garantizar el piso”, hoy el que mejor lo garantiza según las encuestas es Kicillof. Es el único que tracciona todos los votos de “La Jefa”. De ahí, el acuerdo que había trascendido según al menos tres fuentes inobjetables de distintos sectores del Frente de Todos era:
- Boleta presidencial: Axel Kicillof – Claudia Ledesma de Zamora (esposa del gobernador de Santiago).
- Boleta a gobernador: Wado de Pedro – Malena Galmarini (esposa de Massa)
- Boleta de senador por Provincia: Sergio Massa.
No fue casual la foto del sábado donde se veía a tres de estos juntos.
Ese esquema pareció desinflarse con la foto que forzó Cristina en el escenario. A la izquierda del escenario, los gobernadores (Axel Kicillof y Ricardo Quintela, de La Rioja); a la derecha los presidenciables. Hasta Juan Grabois y Claudio Lozano quedaron de ese lado.
La candidatura de Kicillof tiene un problema principal. Es el que más encarna la idea de pasado. Ya fue ministro de Economía. Como Roque Fernández, principal asesor de Milei.
El Frente de Todos le prende una vela a la economía. Uno de los consultores que más escuchan los líderes del espacio sigue asegurando que la elección está perdida. Pero que hay una rendija por la que -quizás- se podría entrar.
Si Patricia Bullrich le gana la interna a Larreta y la economía no estalla, Sergio Massa podría en la general ir a buscar los votos de Horacio.
En la mayoría de las encuestas hay entre un 25 y un 30% que no quiere saber de nada. Que tiene un rechazo total a cualquiera de las opciones que se les presente. Quizás porque -intuitivamente- saben que todas las propuestas son para volver a un pasado horrible.
Son ellos los que van a definir la elección. ¿Habrá una oferta electoral que pueda convocarlos?
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