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Dos pares de lentes por año, uno destinado a visión cercana y otro a visión lejana.
O un par de lentes bifocales, que reemplaza a los dos anteriores.
La cobertura es total: PAMI paga el 100% del armazón y de los cristales, ajustados a la prescripción indicada por el profesional a cargo del examen oftalmológico. La receta, tal como establece el protocolo vigente, tiene una validez de 150 días, por lo que el afiliado debe iniciar el trámite dentro de ese período para evitar que la solicitud caduque.
El acceso al beneficio se realiza sin coseguros, sin montos adicionales y sin pagos por fuera del sistema, una aclaración importante en un sector donde suelen detectarse intentos de sobreprecios, indicando costos fuera del convenio, o ventas de armazones de “gama superior” a cargo del paciente. Según informan fuentes del instituto, las ópticas adheridas están obligadas a ofrecer un catálogo que contemple modelos sin costo, aunque el afiliado puede elegir pagar por un armazón distinto si así lo desea.
Aumento de la demanda: por qué los lentes gratuitos se volvieron esenciales
En los últimos años, el acceso a elementos ópticos se volvió crítico. A pesar de que la presbicia, el astigmatismo y la disminución de la agudeza visual son habituales a partir de los 50 años, el costo de los anteojos aumentó por encima de otros productos médicos, relegando la renovación de las recetas y generando situaciones de riesgo, desde caídas en el hogar hasta reducción en la capacidad de lectura o conducción.
Profesionales oftalmológicos señalan que muchos adultos mayores utilizan lentes con graduaciones antiguas, superadas incluso por más de cinco años, lo que multiplica el deterioro visual, aumenta la fatiga y genera cefaleas crónicas. En ese sentido, la renovación anual obligatoria que promueve PAMI no sólo resuelve una cuestión económica sino preventiva.
Un dato adicional: PAMI financia el control oftalmológico, de modo que el afiliado no necesita pagar por la consulta, otro gasto que en el mercado privado ronda cifras difíciles de afrontar para jubilaciones mínimas.
Qué documentación se exige: requisitos y alternativas para quienes no tengan la OME
El trámite mantiene una serie de requisitos indispensables:
Sin embargo, el instituto contempla excepciones para quienes, por razones de conectividad o acceso profesional, no puedan obtener la OME. En ese caso, se admite:
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Una orden manual emitida por el médico de cabecera o especialista.
Un resumen de historia clínica, donde consten peso, talla y diagnóstico visual actualizado.
El proceso de flexibilización se implementó debido a las dificultades de ciertos afiliados que viven en zonas rurales con conectividad limitada. El objetivo es, según indican fuentes internas, evitar que la tecnología se convierta en una barrera.
Un paso a paso que simplifica la gestión
El procedimiento de PAMI está diseñado para minimizar traslados y evitar largas colas en las agencias, dos factores sensibles para una población que requiere accesibilidad y trato prioritario. El paso a paso incluye:
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Solicitar un turno con un oftalmólogo o médico habilitado.
Obtener la Orden Médica Electrónica junto con la prescripción de cristales.
Acudir a una óptica adherida al convenio PAMI.
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Elegir el armazón disponible sin costo.
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Esperar la fabricación de los lentes, que suele tardar entre 7 y 20 días hábiles según proveedores.
Si el afiliado no puede trasladarse, un familiar o apoderado puede realizar todo el procedimiento. En algunos casos, el médico integrante del programa puede gestionar la OME directamente, sin intervención adicional del paciente.
Digitalización obligatoria: trámite desde celular, tablet o computadora
En 2026, el instituto ratificará su política de digitalización: el trámite puede hacerse de manera remota, tanto desde el sitio web oficial como desde dispositivos móviles. Las agencias mantienen atención al público, pero se exige turno previo, lo que evita congestión.
La digitalización apunta a dos ejes estratégicos:
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Reducir costos operativos.
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Descentralizar las gestiones, evitando traslados innecesarios de adultos mayores con movilidad reducida.
Para quienes no utilizan tecnología, el modelo permite delegar la gestión, lo que se convirtió en un alivio para familias que administran cuidados domiciliarios.
Otros elementos gratuitos: el programa integral de apoyo domiciliario
Además de los lentes, PAMI sostiene un catálogo de elementos de apoyo físico, que se brindan sin costo y con prescripción médica. Entre los insumos destacados:
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Colchón antiescaras: destinado a personas con inmovilidad prolongada para prevenir lesiones cutáneas.
Inodoro portátil: pensado para pacientes con movilidad reducida o dependencia.
Trapecio para cama: dispositivo que facilita movimientos, elevaciones y cambios posturales sin asistencia permanente.
Estos insumos apuntan a un objetivo central: favorecer la autonomía, prevenir internaciones y reducir riesgos domésticos. Son elementos costosos en el mercado privado, donde sus valores pueden superar ampliamente el ingreso mensual de una jubilación mínima.
Quiénes pueden solicitar la gestión y qué rol cumple el médico tratante
La normativa habilita la solicitud a:
Esto significa que el adulto mayor no necesita desplazarse si no está en condiciones de hacerlo. El modelo fue especialmente valorado durante la etapa postpandemia, donde la atención domiciliaria se volvió prioritaria.
Un sistema con alto grado de aceptación social
Los beneficios de PAMI vinculados a la provisión de insumos suelen ubicarse entre las prestaciones más consultadas. Según relevamientos propios del instituto, la entrega gratuita de lentes figura entre los tres servicios más requeridos por los jubilados, junto con medicamentos y estudios diagnósticos.
La aceptación se explica por tres razones:
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Impacto económico directo.
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Mejora funcional inmediata.
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Resolución rápida del trámite.
De acuerdo con estimaciones médicas, al menos el 70% de los adultos mayores necesita algún tipo de corrección visual, porcentaje que crece a medida que aumenta la expectativa de vida.