PREVISIONALES

Milei y Pettovello dieron la mejor noticia para quienes cobran la asignación

La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) volvió a quedar en el centro de la agenda pública tras confirmar un nuevo aumento para las asignaciones familiares del Sistema Único de Asignaciones Familiares (SUAF) que comenzará a regir a partir de diciembre de 2025.

Milei y Pettovello dieron la mejor noticia para quienes cobran la asignación

La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) volvió a quedar en el centro de la agenda pública tras confirmar un nuevo aumento para las asignaciones familiares del Sistema Único de Asignaciones Familiares (SUAF) que comenzará a regir a partir de diciembre de 2025. La actualización, que será del 2,34%, se aplicará en línea con el mecanismo de movilidad mensual que ajusta los montos según la inflación informada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Se trata de una suba que, si bien resulta moderada, refleja el esquema de revisiones automáticas implementado durante los últimos meses para evitar el rezago de los beneficios frente a la suba sostenida de precios.

Dentro del amplio abanico de prestaciones incluidas en este aumento se encuentra la asignación por matrimonio, una ayuda económica de pago único destinada a acompañar los gastos que implica formalizar una unión civil. Con el ajuste anunciado, este beneficio pasará a ser de $106.903 por cada integrante de la pareja, un monto que se actualizará automáticamente con el resto del esquema de movilidad. Este pago, pensado como un reconocimiento simbólico y económico por parte del Estado, se otorga exclusivamente a los matrimonios registrados a partir del mes de diciembre, por lo que aquellas parejas que formalicen su vínculo previo a esa fecha mantendrán los valores vigentes del período anterior.

La asignación por matrimonio forma parte del conjunto de asistencias que ANSES otorga a sectores específicos de la población formalizada dentro del mercado laboral. A diferencia de prestaciones más extendidas, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), esta ayuda apunta a trabajadores en relación de dependencia y grupos con cobertura contributiva. Por ese motivo, no todos los trabajadores pueden solicitarla: la regulación establece con claridad quiénes pueden acceder y quiénes quedan excluidos del beneficio.

Entre las personas habilitadas para percibir la asignación por matrimonio se encuentran los trabajadores en relación de dependencia, que constituyen el núcleo central del régimen SUAF. También pueden solicitarla el personal contratado de forma temporaria, quienes se desempeñan bajo modalidades laborales estacionales o de duración definida. A su vez, la medida contempla a las personas cubiertas por una Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART), lo que significa que quienes se encuentren bajo licencia por accidentes laborales también mantienen el derecho a la prestación. El listado se completa con los titulares del seguro de desempleo, quienes atraviesan un período de búsqueda activa de trabajo pero continúan encuadrados dentro del sistema de protección social, y los beneficiarios de la pensión honorífica para veteranos de Malvinas, un grupo históricamente amparado de forma diferencial por el Estado.

En el otro extremo están quienes no pueden solicitar este pago. La normativa excluye de manera explícita a los monotributistas, que perciben sus asignaciones a través de un régimen paralelo y con topes distintos, y también a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, cuyo esquema responde a parámetros de vulnerabilidad económica y no al sistema contributivo. Tampoco pueden acceder quienes cobran la asignación por embarazo, otra prestación dirigida a sectores específicos que no integran el universo del SUAF. Estas restricciones se encuentran vigentes desde hace años y buscan evitar superposiciones o incompatibilidades entre programas.

El acceso a la asignación por matrimonio está regulado además por un sistema de topes de ingresos, una medida diseñada para asegurar que el beneficio llegue efectivamente a los hogares de ingresos medios y evitar que sea cobrado por sectores de alta capacidad económica. En ese sentido, ANSES ratificó que los límites vigentes para diciembre serán de $2.453.608 de tope individual y $4.907.216 de tope familiar. Esto significa que, si uno de los integrantes supera el límite individual o si la suma de ambos salarios excede el tope familiar, la prestación no podrá ser otorgada. Esta restricción funciona como un mecanismo de focalización progresiva dentro del universo contributivo.

Aunque se trata de un beneficio de pago único, la asignación por matrimonio implica una serie de trámites administrativos que deben realizarse ante ANSES para su validación. La gestión puede completarse de distintas maneras: de manera presencial en las oficinas del organismo, con un turno previo, o a través de la Atención Virtual, utilizando la Clave de la Seguridad Social. Esta herramienta, cada vez más utilizada en los últimos años, permite a los beneficiarios avanzar con gran parte de sus solicitudes sin necesidad de trasladarse a una sede física, una ventaja clave en un contexto donde los trámites digitales se volvieron una alternativa central para agilizar la interacción ciudadana con el Estado.

Para iniciar la gestión, es obligatorio presentar el acta o certificado de matrimonio, documento que valida la formalización del vínculo y que debe estar registrado en el sistema civil correspondiente. También se requiere contar con los DNI de ambos cónyuges, requisito indispensable para corroborar identidad y domicilio. Según informó ANSES, el plazo para solicitar la asignación se extiende desde dos meses antes hasta dos años después del casamiento, lo que significa que las parejas cuentan con un margen amplio para realizar el trámite sin riesgo de perder el derecho al cobro. Esta ventana temporal busca atender situaciones donde las gestiones se demoran o se priorizan otros compromisos asociados a la organización del enlace.

La confirmación del nuevo aumento para diciembre se produce en un escenario económico todavía marcado por tensiones inflacionarias y por una fuerte expectativa en torno al desempeño de los índices de precios del último trimestre del año. Si bien el 2,34% de incremento puede parecer acotado frente a los niveles históricos de inflación, forma parte del esquema de movilidad que busca sostener la capacidad adquisitiva de las prestaciones contributivas en un contexto de variaciones mensuales constantes. Según fuentes del organismo, este modelo de actualización mensual permitió reducir el desfase que tradicionalmente afectaba a las asignaciones familiares cuando los ajustes eran trimestrales o semestrales.

Más allá del monto puntual de la asignación por matrimonio, el anuncio impacta de manera directa en miles de familias que se preparan para formalizar su vínculo en los próximos meses. Si bien la ayuda económica no suele cubrir la totalidad de los gastos asociados a una ceremonia —que incluyen vestimenta, celebración, trámites civiles y en algunos casos servicios adicionales—, representa un alivio simbólico y financiero para parejas que se encuentran en una etapa de reorganización económica y planificación conjunta. En un país donde cada gasto requiere análisis detallado y donde los ingresos se ven frecuentemente erosionados por la inflación, cualquier aporte estatal puede marcar una diferencia significativa.

Además, el beneficio adquiere una dimensión particular en un contexto donde la institución del matrimonio también ha visto cambios en sus dinámicas sociales y culturales. Aunque el número de casamientos no recuperó los niveles previos a la pandemia, la formalización de un vínculo continúa siendo un paso clave para muchas parejas que buscan acceder a derechos, beneficios y reconocimientos legales que solo la unión civil garantiza, especialmente en materia de obra social, herencias y titularidades compartidas. En este escenario, la asignación por matrimonio se mantiene como un elemento que acompaña esa etapa de transición y organización familiar.

El anuncio también reabre el debate sobre la accesibilidad y el alcance del régimen SUAF en general. En los últimos años, la presión de diversos sectores de trabajadores independientes, monotributistas y cuentapropistas motivó reclamos para ampliar la cobertura y reducir la brecha con el sistema contributivo. Aunque algunos sectores cuentan con su propio régimen de asignaciones, el monto y la actualización suelen diferir, generando percepciones de desigualdad entre trabajadores formales e independientes. La exclusión de los monotributistas de la asignación por matrimonio vuelve a poner en evidencia esa discusión que, de tanto en tanto, reaparece en el debate parlamentario.

A medida que se acerca diciembre y con él una serie de actualizaciones automáticas en distintos rubros del sistema previsional y de asignaciones, ANSES se prepara para un cierre de año cargado de trámites, consultas y gestiones. La confirmación del aumento para las asignaciones familiares, y en particular para la asignación por matrimonio, forma parte de ese paquete de definiciones que buscan llevar previsibilidad al calendario de pagos en un escenario económico aún volátil.

La expectativa ahora se centra en cómo evolucionará la inflación durante los últimos meses del año y cómo impactará en las futuras actualizaciones del SUAF, que seguirá ajustándose mes a mes. Para las parejas que están por formalizar su vínculo, la certeza de un monto actualizado puede resultar un dato clave a la hora de organizar los gastos previos a la ceremonia. Para el organismo, en cambio, representa un paso más dentro de un esquema de movilidad que seguirá siendo evaluado, revisado y posiblemente ajustado según la evolución de la economía y las demandas de los beneficiarios.