La cirugía, que se extendió durante 21 horas, involucró a un equipo de aproximadamente 140 profesionales, incluyendo cirujanos, enfermeras y otros especialistas. A pesar de la complejidad del procedimiento, los médicos lograron reconstruir el rostro de James y llevar a cabo el primer trasplante exitoso de un ojo completo.
Sin embargo, la noticia no viene sin desafíos. Aunque el órgano trasplantado se adaptó bien al paciente, la visión no pudo ser recuperada debido a la complejidad de los vasos sanguíneos y el nervio óptico. Los médicos, sin embargo, utilizaron células madre adultas para estimular la regeneración de células sanas en el nervio óptico.
En declaraciones a la prensa, Aaron James expresó su agradecimiento por el resultado, destacando que este éxito podría ser un punto de partida para futuras cirugías y avances médicos. "Hay que empezar por algún lado y, con suerte, esto impulsará futuras cirugías", comentó el paciente.
El director del Programa de Trasplante de Cara en NYU Langone, Eduardo Rodríguez, quien lideró la cirugía, compartió su entusiasmo, señalando que a pesar de la falta de recuperación de la visión, la operación representa un hito en el que pocos creían posible. "Nunca se ha intentado nada parecido. Ni siquiera hay ninguna ciencia publicada en la literatura que pueda indicar cuál podría ser el resultado de tal trasplante", afirmó Rodríguez.
Este logro médico sin precedentes abre nuevas posibilidades en la cirugía reconstructiva y ofrece esperanza a aquellos que han enfrentado traumas similares. A medida que Aaron James continúa su proceso de recuperación, su caso permanece como un testimonio vivo de la capacidad de la medicina moderna para superar fronteras aparentemente insuperables.