El caos se desató inmediatamente en el lugar. Los compañeros del niño asesinado fueron presas del terror, mientras los padres y familiares que observaban el encuentro intentaban procesar lo que acababa de suceder. Las ambulancias llegaron rápidamente, pero ya era demasiado tarde. A pesar de los esfuerzos de los paramédicos, el menor, que había entrado en paro cardiorrespiratorio, no logró sobrevivir a la brutal agresión.
Las autoridades locales, encabezadas por la Unidad de la Policía Judicial de la Guardia Civil y el Grupo de Información de la Comandancia de Toledo, lanzaron una extensa operación para localizar al responsable del crimen. Según los datos preliminares, el agresor podría ser un joven de entre 16 y 17 años, aunque aún no se ha logrado dar con su paradero.
Este atroz asesinato ha sacudido a la comunidad madrileña, que demanda justicia y mayor seguridad en los espacios públicos. Mientras tanto, la policía continúa con la búsqueda del asesino, y las familias afectadas se enfrentan a una pérdida irreparable que, sin duda, marcará a todos los presentes en ese trágico partido de fútbol.
Este episodio de violencia ha reabierto el debate sobre la seguridad en eventos deportivos infantiles y la necesidad de reforzar las medidas preventivas para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir.