El ritual paso a paso
Este ritual es simple y no requiere elementos especiales. Justamente, su fuerza está en la intención y en el momento elegido.
1. Elegir la intención antes del brindis
Antes de levantar la copa, es importante tener claro qué se quiere atraer. Puede ser amor (en cualquiera de sus formas), abundancia material, estabilidad emocional o apertura a nuevas oportunidades. La clave es no pedir desde la carencia, sino desde el merecimiento.
2. Conectar con la emoción
Durante el brindis, sostener la copa con ambas manos por unos segundos ayuda a anclar la intención. Respirar profundo y conectar con una sensación de gratitud, incluso por lo que todavía no llegó, potencia el ritual.
3. El deseo en silencio
La astrología sugiere que los deseos más profundos se formulen internamente. No hace falta decirlo en voz alta ni compartirlo. Pensarlo con claridad y sentirlo como posible es parte esencial del proceso.
4. El primer sorbo consciente
Al tomar el primer sorbo, la idea es imaginar que esa intención empieza a integrarse a la vida. No se trata de visualizar escenas grandilocuentes, sino de sentir calma, apertura y confianza.
Amor y abundancia: qué se activa energéticamente
El amor, desde la astrología, no se limita al vínculo de pareja. También incluye el amor propio, los lazos sanos y la capacidad de recibir. La abundancia, por su parte, no es solo dinero: es estabilidad, oportunidades y sensación de plenitud.
En un contexto regido por la energía capricorniana, los deseos que mejor se alinean con este ritual son aquellos que implican compromiso personal. No es pedir “que llegue algo”, sino habilitarse a sostenerlo cuando aparezca.
Un cierre consciente para abrir un nuevo ciclo
Navidad es un portal emocional. El brindis, lejos de ser un gesto automático, puede transformarse en un acto simbólico de gran fuerza si se realiza con presencia. La astrología recuerda que no se trata de creer o no creer, sino de usar el momento para ordenar la intención y cerrar el año con sentido.
A veces, el cambio no empieza en enero, sino en ese instante preciso en el que se levanta la copa y se elige, internamente, qué energía acompañará el próximo capítulo.