Paso a paso para la parrilla perfecta
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Precalentar la parrilla: es fundamental que el calor sea moderado. Una temperatura demasiado alta quema el queso por fuera mientras el interior queda sólido.
Preparar la base del queso: pincelá la provoleta con aceite de oliva o manteca. Esto forma una fina capa que evita que se adhiera al recipiente o a la parrilla.
Elegir el soporte: se puede usar una plancha de hierro, sartén parrillera o directamente la rejilla con un disco de metal debajo. La idea es que el calor llegue de manera uniforme y no haya contacto directo con el fuego.
Condimentar: espolvoreá orégano, pimienta y, si querés, un toque de ají molido antes de llevarlo a la parrilla.
Cocción: colocar la provoleta sobre el fuego indirecto. El queso comenzará a derretirse en los bordes primero; dejalo cocinar de 5 a 8 minutos. Evitar moverlo durante este tiempo para mantener la forma.
Toque final: cuando los bordes estén dorados y el centro cremoso, retiralo con una espátula. Servir inmediatamente.
Tips que marcan la diferencia
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Evitar el fuego directo: el queso se derrite muy rápido y puede perder su forma si está sobre brasas muy fuertes.
Usar un disco más grueso: si es muy fino, se desarma antes de derretirse por completo.
Personalizar los sabores: algunas personas agregan aceitunas, rodajas de tomate o pimientos asados sobre la provoleta justo antes de retirarla del fuego. Esto potencia el sabor y aporta color.
Servir caliente: la provoleta pierde textura rápidamente cuando se enfría. Por eso, es ideal que llegue a la mesa recién salida de la parrilla.
Un clásico que conquista a todos
Dominar la provoleta a la parrilla convierte un asado cualquiera en una experiencia especial. Con un poco de paciencia y atención a los detalles, se logra un queso dorado por fuera, cremoso por dentro, con un sabor que combina perfectamente con pan fresco, vino tinto o incluso ensaladas frescas.
No importa si sos principiante o un experto en la parrilla: aplicar estos secretos garantiza que la provoleta deje de ser un desafío y pase a ser la estrella de la mesa.